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Rodrigo Gil-Sabio

España y Brasil, a por el cetro 2010

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Independientemente de lo que ocurra en las semifinales de la Copa Confederaciones, España y Brasil ya han enseñado sus cartas en busca del cetro del fútbol mundial en verano de 2010. Y aunque son dos maneras distintas de entender el balompié, en realidad son las únicas selecciones en los últimos tres años que han demostrado querer saber, saber poder y poder querer en esto de la pelotita.

España, porque es grande desde aquél maravilloso día en Austria donde derribamos al mito italiano después de la tanda de penalties con el éxtasis del gol de Cesc Fábregas. Desde aquel preciso instante, España volvió a entrar en la historia 40 años después del cabezazo de Marcelino a los gigantes de CCCP, de la URSS, vaya.

Luis Aragonés certificó el triunfo histórico en la Eurocopa y Vicente del Bosque ha sido el perfecto continuador de un modelo muy similar al del poderoso Barcelona 2009 con los Puyol, Piqué, Busquets, Xavi, Iniesta,… Ya no son sólo los triunfos, es la seguridad del jugador español de saberse bueno y de sentirse superior por fútbol. Atrás quedaron años ‘clementinos’ donde a veces se jugaba hasta bien al fútbol, pero no era suficiente.

Esta generación de jugadores jóvenes capaces de ponerse el mundo por montera en la Premier como Torres, Cesc, Xabi Alonso, Reina o Arbeloa ha dicho que es su momento y, desde luego, hay que aprovecharlo en el Mundial con permiso del resto de selecciones europeas y de alguna como la peligrosa Argentina de Leo Messi.

La confrontación en estos dos próximos años se antoja con Brasil. Por lo pronto superamos sus números y nuestras estrellas ya provocan respeto mundial. Hablar de Torres, Xavi o Iniesta no es ninguna tontería. También ellos tienen a Kaká, Luis Fabiano, Alves, Maicon,… pero no, esta no es la Brasil de Pelé, la de Eder, Sócrates o Falçao del 92, tampoco la de Romario y Bebeto, y ni siquiera la de Ronaldo y Ronaldinho. Esta es la Brasil de Dunga, muy trabajada tácticamente, con gente muy buena arriba pero, al fin y al cabo, perfectamente batible si España coge el balón y dice: “Es nuestro, chicos”.

Sería un sueño, no una final Confederaciones Brasil-España, sino una final del Mundial 2010 en Sudáfrica. Sería histórico para el fútbol español e imprescindible para el fútbol mundial. La Alemania cuadriculada nunca debe ganar un Mundial, tampoco la Francia intermitente y mucho menos la Italia indolente que en Sudáfrica se ha ido con un 0-1 de Egipto y un 0-3 de Brasil. Lippi, lo tienes crudo.
Reconócelo, es la hora de España, del fútbol de pajarita, del toque, de la velocidad, de la defensa, del gol, del arte.

Disfrutemos ahora que podemos, que el fútbol es tan justo como cruel. ¿Veremos algún día ganar un Mundial a España? Tenemos dos Mundiales por delante con opciones reales. A partir de ahí, a esperar. De momento, no lo hemos visto nunca y no me imagino las celebraciones porque lo de la Eurocopa fue brutal. Bueno, perdonen que me he lanzado. Vamos a ver si ganamos el miércoles a los chicos de Obama…

España y Brasil, a por el cetro 2010

Rodrigo Gil-Sabio
Rodrigo Gil
domingo, 21 de junio de 2009, 23:52 h (CET)
Independientemente de lo que ocurra en las semifinales de la Copa Confederaciones, España y Brasil ya han enseñado sus cartas en busca del cetro del fútbol mundial en verano de 2010. Y aunque son dos maneras distintas de entender el balompié, en realidad son las únicas selecciones en los últimos tres años que han demostrado querer saber, saber poder y poder querer en esto de la pelotita.

España, porque es grande desde aquél maravilloso día en Austria donde derribamos al mito italiano después de la tanda de penalties con el éxtasis del gol de Cesc Fábregas. Desde aquel preciso instante, España volvió a entrar en la historia 40 años después del cabezazo de Marcelino a los gigantes de CCCP, de la URSS, vaya.

Luis Aragonés certificó el triunfo histórico en la Eurocopa y Vicente del Bosque ha sido el perfecto continuador de un modelo muy similar al del poderoso Barcelona 2009 con los Puyol, Piqué, Busquets, Xavi, Iniesta,… Ya no son sólo los triunfos, es la seguridad del jugador español de saberse bueno y de sentirse superior por fútbol. Atrás quedaron años ‘clementinos’ donde a veces se jugaba hasta bien al fútbol, pero no era suficiente.

Esta generación de jugadores jóvenes capaces de ponerse el mundo por montera en la Premier como Torres, Cesc, Xabi Alonso, Reina o Arbeloa ha dicho que es su momento y, desde luego, hay que aprovecharlo en el Mundial con permiso del resto de selecciones europeas y de alguna como la peligrosa Argentina de Leo Messi.

La confrontación en estos dos próximos años se antoja con Brasil. Por lo pronto superamos sus números y nuestras estrellas ya provocan respeto mundial. Hablar de Torres, Xavi o Iniesta no es ninguna tontería. También ellos tienen a Kaká, Luis Fabiano, Alves, Maicon,… pero no, esta no es la Brasil de Pelé, la de Eder, Sócrates o Falçao del 92, tampoco la de Romario y Bebeto, y ni siquiera la de Ronaldo y Ronaldinho. Esta es la Brasil de Dunga, muy trabajada tácticamente, con gente muy buena arriba pero, al fin y al cabo, perfectamente batible si España coge el balón y dice: “Es nuestro, chicos”.

Sería un sueño, no una final Confederaciones Brasil-España, sino una final del Mundial 2010 en Sudáfrica. Sería histórico para el fútbol español e imprescindible para el fútbol mundial. La Alemania cuadriculada nunca debe ganar un Mundial, tampoco la Francia intermitente y mucho menos la Italia indolente que en Sudáfrica se ha ido con un 0-1 de Egipto y un 0-3 de Brasil. Lippi, lo tienes crudo.
Reconócelo, es la hora de España, del fútbol de pajarita, del toque, de la velocidad, de la defensa, del gol, del arte.

Disfrutemos ahora que podemos, que el fútbol es tan justo como cruel. ¿Veremos algún día ganar un Mundial a España? Tenemos dos Mundiales por delante con opciones reales. A partir de ahí, a esperar. De momento, no lo hemos visto nunca y no me imagino las celebraciones porque lo de la Eurocopa fue brutal. Bueno, perdonen que me he lanzado. Vamos a ver si ganamos el miércoles a los chicos de Obama…

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