El Málaga es víctima de su falta de creación de juego. Inoperancia en el centro del campo. Las carencias para llegar al área rival lastran al conjunto de Ferreira y provocan que las oportunidades sean escasas
El mal juego en casa es muy preocupante, se argumentó que las derrotas anteriores eran justificables por la visita de equipos de Champions pero lo de ayer frente a la Real Sociedad, rival directo por el descenso, no le vale al aficionado. Es evidente que hoy día el Málaga no tiene recursos para construir juego.
Ferreira insiste en su capacidad de trabajo diaria y que se siente capacitado para sacar adelante un vestuario tocado. La confianza se le agota al técnico luso ya que los aficionados mostraron su enfado no sólo al final del partido sino en el descanso del encuentro. La paciencia del jeque es lo que hoy día le puede permitir seguir al frente del Málaga. Hay tiempo para que el equipo evolucione pero es necesario ganar y jugar al fútbol, dos cuestiones que últimamente desconocen tanto el entrenador como la plantilla.
Vuelven fantasmas del pasado por Martiricos al ver a su equipo en puestos de descenso y eso que la inversión realizada por el jeque convirtió al Málaga en el cuarto presupuesto de Primera División. Los síntomas del 'enfermo' son preocupantes aunque la cura puede llegar a base de talonario qatarí, tarde o no, lo veremos a lo largo del campeonato.