El Gobierno alemán ha decretado un día de luto nacional por el ataque perpetrado el viernes
en un centro comercial de Múnich y que concluyó con nueve víctimas mortales y con el
suicidio del propio atacante, un joven de 18 años y origen iraní sin antecedentes penales ni
motivaciones conocidas.
El atacante comenzó a disparar poco
antes de las 18.00 horas en las
inmediaciones de un restaurante situado
frente al centro comercial Olympia. Armado
con una pistola, sembró el pánico y dejó
nueve muertos y 16 heridos, entre ellos
varios niños, según el balance Ònal de la
Policía.
A pesar de que las autoridades llegaron a
especular con la presencia de hasta tres
tiradores activos, Finalmente confirmaron
que se trataba de un único atacante y
dieron la alerta por concluida una vez que
comprobaron que era la persona que se había quitado la vida a un kilómetro del lugar de los
hechos.
El ministro del Interior, Thomas de Maiziere, ha ordenado que este sábado sea día de luto en
todo el país, según ha informado su Departamento a través de Twitter. La canciller, Angela
Merkel, recibirá al ministro y a las principales autoridades de Inteligencia para analizar lo
ocurrido.
Munich fue el viernes una ciudad prácticamente paralizada, sin transporte y en estado de
emergencia, con unos 2.300 efectivos movilizados por las calles de la capital bávara. El jefe de
la Policía local, Hubertus Andrae, admitió en una comparecencia ante los medios que había
sido "sin duda" el día más difícil de su carrera.
Andrae ha descartado similitudes entre esta ataque y el ocurrido el pasado lunes en un tren
del sur de Alemania, reivindicado por el grupo terrorista Estado Islámico. De esta forma, las
autoridades han evitado hablar de acción terrorista, aunque no han podido aclarar todavía la
motivación del tirador de Munich.