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Almudena Negro

El cocido de la rebeldía

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En el transcurso de una reunión celebrada entre M.A. y E.Q. el pasado 11 de junio de 2010, el primero planteó a la delegada territorial ‘no sólo sus discrepancias con el actual equipo de dirección de la Comunidad, sino que sobre todo que “estaba en contacto con gente que ya no estaba dentro del partido, y que no tenía intención de colaborar dentro del mismo, que su objetivo era hacerle vacía ante cada propuesta” que hicieran desde la territorial (…) Los hechos descritos pueden ser calificados como falta muy grave (…) se señala como posible sanción a imponer la de suspensión de militancia por un periodo de seis meses’. Y se acuerda la suspensión provisional de militancia. M.A. pretendía presentar candidatura no oficial a las primarias de UPyD. Con esta resolución, firmada por E.M.G.P. y notificada el 3 de noviembre de 2010 (5 meses después de sucedidos los hechos) y recibida por parte del interesado el pasado día de la Almudena, se impidió la presentación de su candidatura. En Murcia algunos fueron en su día expedientados por “exceder la capacidad de crítica”. Cosas de la regeneración, la ética y la estética. Es lo que los rebeldes llaman “la persecución del discrepante”. A Javier Flores, candidato de UpyD a las primarias para el ayuntamiento de Madrid, que no estuvo en el cocido, se le informó de la apertura de diligencias informativas contra él la medianoche en que comenzaba la elección interna. Siguen abiertas. Cuatro militantes fueron expulsados manu militari, entre acusaciones de ser infiltrados del PP de Madrid, cuánta paranoia, por sus amistades en Facebook. Luego hubo que dar marcha atrás. Y es que la Constitución no permite, como es lógico en democracia, que un órgano tome tal decisión sin dar audiencia al interesado. Y pese a estos cientos de expedientes, cuentan que “no existe resolución alguna. Siempre los militantes se han acabado yendo del partido por voluntad propia”. Son ya más de 2.000, afirma Hernández Les, los decepcionados.

Pues bien, M.A. acudía el pasado sábado al restaurante “Estación de los Porches” a degustar un exquisito cocido que, como el viaje, se iba a pagar de su bolsillo. No lo hacía solo. Junto a él, algo más de un centenar de rebeldes llegados desde todos los rincones de España. Presidía el salón una gran pancarta que resumía el sentir de los allí presentes: “UPyD es un fraude”. El ágape, al cual fui invitada, resultó ameno y divertido y terminó a eso de las cinco de la tarde, hora taurina, con un comunicado de prensa, con el que estos ex militantes, “alertan” a la sociedad del “fraude político” que en su opinión constituye la formación de Rosa Díez, a quien tachan de “autoritaria”. Ciertamente, lo que más se oía en el salón era la palabra “estalinista”. Eso y las carcajadas al leerse un texto satírico de Ángel Soria que resumía irónicamente mucho de lo sucedido en los últimos tiempos. Por acusar, se los ha llegado a acusar, cuentan entre risas, de “estar a sueldo del PP”. La caraba.

El giro
“UPyD defiende desde su I Congreso una cosa extraña, invento de Gorriarán, llamado federalismo cooperativo de intensidad media que nadie sabe qué demonios es”, señalan indignados. “De la ponencia económica liberal de Buesa no queda nada”, concluyen. Al final, denuncian, “UPyD no es más que un chiringuito al servicio de Díez, Gorriarán y Fabo”.

Mikel Buesa, quien a última hora excusó su asistencia por motivos familiares, ha apoyado públicamente la candidatura catalana a la presidencia de la Generalitat de Albert Rivera. Quizá por eso y porque el CIS al UPyD de Díez y del ex Ciutadans Robles, supuesta formación nacional contraria al nacionalismo, no les da más de un ridículo 0.1% de intención de voto, el número 2 de la formación magenta, el oscuro Carlos Martínez Gorriarán arremetía esta pasada semana contra él y el resto de ex militantes, calificándolos de “resentidos” y “extremistas”, que es como en España la casta parasitaria califica a todo el que no les baila el agua. Pues he de decir que yo el sábado no vi resentimiento. Percibí decepción. Una profunda desilusión entre gente joven y gente más madura que creía compartir con una política profesional un proyecto. Idealistas a quienes el Estado de Partidos ha despertado a la cruda realidad abruptamente.

Fue un sueño…
“No tenía nada que ver con la política y me apunté a este partido con toda la ilusión porque me había creído el proyecto regenerador que vendía Rosa Díez. Trabajé altruistamente, puse dinero… Y resultó ser un fraude”, era el testimonio más repetido. Desgarrador el de A.P., llegada de Asturias, que me cuenta cómo apoyó en 2009 a Valia Merino, caso único en Europa de un candidato que es expedientado nada más perder un Congreso, y cómo tuvo que escuchar detrás de la puerta cerrada a la prensa, a Rosa Díez arremetiendo contra los críticos, llamándolos “batasunos”. “He sido guardia civil destinada en el País Vasco; he estado en Intxaurrondo, en Francia… me he jugado la vida. Cuando oí cómo Rosa nos llamaba batasunos me tuve que contener. A punto estuve de levantarme...”. Una pesadilla…

R.L. llegado de las bellas tierras vascas, donde se ha estado partiendo la cara en defensa de la libertad desde los tiempos de Maricastaña y con quien compartí mesa, mantel e interesante conversación, cuenta cómo se gestó UPyD, salido de “Basta ya” y “Plataforma Pro”. “Cuando en 2001 el PP, con Mariano Rajoy como ministro del Interior, quiso que la dirección de Basta ya tuviera, después de la exitosa manifestación de San Sebastián, una representación proporcional a la del Congreso, Gorriarán, yo mismo y muchos más nos opusimos a ello. Fue el final del movimiento cívico. Murió de éxito. A raíz de eso, siete personas decidieron que lo único que quedaba para capitalizar ese movimiento de la sociedad contra el terrorismo era el salto a la política”. Así, relató, nace Plataforma Pro y, a partir de ahí, “el fraude, del que me siento responsable por haber sido cofundador”. La Fundación Progreso y Democracia, denuncian otros, tiene un patronato cuyos miembros son los veinte de la dirección nacional de UpyD.

Cuenta también R.L. cómo antes de constituirse UPD –nombre originalmente elegido que”no se pudo registrar por existir ya”- se celebró una reunión en Madrid de futuros dirigentes de UPyD con Cándido Méndez y José María Fidalgo, esto es, con UGT y CC.OO, quienes “dieron el visto bueno al proyecto y prometieron mirar hacia otro lado si liberados sindicales suyos trabajaban full time para el partido de Díez”. Ella no estuvo en aquella reunión, matiza. A partir de ahí, son numerosos los relatos de puestas en escena para tomar el pelo a los militantes (“los de provincias llegábamos a Madrid convocados al Consejo Político y ya todo estaba decidido de antemano”), las decepciones personales y el giro político de la formación magenta.

No hubo forma de que destacados convocantes descartaran la creación de una nueva formación política. Tienen claro lo que les une: el espíritu fundacional de UPyD, “traicionado por el triunvirato formado por Díez, Gorriarán y Fabo”. "Todos los grandes cambios en Estados Unidos se inician en una cena", dijo el presidente Reagan en su discurso de despedida a la Nación en enero de 1989. Pues igual en España, quién sabe, comienzan con un cocido.

El cocido de la rebeldía

Almudena Negro
Almudena Negro
lunes, 22 de noviembre de 2010, 08:06 h (CET)
En el transcurso de una reunión celebrada entre M.A. y E.Q. el pasado 11 de junio de 2010, el primero planteó a la delegada territorial ‘no sólo sus discrepancias con el actual equipo de dirección de la Comunidad, sino que sobre todo que “estaba en contacto con gente que ya no estaba dentro del partido, y que no tenía intención de colaborar dentro del mismo, que su objetivo era hacerle vacía ante cada propuesta” que hicieran desde la territorial (…) Los hechos descritos pueden ser calificados como falta muy grave (…) se señala como posible sanción a imponer la de suspensión de militancia por un periodo de seis meses’. Y se acuerda la suspensión provisional de militancia. M.A. pretendía presentar candidatura no oficial a las primarias de UPyD. Con esta resolución, firmada por E.M.G.P. y notificada el 3 de noviembre de 2010 (5 meses después de sucedidos los hechos) y recibida por parte del interesado el pasado día de la Almudena, se impidió la presentación de su candidatura. En Murcia algunos fueron en su día expedientados por “exceder la capacidad de crítica”. Cosas de la regeneración, la ética y la estética. Es lo que los rebeldes llaman “la persecución del discrepante”. A Javier Flores, candidato de UpyD a las primarias para el ayuntamiento de Madrid, que no estuvo en el cocido, se le informó de la apertura de diligencias informativas contra él la medianoche en que comenzaba la elección interna. Siguen abiertas. Cuatro militantes fueron expulsados manu militari, entre acusaciones de ser infiltrados del PP de Madrid, cuánta paranoia, por sus amistades en Facebook. Luego hubo que dar marcha atrás. Y es que la Constitución no permite, como es lógico en democracia, que un órgano tome tal decisión sin dar audiencia al interesado. Y pese a estos cientos de expedientes, cuentan que “no existe resolución alguna. Siempre los militantes se han acabado yendo del partido por voluntad propia”. Son ya más de 2.000, afirma Hernández Les, los decepcionados.

Pues bien, M.A. acudía el pasado sábado al restaurante “Estación de los Porches” a degustar un exquisito cocido que, como el viaje, se iba a pagar de su bolsillo. No lo hacía solo. Junto a él, algo más de un centenar de rebeldes llegados desde todos los rincones de España. Presidía el salón una gran pancarta que resumía el sentir de los allí presentes: “UPyD es un fraude”. El ágape, al cual fui invitada, resultó ameno y divertido y terminó a eso de las cinco de la tarde, hora taurina, con un comunicado de prensa, con el que estos ex militantes, “alertan” a la sociedad del “fraude político” que en su opinión constituye la formación de Rosa Díez, a quien tachan de “autoritaria”. Ciertamente, lo que más se oía en el salón era la palabra “estalinista”. Eso y las carcajadas al leerse un texto satírico de Ángel Soria que resumía irónicamente mucho de lo sucedido en los últimos tiempos. Por acusar, se los ha llegado a acusar, cuentan entre risas, de “estar a sueldo del PP”. La caraba.

El giro
“UPyD defiende desde su I Congreso una cosa extraña, invento de Gorriarán, llamado federalismo cooperativo de intensidad media que nadie sabe qué demonios es”, señalan indignados. “De la ponencia económica liberal de Buesa no queda nada”, concluyen. Al final, denuncian, “UPyD no es más que un chiringuito al servicio de Díez, Gorriarán y Fabo”.

Mikel Buesa, quien a última hora excusó su asistencia por motivos familiares, ha apoyado públicamente la candidatura catalana a la presidencia de la Generalitat de Albert Rivera. Quizá por eso y porque el CIS al UPyD de Díez y del ex Ciutadans Robles, supuesta formación nacional contraria al nacionalismo, no les da más de un ridículo 0.1% de intención de voto, el número 2 de la formación magenta, el oscuro Carlos Martínez Gorriarán arremetía esta pasada semana contra él y el resto de ex militantes, calificándolos de “resentidos” y “extremistas”, que es como en España la casta parasitaria califica a todo el que no les baila el agua. Pues he de decir que yo el sábado no vi resentimiento. Percibí decepción. Una profunda desilusión entre gente joven y gente más madura que creía compartir con una política profesional un proyecto. Idealistas a quienes el Estado de Partidos ha despertado a la cruda realidad abruptamente.

Fue un sueño…
“No tenía nada que ver con la política y me apunté a este partido con toda la ilusión porque me había creído el proyecto regenerador que vendía Rosa Díez. Trabajé altruistamente, puse dinero… Y resultó ser un fraude”, era el testimonio más repetido. Desgarrador el de A.P., llegada de Asturias, que me cuenta cómo apoyó en 2009 a Valia Merino, caso único en Europa de un candidato que es expedientado nada más perder un Congreso, y cómo tuvo que escuchar detrás de la puerta cerrada a la prensa, a Rosa Díez arremetiendo contra los críticos, llamándolos “batasunos”. “He sido guardia civil destinada en el País Vasco; he estado en Intxaurrondo, en Francia… me he jugado la vida. Cuando oí cómo Rosa nos llamaba batasunos me tuve que contener. A punto estuve de levantarme...”. Una pesadilla…

R.L. llegado de las bellas tierras vascas, donde se ha estado partiendo la cara en defensa de la libertad desde los tiempos de Maricastaña y con quien compartí mesa, mantel e interesante conversación, cuenta cómo se gestó UPyD, salido de “Basta ya” y “Plataforma Pro”. “Cuando en 2001 el PP, con Mariano Rajoy como ministro del Interior, quiso que la dirección de Basta ya tuviera, después de la exitosa manifestación de San Sebastián, una representación proporcional a la del Congreso, Gorriarán, yo mismo y muchos más nos opusimos a ello. Fue el final del movimiento cívico. Murió de éxito. A raíz de eso, siete personas decidieron que lo único que quedaba para capitalizar ese movimiento de la sociedad contra el terrorismo era el salto a la política”. Así, relató, nace Plataforma Pro y, a partir de ahí, “el fraude, del que me siento responsable por haber sido cofundador”. La Fundación Progreso y Democracia, denuncian otros, tiene un patronato cuyos miembros son los veinte de la dirección nacional de UpyD.

Cuenta también R.L. cómo antes de constituirse UPD –nombre originalmente elegido que”no se pudo registrar por existir ya”- se celebró una reunión en Madrid de futuros dirigentes de UPyD con Cándido Méndez y José María Fidalgo, esto es, con UGT y CC.OO, quienes “dieron el visto bueno al proyecto y prometieron mirar hacia otro lado si liberados sindicales suyos trabajaban full time para el partido de Díez”. Ella no estuvo en aquella reunión, matiza. A partir de ahí, son numerosos los relatos de puestas en escena para tomar el pelo a los militantes (“los de provincias llegábamos a Madrid convocados al Consejo Político y ya todo estaba decidido de antemano”), las decepciones personales y el giro político de la formación magenta.

No hubo forma de que destacados convocantes descartaran la creación de una nueva formación política. Tienen claro lo que les une: el espíritu fundacional de UPyD, “traicionado por el triunvirato formado por Díez, Gorriarán y Fabo”. "Todos los grandes cambios en Estados Unidos se inician en una cena", dijo el presidente Reagan en su discurso de despedida a la Nación en enero de 1989. Pues igual en España, quién sabe, comienzan con un cocido.

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