¡Ya estamos todos!, que diría aquel. Con el espectacular regreso de Pau Gasol, el quinteto de españoles en la NBA ya está al completo. Mes y medio después del arranque de la competición, el Staples Center se vistió de gala para recibir a uno de sus últimos héroes. Tras once partidos y una brillante actuación en CSI -muerte incluida, Pau volvió a casa para deleitar a los suyos y devolver a los Lakers a la senda del triunfo con un doble-doble (24 puntos y 13 rebotes) en la cómoda victoria de los angelinos sobre los Bulls (108-93). El de Sant Boi apenas tardó veinticuatro segundos en poner de manifiesto sus galones y mostrar su fenomenal estado físico, al anotar la primera canasta del partido tras un rebote ofensivo.

Por si había dudas, sus treinta y cinco minutos demuestran que, si no ha debutado antes es porque Phil Jackson -sabedor de su importancia-, no ha querido forzar lo más mínimo hasta verle en plenitud. La reaparición de Pau permite a los de oro y púrpura recuperar su quinteto estelar (temible con la incorporación de Artest), dar un respiro en la pintura a Andrew Bynum y reestablecer la conexión Bryant-Gasol, quizá la pareja más determinante de la liga. Buenas noticias para los Lakers, toda vez que la presente temporada se presume, si cabe, más complicada que la anterior. Por el bien del baloncesto español, esperemos que finalice del mismo modo.

Y es que un año más, Pau parece ser la baza más fiable de los nuestros de cara al anillo de campeón, toda vez que Portland, uno de los equipos más prometedores a primeros de año, se ha estancado un escalón por debajo de los grandes favoritos. Y si estancados parecen los Blazers, lo mismo sucede con Rudy Fernández, que no acaba de gozar de la total confianza de un McMillan que se pasó todo el verano buscándole competencia en la posición de alero. Parece cuestión de tiempo, pues talento le sobra, pero el balear no acaba de encontrar su sitio en el equipo y sus números, peores que en su año de rookie, se están resintiendo.

Con Sergio Rodríguez defenestrado en los Kings y Calderón mejorando día a día con los renovados Raptors, la mejor noticia de la temporada es el espectacular rendimiento de Marc Gasol en los Grizzlies, un equipo sin pies ni cabeza, que juega con las gradas semivacías y sigue dando tumbos por las canchas americanas. Pese a trabajar en la sombra y estar pagando el peaje que en su día pasó su hermano, el bueno de Marc se ha convertido en una de las sensaciones de la competición con números de All Star, mejores incluso de los de Pau en su segundo año: siete dobles-dobles, quince puntos, once rebotes y decimosegundo jugador de la liga en valoración.

Y eso que pocos apostaban por una progresión tan vertiginosa, pues las previsiones de hace unos meses no eran del todo halagüeñas. Encuadrado en un equipo perdedor, con una nefasta dirección deportiva (la misma que envió a Gasol a los Lakers en uno de los traspasos más inauditos de la historia), en el que Rudy Gay, OJ Mayo y Zach Randolph monopolizan todas las posesiones –y eso que Iverson se ha marchado-, Marc se ha multiplicado a los dos lados de la pista para consagrarse en uno de los mejores centers y anular a la principal apuesta de los Grizzlies durante el presente verano, el gigantón tanzano Haseem Tabbeth. Lo dicho, impresionante