Frente a los equipos de la parte alta de la clasificación, el Girona ha mostrado hasta ahora ser un equipo serio y duro, sobretodo en casa. Aun así, son ya cinco las jornadas sin ganar para los de Raúl Agné, eso sí, con una sola derrota.
Solidez defensiva y movilidad en ataque, sin crear muchas ocasiones pero frecuentando la zona de tres cuartos de campo contraria. Esa es la cara que está mostrando el Girona en la mayoría de los encuentros de esta temporada, donde se está viendo castigado por los pequeños errores y de ninguna manera recompensado por el esfuerzo y su buen hacer.
Celta y Salamanca son los últimos rivales que han pasado por Montilivi. Con un guión muy parecido en ambos choques, el Girona vio como tenía que remontar después que sus rivales se adelantaran en dos despistes defensivos a balón parado. Las segundas mitades de los dos partidos se disputaron prácticamente en el área visitante, pero los gerundenses no pudieron más que sacar el empate, desaprovechando oportunidades para sentenciar.
Continúa el calendario complicado
Habiéndose enfrentado ya a los tres grandes de la Liga (Betis, Rayo y Celta) con tan solo un punto de nueve posibles, los de Raúl Agné continúan su “gira” `por la parte alta de la clasificación. En las próximas tres jornadas, el Girona se verá las caras con Xerez, Cartagena y Barcelona B, los tres equipos que de momento acompañan al Celta en las plazas de playoff por el ascenso.
Para el próximo encuentro, Agné tendrá que hacer variaciones a su onze, sobretodo en la parte ofensiva. Las bajas de Peragón, sancionado, y Kiko Ratón, lesionado, podrían provocar una modificación en la doble punta habitualmente presentada.
Lo que parece prácticamente seguro es que Despotovic figurará en once titular. Lo que queda por ver es quien le acompañará. El otro punta natural del equipo es Víctor Curto, que solo ha jugado un partido esta temporada, en Albacete. Otra opción sería reforzar las bandas, con Chechu y Moha, y Jandro jugando de enganche por detrás del delantero serbio.
Agné deberá decidir si mantenerse fiel a su esquema habitual, o modificarlo para reforzar el centro del campo. Lo seguro es que lo que no querrá cambiar es la mentalidad de su equipo, siempre con la creación entre ceja y ceja.
Con esa idea el Girona buscará su primer triunfo fuera de su casa. El conjunto rojiblanco es uno de los cuatro equipos de la liga que todavía no sabe lo que es ganar a domicilio, junto con el Recre, el Alcorcón y el Albacete. En Xerez, sin sus dos puntas habituales, los gerundenses deben buscar el efecto sorpresa para llevarse los tres puntos.