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Johari Gautier Carmona

Identidad e independencia en la literatura latinoamericana

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En un acto literario dedicado al bicentenario de la independencia de los países de América Latina, la escritora colombiana Consuelo Triviño ha presentado las distintas problemáticas a las que se enfrenta el escritor latinoamericano. La autora de novelas como “La semilla de la ira” o “La isla en la Luna” ha evidenciado la necesidad de reflexionar sobre el concepto de la identidad y la relación del autor latinoamericano con el mercado español.

¿Debe existir una literatura latinoamericana?
Cuando algunos intelectuales reflexionan sobre si la independencia de la literatura latinoamericana nació junto con la independencia política de Sudamérica, Consuelo Triviño va más allá y se pregunta si debería existir una literatura latinoamericana. Aunque pueda parecer algo sorprendente, o por lo menos algo extraña, esta pregunta tiene su fundamento. Dentro de la literatura hispana, existe una separación entre literatura española y literatura latinoamericana que la autora considera “poco operativa”. Esto no ocurre, por ejemplo, en la lengua inglesa donde un escritor norteamericano o un escritor sudafricano (como J.M. Coetzee) son considerados como legítimos integrantes de la literatura inglesa. Tampoco ocurre con la literatura francesa o alemana.

La separación, que Consuelo describe como problemática, conlleva otras preguntas a las que tiene que enfrentarse el escritor. Así pues, ante la ardua tarea de promoción y de difusión de la obra, el autor latinoamericano debe reflexionar sobre cómo ha de presentarse ante el público. Muchos escritores son tentados por la idea de disimular su lugar de nacimiento para evitar una posible catalogación y así acercarse a un público más amplio. De esta forma, consideran que evitan los estereotipos o las asociaciones que les puedan perjudicar. También existen autores que rehúyen de la etiqueta de “autor latinoamericano” porque quieren romper con los tópicos y tocar otros temas que no sean la del dictador, el telurismo o el realismo mágico. Como explica Consuelo Triviño, “se quieren distanciar de la fórmula del realismo mágico, pero no del realismo como movimiento o estética”.

“La identidad es una ficción. No es una realidad”
Ante esa clasificación que suscita vivas emociones o recelos, debemos preguntarnos qué significa realmente ser un escritor latinoamericano. Para Consuelo Triviño, la respuesta depende de dónde se formula. “Hubo un momento en que ser un escritor latinoamericano equivalía a ser [como] Cortázar, Gabriel García Márquez o Vargas Llosa. Es decir prestigio. Sin embargo, ahora, los autores latinoamericanos más jóvenes se enfrentan a otros prestigios y tienen que competir en el mercado con Pérez Reverte o Luis Zafón, es decir el Star System del mercado”. Semejante competencia obliga a plantearse distintas cuestiones de estilo que tienen que ver con el marketing e invitan a alejarse de los tópicos o escribir en un castellano más estándar para ampliar la audiencia y evitar las etiquetas.

Sin lugar a dudas, esta situación se estriba de una dependencia relativa. Como bien describe la autora colombiana, la industria editorial española tiene sus sellos en distintos países de América Latina que editan a los autores latinoamericanos con los mismos criterios comerciales que se imponen en España. Los autores que no entran en estos criterios se quedan fuera. Aún así, Consuelo destaca la existencia de una literatura hispanoamericana publicada en editoriales pequeñas que mantienen una actividad destacable e nos hace reflexionar sobre la siguiente cuestión: ¿Acaso el auténtico autor latinoamericano es el que publica en los pequeños sellos y evita así los severos criterios impuestos por la industria? Más allá de los estereotipos, Consuelo Triviño explica que ser un autor latinoamericano no depende tanto de los temas que se elijan. Borges, por ejemplo, es, para ella, el prototipo de escritor latinoamericano por excelencia. “Tocó absolutamente todos los temas. Su primer libro se titula Fervor de Buenos Aires. Hay en él una vocación universal y aspiración del escritor latinoamericano a tocar distintos temas y distintas culturas”.

Con todo esto, queda claro que la identidad del autor latinoamericano no es fácil de resolver. Esta dificultad puede deberse a la pregunta formulada al principio –¿Debe existir una literatura latinoamericana?– y al hecho que, como bien argumenta Consuelo Triviño, “la identidad, esa palabra tan antipática, también es una ficción. No es una realidad”.

Identidad e independencia en la literatura latinoamericana

Johari Gautier Carmona
Johari Gautier Carmona
viernes, 14 de mayo de 2010, 06:06 h (CET)
En un acto literario dedicado al bicentenario de la independencia de los países de América Latina, la escritora colombiana Consuelo Triviño ha presentado las distintas problemáticas a las que se enfrenta el escritor latinoamericano. La autora de novelas como “La semilla de la ira” o “La isla en la Luna” ha evidenciado la necesidad de reflexionar sobre el concepto de la identidad y la relación del autor latinoamericano con el mercado español.

¿Debe existir una literatura latinoamericana?
Cuando algunos intelectuales reflexionan sobre si la independencia de la literatura latinoamericana nació junto con la independencia política de Sudamérica, Consuelo Triviño va más allá y se pregunta si debería existir una literatura latinoamericana. Aunque pueda parecer algo sorprendente, o por lo menos algo extraña, esta pregunta tiene su fundamento. Dentro de la literatura hispana, existe una separación entre literatura española y literatura latinoamericana que la autora considera “poco operativa”. Esto no ocurre, por ejemplo, en la lengua inglesa donde un escritor norteamericano o un escritor sudafricano (como J.M. Coetzee) son considerados como legítimos integrantes de la literatura inglesa. Tampoco ocurre con la literatura francesa o alemana.

La separación, que Consuelo describe como problemática, conlleva otras preguntas a las que tiene que enfrentarse el escritor. Así pues, ante la ardua tarea de promoción y de difusión de la obra, el autor latinoamericano debe reflexionar sobre cómo ha de presentarse ante el público. Muchos escritores son tentados por la idea de disimular su lugar de nacimiento para evitar una posible catalogación y así acercarse a un público más amplio. De esta forma, consideran que evitan los estereotipos o las asociaciones que les puedan perjudicar. También existen autores que rehúyen de la etiqueta de “autor latinoamericano” porque quieren romper con los tópicos y tocar otros temas que no sean la del dictador, el telurismo o el realismo mágico. Como explica Consuelo Triviño, “se quieren distanciar de la fórmula del realismo mágico, pero no del realismo como movimiento o estética”.

“La identidad es una ficción. No es una realidad”
Ante esa clasificación que suscita vivas emociones o recelos, debemos preguntarnos qué significa realmente ser un escritor latinoamericano. Para Consuelo Triviño, la respuesta depende de dónde se formula. “Hubo un momento en que ser un escritor latinoamericano equivalía a ser [como] Cortázar, Gabriel García Márquez o Vargas Llosa. Es decir prestigio. Sin embargo, ahora, los autores latinoamericanos más jóvenes se enfrentan a otros prestigios y tienen que competir en el mercado con Pérez Reverte o Luis Zafón, es decir el Star System del mercado”. Semejante competencia obliga a plantearse distintas cuestiones de estilo que tienen que ver con el marketing e invitan a alejarse de los tópicos o escribir en un castellano más estándar para ampliar la audiencia y evitar las etiquetas.

Sin lugar a dudas, esta situación se estriba de una dependencia relativa. Como bien describe la autora colombiana, la industria editorial española tiene sus sellos en distintos países de América Latina que editan a los autores latinoamericanos con los mismos criterios comerciales que se imponen en España. Los autores que no entran en estos criterios se quedan fuera. Aún así, Consuelo destaca la existencia de una literatura hispanoamericana publicada en editoriales pequeñas que mantienen una actividad destacable e nos hace reflexionar sobre la siguiente cuestión: ¿Acaso el auténtico autor latinoamericano es el que publica en los pequeños sellos y evita así los severos criterios impuestos por la industria? Más allá de los estereotipos, Consuelo Triviño explica que ser un autor latinoamericano no depende tanto de los temas que se elijan. Borges, por ejemplo, es, para ella, el prototipo de escritor latinoamericano por excelencia. “Tocó absolutamente todos los temas. Su primer libro se titula Fervor de Buenos Aires. Hay en él una vocación universal y aspiración del escritor latinoamericano a tocar distintos temas y distintas culturas”.

Con todo esto, queda claro que la identidad del autor latinoamericano no es fácil de resolver. Esta dificultad puede deberse a la pregunta formulada al principio –¿Debe existir una literatura latinoamericana?– y al hecho que, como bien argumenta Consuelo Triviño, “la identidad, esa palabra tan antipática, también es una ficción. No es una realidad”.

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