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Herme Cerezo

Trenes y tebeos, una unión indisoluble

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Si hay dos objetos que, a lo largo del tiempo, han tenido una relación más clara y directa, éstos son los trenes y los tebeos. De pequeños, ¿cuántas veces habremos pasado de jugar con nuestro tren, eléctrico o de cuerda, a leer el ‘TBO’, el ‘Pulgarcito’ o el ‘Tío Vivo’ y viceversa? Muchas, probablemente incontables. Y es que ambos, tren y tebeos, permanecen indisolublemente unidos a nuestro pasado, a nuestra memoria, forman parte de ella. Aún ahora, en la edad provecta, más de uno continúa (continuamos) consumiendo tebeos, como un producto cultural más, al tiempo que se dedica a construir maquetas de trenes o, al menos, se extasía al pasear por las calles de nuestras ciudades y detenerse ante un escaparate en el que varios trenes eléctricos, sin solución de continuidad, atraviesan túneles, cambian de vías o suben y bajan por montañas construidas con mucho entusiasmo, poliuretano y barnices de muy diversos colores. Por eso la publicación del libro ‘El tren en los tebeos’, que llevaron a cabo hace unos años, cuatro exactamente, su autor, Luis Conde Martín, y Ediciones El Jueves, con la aquiescencia de Renfe, está más que justificada. Y es que para leer cosas interesantes no es necesario estar al tanto de la última novedad del mercado, aunque por supuesto eso también sea importante.




Portada de "El tren en los tebeos".


‘El tren en los tebeos’ es un volumen dividido en diez capítulos (Orígenes del tren y los tebeos; El tren y la opinión pública; Trenes de la risa ...; ... Y los trenes de la aventura; La evolución de las locomotoras de vapor; El tren eléctrico; El tren diésel y los autotrenes; La gran velocidad: del Talgo al AVE; Los trenes futuristas y Antología de obras y autores. Homenaje a Juan García Iranzo) en el que se habla del desarrollo del ferrocarril, acompañándolo de una cuidada selección de imágenes, extraídas no sólo de los tebeos de todas las épocas, sino también de grabados y dibujos publicados en revistas especializadas. Es obvio que se trata de una publicación eminentemente visual, no podía ser de otro modo, lo dice el propio Luis Conde al comienzo del libro, pero creo que un juicio basado únicamente en el apartado gráfico del álbum sería injusto, además de parcial. Y es que ‘El tren en los tebeos’ posee unos textos muy ricos en datos y hechos, que nos permiten comprender, con una lectura rápida, el fenómeno del ferrocarril a lo largo de los siglos XIX y XX, su expansión y su importancia como medio de difusión comercial. El nacimiento de muchas ciudades del orbe está estrechamente ligado a este medio de locomoción, así como el desarrollo de otras villas ya consolidadas. Tener una estación de tren en aquellos tiempos no era cualquier cosa, era la diferencia entre el vivir y crecer o el morir apartados de la civilización. Y si no, que se lo pregunten a los estadounidenses, que se expandieron hacia el Oeste gracias al "caballo de hierro", tal y como cuentan Giraud y Charlier en los cómics del Teniente Blueberry que también aparece este libro.

Las imágenes seleccionadas por Luis Conde Martín nos permiten, igualmente, dar un repaso a algunos tebeos, ya desaparecidos, de los que habíamos oído hablar pero que nunca habíamos visto. Hay portadas del primer ‘Pulgarcito’ o de ‘Flechas y Pelayos’, así como chistes e historietas de ‘En Patufet’. Aunque abundan ilustraciones todavía más antiguas, de finales del XIX. Por supuesto, el humor, tan consustancial muchas veces al cómic, también está presente a través de las publicaciones de Bruguera, TBO, ‘La Codorniz’ o ‘La Historia de España (vista con buenos ojos)’. La plana mayor de los mejores dibujantes de tebeos están aquí presentes: Daniel Torres, Hergé, Francisco Hidalgo, Martín Morales, Máximo, Cesc (no el fútbolista, claro), Carlos Giménez, Benejam, Miguel Ángel Gallardo, Ibáñez, Ventura, Mique Beltrán, Vázquez, Winsor Mc Cay, José Ortiz, Will Eisner, Mingote, Víctor de la Fuente, Giraud, Brocal Remohí, Bilal, Jordi Benet, Hugo Pratt, Hernández Palacios, Theovan den Boogaard, Manara, Jacobs, Schuiten, Tardi, Boixcar y otros muchos más. Por último, y como ya he citado en el índice del principio, ‘El tren en los tebeos’ dedica el capítulo final a Juan García Iranzo, historietista, hijo de ferroviario y creador entre otros personajes de ‘Dick Relámpago’, ‘Rayo Kit’ y ‘El Cachorro’. El volumen se remata con la inclusión de tres páginas con recortables de locomotoras de tren, todo un lujo que en su día se vendía en los kioscos para regalo de la vista, enseñanza de la mente y entretenimiento manual.

Por último, señalar que el autor del libro, Luis Conde Martín, es un estudioso de los tebeos, que creo que no se ha olvidado de nada ni de nadie a la hora de construir ‘El tren en los tebeos’. Además de ser autor de un buen puñado de artículos sobre el mundo del cómic, ha escrito también los libros ‘Historia del humor gráfico en España’ e ‘Historia del humor gráfico en España. La distorsión internacional’.

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‘El tren en los tebeos’ de Luis Conde Martín; Renfe y Ediciones El Jueves S.A. Tapa dura, color, 245 págs.

Trenes y tebeos, una unión indisoluble

Herme Cerezo
Herme Cerezo
lunes, 19 de abril de 2010, 01:13 h (CET)
Si hay dos objetos que, a lo largo del tiempo, han tenido una relación más clara y directa, éstos son los trenes y los tebeos. De pequeños, ¿cuántas veces habremos pasado de jugar con nuestro tren, eléctrico o de cuerda, a leer el ‘TBO’, el ‘Pulgarcito’ o el ‘Tío Vivo’ y viceversa? Muchas, probablemente incontables. Y es que ambos, tren y tebeos, permanecen indisolublemente unidos a nuestro pasado, a nuestra memoria, forman parte de ella. Aún ahora, en la edad provecta, más de uno continúa (continuamos) consumiendo tebeos, como un producto cultural más, al tiempo que se dedica a construir maquetas de trenes o, al menos, se extasía al pasear por las calles de nuestras ciudades y detenerse ante un escaparate en el que varios trenes eléctricos, sin solución de continuidad, atraviesan túneles, cambian de vías o suben y bajan por montañas construidas con mucho entusiasmo, poliuretano y barnices de muy diversos colores. Por eso la publicación del libro ‘El tren en los tebeos’, que llevaron a cabo hace unos años, cuatro exactamente, su autor, Luis Conde Martín, y Ediciones El Jueves, con la aquiescencia de Renfe, está más que justificada. Y es que para leer cosas interesantes no es necesario estar al tanto de la última novedad del mercado, aunque por supuesto eso también sea importante.




Portada de "El tren en los tebeos".


‘El tren en los tebeos’ es un volumen dividido en diez capítulos (Orígenes del tren y los tebeos; El tren y la opinión pública; Trenes de la risa ...; ... Y los trenes de la aventura; La evolución de las locomotoras de vapor; El tren eléctrico; El tren diésel y los autotrenes; La gran velocidad: del Talgo al AVE; Los trenes futuristas y Antología de obras y autores. Homenaje a Juan García Iranzo) en el que se habla del desarrollo del ferrocarril, acompañándolo de una cuidada selección de imágenes, extraídas no sólo de los tebeos de todas las épocas, sino también de grabados y dibujos publicados en revistas especializadas. Es obvio que se trata de una publicación eminentemente visual, no podía ser de otro modo, lo dice el propio Luis Conde al comienzo del libro, pero creo que un juicio basado únicamente en el apartado gráfico del álbum sería injusto, además de parcial. Y es que ‘El tren en los tebeos’ posee unos textos muy ricos en datos y hechos, que nos permiten comprender, con una lectura rápida, el fenómeno del ferrocarril a lo largo de los siglos XIX y XX, su expansión y su importancia como medio de difusión comercial. El nacimiento de muchas ciudades del orbe está estrechamente ligado a este medio de locomoción, así como el desarrollo de otras villas ya consolidadas. Tener una estación de tren en aquellos tiempos no era cualquier cosa, era la diferencia entre el vivir y crecer o el morir apartados de la civilización. Y si no, que se lo pregunten a los estadounidenses, que se expandieron hacia el Oeste gracias al "caballo de hierro", tal y como cuentan Giraud y Charlier en los cómics del Teniente Blueberry que también aparece este libro.

Las imágenes seleccionadas por Luis Conde Martín nos permiten, igualmente, dar un repaso a algunos tebeos, ya desaparecidos, de los que habíamos oído hablar pero que nunca habíamos visto. Hay portadas del primer ‘Pulgarcito’ o de ‘Flechas y Pelayos’, así como chistes e historietas de ‘En Patufet’. Aunque abundan ilustraciones todavía más antiguas, de finales del XIX. Por supuesto, el humor, tan consustancial muchas veces al cómic, también está presente a través de las publicaciones de Bruguera, TBO, ‘La Codorniz’ o ‘La Historia de España (vista con buenos ojos)’. La plana mayor de los mejores dibujantes de tebeos están aquí presentes: Daniel Torres, Hergé, Francisco Hidalgo, Martín Morales, Máximo, Cesc (no el fútbolista, claro), Carlos Giménez, Benejam, Miguel Ángel Gallardo, Ibáñez, Ventura, Mique Beltrán, Vázquez, Winsor Mc Cay, José Ortiz, Will Eisner, Mingote, Víctor de la Fuente, Giraud, Brocal Remohí, Bilal, Jordi Benet, Hugo Pratt, Hernández Palacios, Theovan den Boogaard, Manara, Jacobs, Schuiten, Tardi, Boixcar y otros muchos más. Por último, y como ya he citado en el índice del principio, ‘El tren en los tebeos’ dedica el capítulo final a Juan García Iranzo, historietista, hijo de ferroviario y creador entre otros personajes de ‘Dick Relámpago’, ‘Rayo Kit’ y ‘El Cachorro’. El volumen se remata con la inclusión de tres páginas con recortables de locomotoras de tren, todo un lujo que en su día se vendía en los kioscos para regalo de la vista, enseñanza de la mente y entretenimiento manual.

Por último, señalar que el autor del libro, Luis Conde Martín, es un estudioso de los tebeos, que creo que no se ha olvidado de nada ni de nadie a la hora de construir ‘El tren en los tebeos’. Además de ser autor de un buen puñado de artículos sobre el mundo del cómic, ha escrito también los libros ‘Historia del humor gráfico en España’ e ‘Historia del humor gráfico en España. La distorsión internacional’.

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‘El tren en los tebeos’ de Luis Conde Martín; Renfe y Ediciones El Jueves S.A. Tapa dura, color, 245 págs.

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