Nuestros chicos de las alturas andan este mes en busca del oro perdido en baloncesto. Un oro que se escapó en Madrid ante Rusia con ese lanzamiento final de Pau Gasol –valiente, porque hizo valer su rol de líder y porque los grandes son eso cuando saben perder- que se fue al aro y después al limbo para firmar una plata que hoy por hoy, ya no firma ni el utillero español.

Potencial hay de sobra en esta nueva España engominada de Sergio Scariolo pero nada afectada, ni mucho menos. Hay piña, buen rollo, amistades infranqueables y más de dos metros de planta de buenas intenciones, con los Gasol a la cabeza flanqueados por gente como Rudy Fernández, Felipe Reyes, Garbajosa, Raúl López, Llul,… que no es poca cosa.

El último accidente ante Lituania, que nos arrolló en un amistoso en su casa, es hasta terapéutico si me permiten porque así no vamos de sobrados a Polonia y evitamos al máximo el factor sorpresa. El debut es este lunes ante Serbia, ¡ojo, sin Pau ni Rudy! Un partido trampa, exigente, con ambientes generalmente fríos y que puede costarnos un disgusto. La única lectura que vale es ganar, que ya vendrán días para florituras.

En los Juegos Olímpicos de Pekín arrasamos en todos los choques hasta la final frente a la NBA. En esta ocasión, la Ñ lo tuvo cerca, a un escalón de los mejores de siempre, pero demostramos allí que en este Europeo de Polonia somos los grandes favoritos aunque volvieran a juntarse rusos, lituanos y bielorrusos para formar la extinta URSS.

Pase lo que pase, el límite lo pondrá la propia España, porque técnico y jugadores hay de sobra para ganar de calle, aunque sin respeto a los rivales nos iremos a casa maltrechos. Y cuidado con los de siempre: Rusia, Lituania, Serbia, Croacia, Grecia, Alemania, Italia… aunque ellos saben que España es el equipo a batir, de eso no hay duda.

Por cierto, ya que hablamos de baloncesto y de Pau, no quiero despedirme sin hacer una mención al Príncipe de Asturias que se ha llevado este año la rusa Isinbayeva. No dudo de la capacidad de esta señora para saltar ‘edificios’ de cinco plantas con una pértiga, pero Pau Gasol acaba de ganar… ¡El Anillo de la NBA! Posiblemente el título más difícil del deporte mundial para un español.

Y, bueno señores del jurado, si la apuesta iba a ser femenina, teníamos tres ejemplos rotundos: Marta Domínguez, una palentina que en vez de correr, vuela; el equipo español de natación sincronizada, que más que nadar, baila; y Gemma Mengual, que ha liderado en los últimos 15 años un deporte en el que no éramos nadie para poner a España como segunda potencia mundial. No digo que haya que barrer para casa sin merecerlo, pero lo de este año clama al cielo. En fin, me gustaría tener tan buen perder como Gasol, pero nada. Mira que lo intento…