La cosecha cinematográfica de 2010 no ha sido como para tirar cohetes. A la hora de hacer balance y elegir las películas que, en mi opinión, han merecido realmente la pena de cuantas he podido ver este año, muy poco títulos me han venido a la mente. Da la impresión de que la crisis económica también esté afectando a las ideas, ya que cada vez es más difícil encontrar historias novedosas y cautivadoras en el séptimo arte, especialmente en el caso de Hollywood, que, un año más, nos ha vuelto a brindar su ya habitual retahíla de remakes, adaptaciones, secuelas y refritos varios.

Una de las poquísimas películas originales que se han estrenado este año es “Origen”, del gran Christopher Nolan, un director que se dio a conocer con la brillante “Memento” (2000) y que, tiempo después, se subió al carro de la franquicia de Batman para elevarla a la categoría de arte. En este caso, y después del enorme éxito de crítica y público de “El Caballero Oscuro” (2008), Nolan decidió no lanzarse directamente a por la tercera entrega de las nuevas aventuras del hombre murciélago (que está preparando en estos momentos) y optó por recuperar un guión que tenía guardado en un cajón desde hacía varios años. Para los que no tengan ni idea de qué va esto, la historia gira en torno a un equipo de “extractores” a sueldo, liderado por un tal Cobb (Leonardo Dicaprio), que se dedica a introducirse, a través de los sueños, en el subconsciente de determinadas personas para robarles información.

Lo que tenemos aquí es una rara avis en toda regla: una superproducción de Hollywood inteligente, ya que no sólo busca reventar las taquillas de medio mundo utilizando como reclamo a sus estrellas (Leo Dicaprio, en este caso) o sus efectos especiales, sino que también trata de plantear un reto al intelecto de los espectadores con una trama compleja y laberíntica. Nolan, con su habitual tono grave y trascendental, consigue llevarnos a través de un apasionante viaje por un mundo onírico e inquietante (en buena parte debido a la apabullante banda sonora de Hans Zimmer). No hay duda de que esta cinta se convertirá en un clásico de culto y en todo un referente en el género de la ciencia-ficción y el thriller.

En lo que se refiere a las secuelas, no todas las que se han estrenado este año han sido malas o, simplemente, pasables. El ejemplo más claro de ello es “Toy Story 3”. He de decir que yo no me esperaba gran cosa de este filme, a pesar de que sabía que había cosechado excelentes críticas en EEUU, y en verdad creí que la historia de estos juguetes vivientes no podría dar mucho más de sí. Me equivocaba por completo. La factoría Pixar me volvió a dejar con la boca abierta con una película completamente impecable desde cualquier punto de vista, una autentica muestra de cine con mayúsculas. Así de simple y rotundo.

Los responsables de la cinta están tan convencidos de su calidad que han estado haciendo campaña para que ésta sea nominada en la categoría de mejor película en la próxima ceremonia de los Óscar, algo que, en lo que se refiere al cine de animación, sólo se había visto anteriormente con “La Bella y la Bestia” en 1991. Razones no les faltan: los críticos del mundo entero les avalan.

Ya lo dije hace poco, pero para mí, sin duda, la mejor película de este año ha sido “La Red Social”, de David Fincher. En apariencia, la historia acerca de cómo se creó Facebook no parece que tenga demasiada chicha, sin embargo, en manos de Fincher y del genial guionista Aaron Sorkin (“El Ala Oeste de la Casa Blanca”), ésta adquiere toda su gravedad y dimensión dramática. Según la visión de estos dos genios, Mark Zuckerberg sería algo así como una especie de “Ciudadano Kane” del siglo XXI, sustituyendo el poder de la prensa por el de Internet. El estupendo director de filmes como “Seven” (1995) o “El Club de la Lucha” (1999) realiza en esta ocasión un sobrio y elegante ejercicio de estilo, redondeado por una soberbia banda sonora de tintes electrónicos compuesta por Trent Reznor (Nine Inch Nails) y Atticus Ross. Veo difícil que a esta joyita no le caiga algún Óscar.

En líneas generales, estos serían mis tres títulos favoritos de 2010. Ha habido otros filmes que me han parecido simplemente interesantes o entretenidos, pero estos son los únicos que creo que merecen trascender y permanecer en el recuerdo. Ahora crucemos los dedos para que, de verdad, este 2011 sea un año de cine.