Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Música
Etiquetas | Cadaver exquisito
Beatriz García

Shhhhh!

|

Hace una semana me descubrí en un bar de copas sentada junto a dos personas que no decían absolutamente nada. El común de los mortales tendemos a angustiarnos en este tipo de situaciones. Yo incluso llegué a pensar que si volvía a quedar con ellos – cosa bastante difícil -, me prepararía antes un tarjetón con preguntas del tipo “Cuál es tu color favorito o qué opinas sobre el hambre en el tercer mundo”. En Occidente el silencio nos es profundamente incómodo, desasosegante, mientras que los orientales, por ejemplo, aprovechan el mutismo para meditar sobre el roel de agua que deja el botellín de cerveza en la mesa o aquella mosca que pasa volando y ¡zas!, la cazan con unos palillos. Esta semana hilvano palabras para “hablar” sobre el silencio, una paradoja increíblemente certera, pues a veces el silencio habla a gritos y también a veces las palabras son huecas.

Para el compositor John Cage no hay manera de experimentar el silencio si uno está vivo - ¡paradoja!-, si no lo estás como vas escucharlo entonces… Claro que el teórico musical lo definía como abandono de la intención de oír y para mostrarnos este abandono grabó una pieza en la que un pianista se sentaba junto a un piano durante 4’33’’ sin tocar una sola tecla. Luego, John, también el silencio es el abandono de la intención de ruido… ¿O es que en el silencio podemos escuchar el susurro inaudible de algún arcano secreto? Porque es el silencio la morada de los secretos.

De lo que no cabe duda es que existe, pues sino cómo es posible pensar en ello. De hecho, los místicos del Medievo y también los poetas, que son los grandes entendidos en silencio, cuando escribían sobre lo inefable, cuando creaban palabras para contar lo que nadie antes había dicho, estaban también hablando del silencio. Sólo que entonces ya no era silencio, era el wikileaks de aquel tiempo.

Imaginen el discurso insustancial de un mitin político, promesas vacías, ruidos que rompen en aplausos que rompen en ruido de nuevo - ¿qué demonios es lo que ha dicho?- Ahora imaginen cinco minutos de silencioso mutismo en el Congreso. Terrorífico, ¿no les parece? Como la paz que precede a un tsunami o como mi amiga Laura, que cada vez que ve un mimo en las Ramblas de Barcelona sale corriendo. A mí me ocurre los mismo con el debate televisado del Estado de la Nación, le bajo el volumen a la tele y tiemblo. Cuántos más sentidos oculta el silencio.

Lo poesía siempre ha buscado fórmulas de describir el silencio por medio de imágenes. Para Mallarmé el silencio tenía voz propia. Decía el poeta que el blanco de la página afectaba a las palabras mismas hasta incluso devorarlas y así plasma el vacío magistralmente en su Coup de dés, donde el silencio de la página en blanco simboliza las infinitas posibilidades de la escritura cuya concreción es puro azar.

El silencio más significativo de los últimos tiempos es una silla vacía. La presente ausencia del Novel de la Paz, el disidente chino Liu Xiaobo, durante la entrega del premio es la mejor prueba de que el silencio tiene voz, una voz desgarradora, pero una voz, al fin y al cabo, que nadie podrá callar nunca, porque preexiste a la palabra y es símbolo de lucha por las libertades y símbolo también de la verdad que siempre acaba pujando por salir por mucho que haya quien pretenda amordazarla.

También el silencio que habla a gritos en la censura, en el exilio de innumerables intelectuales cuyas ideas se vigorizan, se vuelven ideal en el obligado mutismo. Los que ayer hubieron de hablar en la distancia (Pio Baroja, Jorge Guillén, Alberti, Pedro Salinas, Antonio Machado, Max Aub, José Lezama Lima, Virgilio Piñera…); los que hoy callan a gritos sin poder volver a su propia casa (Rolando Sánchez Mejías, Zoe Valdés, Gao Xingjian, Huang Xiang…).

En conclusión, el silencio es . Y a veces también , aunque la mayoría del tiempo pensamos que es . Y esto es lo único incuestionable que se puede decir de él.

Shhhhh!

Beatriz García
Beatriz García
martes, 18 de enero de 2011, 10:18 h (CET)
Hace una semana me descubrí en un bar de copas sentada junto a dos personas que no decían absolutamente nada. El común de los mortales tendemos a angustiarnos en este tipo de situaciones. Yo incluso llegué a pensar que si volvía a quedar con ellos – cosa bastante difícil -, me prepararía antes un tarjetón con preguntas del tipo “Cuál es tu color favorito o qué opinas sobre el hambre en el tercer mundo”. En Occidente el silencio nos es profundamente incómodo, desasosegante, mientras que los orientales, por ejemplo, aprovechan el mutismo para meditar sobre el roel de agua que deja el botellín de cerveza en la mesa o aquella mosca que pasa volando y ¡zas!, la cazan con unos palillos. Esta semana hilvano palabras para “hablar” sobre el silencio, una paradoja increíblemente certera, pues a veces el silencio habla a gritos y también a veces las palabras son huecas.

Para el compositor John Cage no hay manera de experimentar el silencio si uno está vivo - ¡paradoja!-, si no lo estás como vas escucharlo entonces… Claro que el teórico musical lo definía como abandono de la intención de oír y para mostrarnos este abandono grabó una pieza en la que un pianista se sentaba junto a un piano durante 4’33’’ sin tocar una sola tecla. Luego, John, también el silencio es el abandono de la intención de ruido… ¿O es que en el silencio podemos escuchar el susurro inaudible de algún arcano secreto? Porque es el silencio la morada de los secretos.

De lo que no cabe duda es que existe, pues sino cómo es posible pensar en ello. De hecho, los místicos del Medievo y también los poetas, que son los grandes entendidos en silencio, cuando escribían sobre lo inefable, cuando creaban palabras para contar lo que nadie antes había dicho, estaban también hablando del silencio. Sólo que entonces ya no era silencio, era el wikileaks de aquel tiempo.

Imaginen el discurso insustancial de un mitin político, promesas vacías, ruidos que rompen en aplausos que rompen en ruido de nuevo - ¿qué demonios es lo que ha dicho?- Ahora imaginen cinco minutos de silencioso mutismo en el Congreso. Terrorífico, ¿no les parece? Como la paz que precede a un tsunami o como mi amiga Laura, que cada vez que ve un mimo en las Ramblas de Barcelona sale corriendo. A mí me ocurre los mismo con el debate televisado del Estado de la Nación, le bajo el volumen a la tele y tiemblo. Cuántos más sentidos oculta el silencio.

Lo poesía siempre ha buscado fórmulas de describir el silencio por medio de imágenes. Para Mallarmé el silencio tenía voz propia. Decía el poeta que el blanco de la página afectaba a las palabras mismas hasta incluso devorarlas y así plasma el vacío magistralmente en su Coup de dés, donde el silencio de la página en blanco simboliza las infinitas posibilidades de la escritura cuya concreción es puro azar.

El silencio más significativo de los últimos tiempos es una silla vacía. La presente ausencia del Novel de la Paz, el disidente chino Liu Xiaobo, durante la entrega del premio es la mejor prueba de que el silencio tiene voz, una voz desgarradora, pero una voz, al fin y al cabo, que nadie podrá callar nunca, porque preexiste a la palabra y es símbolo de lucha por las libertades y símbolo también de la verdad que siempre acaba pujando por salir por mucho que haya quien pretenda amordazarla.

También el silencio que habla a gritos en la censura, en el exilio de innumerables intelectuales cuyas ideas se vigorizan, se vuelven ideal en el obligado mutismo. Los que ayer hubieron de hablar en la distancia (Pio Baroja, Jorge Guillén, Alberti, Pedro Salinas, Antonio Machado, Max Aub, José Lezama Lima, Virgilio Piñera…); los que hoy callan a gritos sin poder volver a su propia casa (Rolando Sánchez Mejías, Zoe Valdés, Gao Xingjian, Huang Xiang…).

En conclusión, el silencio es . Y a veces también , aunque la mayoría del tiempo pensamos que es . Y esto es lo único incuestionable que se puede decir de él.

Noticias relacionadas

Tras varios singles sobre el fin de su relación con el ex futbolista Gerard Piqué, Shakira publicó su duodécimo álbum de estudio, titulado "Las mujeres ya no lloran". Un análisis de Odds Scanner muestra que, poco menos de un mes después de su lanzamiento, el álbum de 'La Loba' ya es el más escuchado del año en Spotify, con más de 3.600 millones de streams. Por su parte, "Cowboy Carter", publicado por Beyoncé, ocupa el séptimo lugar con 750 millones de streams.

Dídac Flores es un eurofan de Eurovisión, el Festival de las televisiones públicas de la mayoría de los países europeos, desde que era un niño. Ha creado una obra musical que hace un año estrenó en Barcelona y Madrid y que ahora vuelve a escena para celebrar que dentro de muy poco, vuelve el festival eurovisivo.

Funambulista recaló ayer jueves 11 de abril en un Teatro Circo Price lleno hasta la bandera, y sacó el lado más animal de un público que acompañó al artista durante casi dos horas de concierto. Con el buen recuerdo de Madrid, Funambulista encara ya el final de esta gira “Animal acústico” que le llevará hoy viernes 12 de abril a Zaragoza, el 19 de abril a Barcelona y el 27 de abril a Valencia.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto