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Sara Massa

Monólogo azulgrana

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Ayer, el Barça ganó 2-0 al Copenhague y cómo siempre el partido sólo tuvo un dueño, el equipo de Pep Guardiola. Una maravilla de conjunto en el que queda demostrado que da igual quién juegue. Si algo preocupa es saber porque los goles no entran.

El Barcelona jugó como siempre, pero no ganó como siempre o como últimamente nos tenía acostumbrados. Porque el equipo azulgrana ayer tendría que haberse ido al descanso con un 3-0 como mínimo y lo hizo con victoria por la mínima, gracias a un gol espectacular de Messi a los 19 minutos.

En el Barça preocupa bastante la falta de efectividad que muestra el equipo. Villa volvió a fallar lo imposible y aunque el balón sólo tuvo un dueño, el Barcelona, al segundo gol, el de la sentencia, le costó llegar, tanto que lo hizo en el último minuto. Otra vez Messi volvió a marcar y a poner el 2 a 0 definitivo en el marcador.

Las buenas noticias para los de Pep fueron las dos ocasiones al palo de los azulgrana, una de Villa en la primera parte y otra de Alves en la segunda, y que ante todo el equipo dominó el partido, tuvo el balón y supo mantener su estilo durante todo el encuentro.

Guardiola tuvo que hacer sendos cambios. En la portería debido a una gastroenteritis de Víctor Valdés, en la defensa colocando a Abidal de lateral derecho y en el medio del campo, poniendo a Maxwell como interior izquierdo acompañando a Iniesta, ayer reconvertido Xavi, a Busquets y a Mascherano que también entró en el once.

Delante Villa y Messi como siempre y a jugar. Con Pedrito y Xavi viendo el partido desde el banquillo, el Barça jugó sus cartas y le salió bien. El Copenhague fue un equipo muy bien colocado sobre el terreno de juego que intentó por todos los medios que el Barcelona no desplegase su juego.

Pero los espacios que dejaron les jugaron una mala pasada y los espectaculares pases de Iniesta tomaron forma. Sigue preocupando la actitud fallona de Villa. Lo intentó de todas las maneras, pero cuando no era el portero, era el larguero y el ‘guaje’ se volvió a quedar sin marcar el gol que tanto ansía. A pesar de todo, el Barça estuvo de 10 y como siempre da gusto verlos jugar. Un monólogo azulgrana de noventa minutos.

Monólogo azulgrana

Sara Massa
Sara Massa
jueves, 21 de octubre de 2010, 07:20 h (CET)
Ayer, el Barça ganó 2-0 al Copenhague y cómo siempre el partido sólo tuvo un dueño, el equipo de Pep Guardiola. Una maravilla de conjunto en el que queda demostrado que da igual quién juegue. Si algo preocupa es saber porque los goles no entran.

El Barcelona jugó como siempre, pero no ganó como siempre o como últimamente nos tenía acostumbrados. Porque el equipo azulgrana ayer tendría que haberse ido al descanso con un 3-0 como mínimo y lo hizo con victoria por la mínima, gracias a un gol espectacular de Messi a los 19 minutos.

En el Barça preocupa bastante la falta de efectividad que muestra el equipo. Villa volvió a fallar lo imposible y aunque el balón sólo tuvo un dueño, el Barcelona, al segundo gol, el de la sentencia, le costó llegar, tanto que lo hizo en el último minuto. Otra vez Messi volvió a marcar y a poner el 2 a 0 definitivo en el marcador.

Las buenas noticias para los de Pep fueron las dos ocasiones al palo de los azulgrana, una de Villa en la primera parte y otra de Alves en la segunda, y que ante todo el equipo dominó el partido, tuvo el balón y supo mantener su estilo durante todo el encuentro.

Guardiola tuvo que hacer sendos cambios. En la portería debido a una gastroenteritis de Víctor Valdés, en la defensa colocando a Abidal de lateral derecho y en el medio del campo, poniendo a Maxwell como interior izquierdo acompañando a Iniesta, ayer reconvertido Xavi, a Busquets y a Mascherano que también entró en el once.

Delante Villa y Messi como siempre y a jugar. Con Pedrito y Xavi viendo el partido desde el banquillo, el Barça jugó sus cartas y le salió bien. El Copenhague fue un equipo muy bien colocado sobre el terreno de juego que intentó por todos los medios que el Barcelona no desplegase su juego.

Pero los espacios que dejaron les jugaron una mala pasada y los espectaculares pases de Iniesta tomaron forma. Sigue preocupando la actitud fallona de Villa. Lo intentó de todas las maneras, pero cuando no era el portero, era el larguero y el ‘guaje’ se volvió a quedar sin marcar el gol que tanto ansía. A pesar de todo, el Barça estuvo de 10 y como siempre da gusto verlos jugar. Un monólogo azulgrana de noventa minutos.

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