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IPCC (ONU): RIP (II)

Sergio Brosa
Sergio Brosa
martes, 8 de diciembre de 2009, 07:15 h (CET)
Comienza en Copenhagen el carnaval bianual de los calentólogos; 15.000 delegados de 190 países se reúnen durante 15 (quince) días –la casa es fuerte; paga la ONU– para tratar de encontrar el protocolo sustitutivo del fracasado de Kioto. Nadie lo ha cumplido 12 años después.

Es una de las mejores épocas del año para visitar Copenhagen; próxima la Navidad y en el verano también, es cuando mejor se disfruta de la capital danesa.

¿Pero realmente piensan los 15.000 delegados ni que sea en 2 semanas son capaces de ponerse de acuerdo en algo? ¿O tal vez llevan ya la lección aprendida y de lo que se trata es de ratificar… lo que no se consiguió en la reunión preparatoria de Barcelona?

Lo importante es disfrutar la algarabía por cuenta de las Naciones Unidas; sus bolsillos no tienen fondo.

Los rimbombantes mensajes de los líderes del IPCC no dejan lugar a dudas: Es el futuro de la Humanidad; hay que evitar la hambruna que asolará la Tierra si no se frenan las emisiones de CO2; se derretirán los polos; subirá el nivel del mar y miles de pueblos costeros serán engullidos por las aguas, etc.

Pero las previsiones meteorológicas del IPCC que dan lugar a esta apocalíptica letanía de calamidades que ocurrirán en la Tierra dentro de 100 o 200 años, adolecen de los procedimientos científicos necesarios para proclamar a los cuatro vientos tanta desgracia si la Humanidad no invierte cientos de miles de millones de dólares todos los años en las grandes multinacionales que han de poner coto a las emisiones de CO2 por el hombre.

En efecto, doctores a los que me he referido reiteradamente en esta sección, el Dr. J. Scott Armstrong, de la Wharton School de la Universidad de Pensilvania, creador de los sistemas modernos de predicción meteorológica y el Dr. Kesten Green, profesor de investigación de la Business and Economic Forecasting Unit en la Universidad Monash, de Australia, juntamente con el Dr. Willie Soon, de la Harvard-Smithsonian Center for Astrophysics, han propuesto recientemente un modelo que proporciona pronósticos que son siete veces más exactos que los pronósticos según los procedimientos usados por el IPCC. Este importante hallazgo, del que informaron en un artículo titulado “Validación de la previsión del cambio climático para la toma de decisiones políticas públicas” fue publicado en el último número del International Journal of Forecasting.

En un trabajo anterior, encontraron que las aproximaciones a las previsiones climáticas del IPCC violaban 72 principios de la predicción. Se preguntan si embarcaría usted a su hijo en un vuelo transoceánico si supiese que los ingenieros han fallado en 72 puntos de la lista de verificación del avión de los 172 puntos relevantes de la lista.

El IPCC contravenía los principales principios de la predicción meteorológica debido en parte a usar modelos que eran demasiado complejos para la situación. Contrariamente al pensamiento actual, en el que modelos complejos proporcionan predicciones que son menos precisas que las predicciones de modelos simples cuando la situación es compleja e incierta.

Confiando que un modelo de predicción que siguiera los principios científicos principales proveería una predicción que fuera más precisa que aquellas que eran suministradas por el IPCC, le pedimos a Willie Soon, dice Armstrong, que se uniera a nosotros para el desarrollo de un modelo que fuera más consistente con los principios de la predicción y el conocimiento del clima.

El modelo que escogimos, prosigue Armstrong, fue el denominado modelo “naif”. Este modelo asume que las cosas permanecerán igual. Es un modelo simple del que la gente generalmente no está al tanto de lo que permite lograr. En contraste con la previsión central del IPCC en el que la temperatura global subirá 3ºC en un siglo, en nuestra previsión con el modelo naif las temperaturas en el próximo año y cada 100 años en el futuro permanecerán las mismas que los últimos años, concluye Armstrong.

El método del modelo naif es confuso para los no expertos en la predicción del tiempo que saben que las temperaturas han variado siempre. Además se han sacado muchas conclusiones de la observación de las series de temperaturas que utiliza el IPCC que muestran una tendencia ampliamente ascendente desde 1850 y que coincide con la industrialización creciente y los aumentos asociados de emisiones de gas de dióxido de carbono por el hombre.

A fin de probar el modelo naif, explican Armstrong, Green y Soon, simulamos pronósticos anuales desde el año 1 al 100 hacia el futuro comenzando con la temperatura media global del año 1850 como nuestra predicción para los años 1851 a 1950. Entonces repetimos esta actualización del proceso para cada año hasta 2007. Esto produjo 10.750 previsiones de temperatura media anual para todos los horizontes. Era la primera vez que los procedimientos de pronóstico del IPCC habían sido sometidos a una prueba a gran escala, sobre la exactitud de sus pronósticos.

En todos los pronósticos, el error del IPCC era 7,7 veces superior que el error del modelo naif.

El modelo naif era modestamente superior para el pronóstico del año 1 al año 10, donde el error del IPCC era 1,5 veces superior. Pero la superioridad del modelo naif se plasmó en el pronóstico del año 91 al 100, en el que el error del IPCC era 12,6 veces mayor.

¿Es adecuado mantener pruebas de validación? se preguntan; en muchos casos, como en la situación de cambio climático, la gente dice: “¡Las cosas han cambiado! No podemos usar el pasado para predecir.” Mientras piensan que la situación es única; no hay lógica en tal argumento. La única forma de diagnosticar el tiempo en el futuro es aprendiendo del pasado. De hecho, las afirmaciones de los calentólogos están también basadas en sus análisis del pasado.

¿Podría alguien mejorar el modelo naif? Creemos que sí, afirman los tres científicos. El modelo naif viola algunos principios. Por ejemplo viola el principio de usar las series lo más largas posible, porque fundamenta todas las previsiones en la simple media de la temperatura global para un solo año justo antes de hacer las previsiones. También falla en la combinación de previsiones con diferentes métodos razonables. Planeamos, dicen, comenzar de forma simple con este proyecto autofinanciado y obtener entonces la financiación para emprender un concienzudo pronóstico más ambicioso para asegurar que todos los principios fueran observados. Lo que sin duda aumentaría la precisión. Sin embargo, nos quedamos atónitos de ver la precisión de las predicciones del modelo naif, afirman. Por ejemplo, el error absoluto del pronóstico de la serie 108 de cincuenta años adelante era tan sólo de 0,24ºC. Es difícil encontrar un valor económico que reduzca tan pequeño error de predicción.

Así pues, con tan peregrinas predicciones del IPCC y lo que se conoció a través de sus correos electrónicos, se arrastra a todos los países, a una histeria global que en el fondo tiene el sustrato demencial del control del mundo. El Cambio Climático está empujando a una supuesta estrategia global conjunta. Aunque en el fondo, los países con gobiernos progresistas son los primeros que más claman por frenar las emisiones de CO2, pero de hecho son los que más incumplen los acuerdos de reducción. Como España, con su ecogobierno al frente, presidido por el más antinuclear del gabinete, como se definió Zapatero a si mismo ¡Qué agudeza!

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