Disputadas nueve jornadas, y con un principio de temporada tan duro como tenía el Hércules, se puede decir que el balance es positivo. Los alicantinos se han enfrentado a los cuatro primeros clasificados y se encuentran con nueve puntos, habiendo ganado a rivales de la entidad de Barça o Sevilla. Ahora, con rivales más asequibles –en el papel-, empieza la verdadera lucha.
No sólo las victorias han llenado de ilusión a los aficionados, también los grandes partidos que han hecho frente a grandes rivales y donde la derrota ha sido por una diferencia mínima, a excepción del Real Madrid –aunque el equipo blanco sólo pudo remontar el partido en los diez últimos minutos-. Athletic de Bilbao o Valencia sufriron para ganarles, y el Villarreal sólo pudo salir del Rico Pérez con un empate.
Está claro que ha habido un cambio de tendencia en la ciudad. Alicante ya no es madridista, como se demostró en el partido ante los de Cristiano Ronaldo. El luso, por ejemplo, aguantó desde el primer minuto los silbidos del respetable y al final su rabia se cebó contra los mismos al tocarse la oreja celebrando el segundo gol. Alicante es del Hércules, como primer equipo de los aficionados, y los jugadores que hay en el campo lo notan, especialmente porque la ilusión del público se transmite rápidamente al césped.
El proyecto que ha hecho el club es para quedarse en la categoría muchos años, y que los bares se llenen en la ciudad para ver al Hércules en Primera. No al Barça y al Madrid en la máxima categoría y luego al equipo de la ciudad un nivel por debajo. La entidad blanquiazul ha conseguido que el Hércules sea el referente en Alicante, ciudad y provincia. Una tarea que nunca es fácil apelando a la historia.
La lucha por la permanencia se dilucida a partir de ahora
El premio al ascenso han sido estas primeras jornadas, donde han venido algunos de los más temibles rivales y los aficionados han podido ver en el campo a varios de los mejores jugadores del planeta. Pero ahora viene otra fase: jugar la verdadera Liga, la de los equipos modestos, donde cada partido se considera una final y cualquier pinchazo puede suponer colocarse en posiciones comprometidas. Toca dar la talla ante equipos de niveles similares al Hércules. El aficionado es optimista, el camino que se sigue es el correcto, pero maldito el tópico que siempre tiene razón: Queda mucha Liga. Y si no que se lo pregunten a muchos equipos revelación de otros años…