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Etiquetas | Díaz Ayuso | libertad | DROGAS | Liberalismo
Conocer la opinión sobre las sustancias estupefacientes es una de las pruebas del algodón que se le pueden practicar a un 'liberal conservador' para saber si es más conservador que liberal

Ayuso, la libertad y las drogas

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Es conocida la posición de Ayuso contra las drogas. El PP y en general los conservadores siempre lo estuvieron. Los que albergasen la esperanza de que la gran defensora de la libertad tuviera una postura algo más liberal en este tema, que la pierdan por completo.


En un reciente evento ante cientos de jóvenes, la presidenta de la Comunidad de Madrid lo dejó claro una vez más: "Defendemos la libertad frente a grandes lacras que nos están consumiendo, como las drogas. (...) Muchas personas piensan que drogarse es libertad, pero es todo lo contrario, porque las adicciones destrozan proyectos personales".


Lo primero que debe esperarse del discurso de cualquier liberal es que se base en la libertad y la responsabilidad individual, en el individuo como sujeto y objeto de derecho. Al menos, se debe deslindar en el análisis a la persona de la sustancia; no es la droga la que hace daño, sino la persona la que se puede hacer daño al consumirla. 


Conocer la opinión sobre las drogas es una de las pruebas del algodón que se le pueden practicar a un 'liberal conservador' para saber si es más conservador que liberal o viceversa. Si confía en las personas, si apuesta por generar condiciones en las que el individuo tome decisiones conscientes, responsables e informadas estamos delante de un liberal. Si, por el contrario, enfoca la solución fuera del ámbito individual, asumiendo que la prohibición, la persecución y la necesidad de un papá Estado que nos proteja son la única vía de abordar el asunto, tendremos delante a alguien con una mentalidad más conservadora. Parte del respeto que se ha ganado Ayuso y su partido en Madrid en otros momentos defendiendo otras esferas de libertad y de elección para los ciudadanos, puede perderse con posiciones tan claramente conservadoras como respetables como esta. No valoro si esta bien o mal, solo trato de hacer un básico chequeo de la posición de Ayuso y una simple verificación de si su posición se acerca o aleja del liberalismo.


No pretendo entrar a fondo en la polémica sobre las drogas, ni los tipos de drogas. Personalmente, es un terreno del que me siento muy alejado. Tampoco trato en este articulo de posicionarme ni dar mi opinión sobre los múltiples vericuetos y espinas que tiene el asunto.


En todo caso, no conviene olvidar que las drogas no siempre tienen efectos negativos o perversos y que hay muchas personas que conviven con ellas diariamente manteniendo firmes y prósperos proyectos vitales. Tampoco creo que sean buenas las políticas públicas o privadas de promoción y publicidad indiscriminadas o dirigidas a segmentos concretos de población, ni el marketing buenista con ellas. Las claves para abordar este tema creo que son como casi siempre la toma informada de decisiones, las circunstancias que rodeen a cada individuo -entre ellas la edad, salud mental, etc- y la plena asunción de responsabilidades de cada uno de nuestros actos.


Este debate es un clásico ya desde hace siglos y se ha enfocado mal casi siempre: drogas sí o drogas no. Pese a los denodados esfuerzos de autores como Escohotado -"no hace falta legalizar las drogas, tan solo derogar la prohibición", y de tantos otros, para centrar el debate en las personas y "sacarlo del dogma", lo cierto es que en el debate político poco hemos avanzado.


Ayuso rechaza también el uso medicinal del cannabis -"el sistema de Salud tiene otros instrumentos para paliar el dolor"- , algo que es complicado de entender más allá de ser una decisión tomada con dosis de dogmatismo y destinada -una más- a la confrontación ideológica.Está demostrado lo conveniente y económico que resulta en terapias contra el dolor. Ir contra las drogas de manera genérica supone disputar otra batalla más con los 'progres', que "en mucho países han abandonado a la población, han permitido, con el discurso del no pasa nada, blanqueando las sustancias tóxicas, que poco a poco generaciones se hayan ido a la miseria.", como dijo en ese mismo evento al comentar la actitud de EEUU y Canadá ante el fentanilo. 


Un liberal debería llevar su discurso más allá de la defensa parcial de las libertades económicas y de elección de servicios públicos.En el mismo evento ante los jóvenes, envolviendo la misma argumentación sobre las drogas, dijo algo que puede parecer contradictorio con todo lo anterior: "Defendemos la libertad en el sentido de que puedas arriesgarte a hacer cosas en la vida, porque la Administración estará ahí cuando la necesites, pero no para dirigirte". Hay que deducir pues que para ella esa defensa de la libertad y esa renuncia a dirigir a la gente es solo pensando en la generación de riqueza. ¿Será que solo confía en las personas para eso? Tampoco lo creo.

Ayuso, la libertad y las drogas

Conocer la opinión sobre las sustancias estupefacientes es una de las pruebas del algodón que se le pueden practicar a un 'liberal conservador' para saber si es más conservador que liberal
Ángel José González Herrero
martes, 19 de diciembre de 2023, 09:57 h (CET)

Es conocida la posición de Ayuso contra las drogas. El PP y en general los conservadores siempre lo estuvieron. Los que albergasen la esperanza de que la gran defensora de la libertad tuviera una postura algo más liberal en este tema, que la pierdan por completo.


En un reciente evento ante cientos de jóvenes, la presidenta de la Comunidad de Madrid lo dejó claro una vez más: "Defendemos la libertad frente a grandes lacras que nos están consumiendo, como las drogas. (...) Muchas personas piensan que drogarse es libertad, pero es todo lo contrario, porque las adicciones destrozan proyectos personales".


Lo primero que debe esperarse del discurso de cualquier liberal es que se base en la libertad y la responsabilidad individual, en el individuo como sujeto y objeto de derecho. Al menos, se debe deslindar en el análisis a la persona de la sustancia; no es la droga la que hace daño, sino la persona la que se puede hacer daño al consumirla. 


Conocer la opinión sobre las drogas es una de las pruebas del algodón que se le pueden practicar a un 'liberal conservador' para saber si es más conservador que liberal o viceversa. Si confía en las personas, si apuesta por generar condiciones en las que el individuo tome decisiones conscientes, responsables e informadas estamos delante de un liberal. Si, por el contrario, enfoca la solución fuera del ámbito individual, asumiendo que la prohibición, la persecución y la necesidad de un papá Estado que nos proteja son la única vía de abordar el asunto, tendremos delante a alguien con una mentalidad más conservadora. Parte del respeto que se ha ganado Ayuso y su partido en Madrid en otros momentos defendiendo otras esferas de libertad y de elección para los ciudadanos, puede perderse con posiciones tan claramente conservadoras como respetables como esta. No valoro si esta bien o mal, solo trato de hacer un básico chequeo de la posición de Ayuso y una simple verificación de si su posición se acerca o aleja del liberalismo.


No pretendo entrar a fondo en la polémica sobre las drogas, ni los tipos de drogas. Personalmente, es un terreno del que me siento muy alejado. Tampoco trato en este articulo de posicionarme ni dar mi opinión sobre los múltiples vericuetos y espinas que tiene el asunto.


En todo caso, no conviene olvidar que las drogas no siempre tienen efectos negativos o perversos y que hay muchas personas que conviven con ellas diariamente manteniendo firmes y prósperos proyectos vitales. Tampoco creo que sean buenas las políticas públicas o privadas de promoción y publicidad indiscriminadas o dirigidas a segmentos concretos de población, ni el marketing buenista con ellas. Las claves para abordar este tema creo que son como casi siempre la toma informada de decisiones, las circunstancias que rodeen a cada individuo -entre ellas la edad, salud mental, etc- y la plena asunción de responsabilidades de cada uno de nuestros actos.


Este debate es un clásico ya desde hace siglos y se ha enfocado mal casi siempre: drogas sí o drogas no. Pese a los denodados esfuerzos de autores como Escohotado -"no hace falta legalizar las drogas, tan solo derogar la prohibición", y de tantos otros, para centrar el debate en las personas y "sacarlo del dogma", lo cierto es que en el debate político poco hemos avanzado.


Ayuso rechaza también el uso medicinal del cannabis -"el sistema de Salud tiene otros instrumentos para paliar el dolor"- , algo que es complicado de entender más allá de ser una decisión tomada con dosis de dogmatismo y destinada -una más- a la confrontación ideológica.Está demostrado lo conveniente y económico que resulta en terapias contra el dolor. Ir contra las drogas de manera genérica supone disputar otra batalla más con los 'progres', que "en mucho países han abandonado a la población, han permitido, con el discurso del no pasa nada, blanqueando las sustancias tóxicas, que poco a poco generaciones se hayan ido a la miseria.", como dijo en ese mismo evento al comentar la actitud de EEUU y Canadá ante el fentanilo. 


Un liberal debería llevar su discurso más allá de la defensa parcial de las libertades económicas y de elección de servicios públicos.En el mismo evento ante los jóvenes, envolviendo la misma argumentación sobre las drogas, dijo algo que puede parecer contradictorio con todo lo anterior: "Defendemos la libertad en el sentido de que puedas arriesgarte a hacer cosas en la vida, porque la Administración estará ahí cuando la necesites, pero no para dirigirte". Hay que deducir pues que para ella esa defensa de la libertad y esa renuncia a dirigir a la gente es solo pensando en la generación de riqueza. ¿Será que solo confía en las personas para eso? Tampoco lo creo.

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