Cuando uno de los grandes del baloncesto debe estar alejado del sitio que más quiere duele, y mucho. Además de ser un gran jugador es una bellísima persona, y cuando uno ve que sufre, padece su pena como si fuera él. No es justo que ahora, en el que quizás es su último año en la élite, tenga que estar fuera de las canchas.
Gianluca Basile (1975) fue operado el pasado miércoles de una metatarsalgia que sufría en el quinto metatarsiano del pie izquierdo. Para los que como un servidor no entienden de tecnicismos, se trata de una lesión muy dolorosa en el dedo pequeño del pie. Se espera que esté de baja unos tres meses, así que se perderá, por lo pronto, toda la primera vuelta de la ACB y la primera fase de la Euroliga. La mala noticia, más allá de la lesión, fue que desde el club azulgrana decidieron llevar a cabo, a principios de octubre, un tratamiento conservador con la lesión que no ha dado efecto. Eso ha hecho que la zona no mejorara y que se optara por la intervención quirúrgica. Basile no es un tipo cualquiera. Se trata de un jugador imprevisible, de aquellos que marcan una época y serán recordados. El público le quiere, le ama.
Es más, Gianluca ha sido uno de los pocos profesionales que con su juego se ha ganado a un público muy exigente, que le criticaba en los primeros años y que le adora después de cinco. Las altas expectativas creadas con su fichaje ahora hace ya cinco años (1 millón de traspaso y ficha anual), le pasó factura, pues la gente se esperaba otro tipo de jugador mucho más anotador. A lo largo de las diferentes temporadas, éste italiano supo cambiar su juego y adaptarse a las necesidades del equipo. Si hay que defender fuerte, él el primero. Si hay que estar encima del mejor jugador rival, ahí está él. Y en el otro lado de la cancha también cumple. Si el balón quema que nadie se preocupa. Ahí aparece Basile y con un triple soluciona la papeleta. O simplemente, sin ser el base, ordena a sus compañeros y manda una jugada como si de un base puro se tratara. Quedan pocos jugadores en toda Europa con su oficio, su profesionalidad y su dedicación.
Con seis temporadas es el tercer jugador extranjero que más años ha estado en Barcelona, por detrás de Norman Carmicheal (9) y Steve Trumbo (7) y según las estadísticas recogidas ya es el jugador foráneo que más veces ha vestido la camiseta azulgrana. No es fácil, y menos en el Barça, estar tanto tiempo y a un gran nivel. Él lo ha conseguido a sus 35 años. Además, es el máximo triplista de la historia de la Euroliga con 381 triples. Que nadie ‘mate’ a Basile, tiene muchas ganas de seguir dando guerra y Xavi Pascual le espera con los brazos abiertos.
No es baladí que ahora el Barça sufra en defensa y no tenga la agresividad necesaria. Se está empezando a notar su baja y su implicación con sus compañeros. Falta en pista ese líder que transmite confianza y seguridad a los jugadores. Se echan de menos los magníficos triples que partido tras partido anotaba. La afición barcelonista está más apagada que antaño, les falta ver en el campo al ‘5’ azulgrana. Pero no se preocupen. Volverá fresco y con más corazón que nunca. Sabe que puede ser su último año como profesional y querrá volver a ganar. El baloncesto europeo no se entiende sin la figura de Gianluca Basile y el Barça no es el mismo sin el italiano. Hasta su vuelta faltará magia en el Palau. Vuelve pronto, Gianluca.
