Se acabó… ahora sí. El fútbol de Primera finitus est esta temporada, con un triunfo apoteósico del Fútbol Club Barcelona y un trompazo de impresión para el histórico Betis, que se va al infierno en la última jornada y contra pronóstico.

Pero hoy voy a hablar de otro gran deporte, no tan popular en España como el balompié, pero donde tenemos al número uno del mundo. Sí, el tenis, con un niño prodigio - Rafa Nadal – llamado a batir todos los records en el mundo del tenis quizá y en el deporte español, con seguridad.

El bueno de Rafa caía en la jornada dominical ante un extraño y soberbio Soderling y bastante poco cariño del público parisino, por cierto. Y eso que Nadal siempre ha hecho gala de una humildad y deportividad extraordinarias… es difícil de entender, si no es por la mediocridad de los resultados galos en su torneo estrella y número uno del mundo en tierra batida.

Ciertamente, la derrota del manacorí en cuatro sets puede servir para que el personal aprecie en su justa medida los triunfos que el balear sin duda repetirá en breve sobre cualquier superficie, así como los que lleva ya a sus espaldas.
Y es que parecía que ganaba siempre y fácil, fuera Federer, Djokovic o quien fuera el oponente. El torneo parisino ya se ha llevado por delante al serbio (nº 4 del mundo) y al nº 1. Y no ha caído ayer el nº 2 (Federer) de chiripa, ya que remontó in extremis dos sets a cero del resucitado Haas. Esto le damás vidilla y emoción al torneo, sin duda.

Aun con alas eliminaciones prematuras de nuestros dos gallos (Nadal y Verdasco), el tenis hispano goza de buena salud, en general. Robredo se clasificó ayer en cuatro sets y tendrá a un gran Del Potro como hueso duro de roer en cuartos de final mañana miércoles. El gaucho se ventiló ayer al héroe local Tsonga en otros tantos sets con una superioridad abrumadora. Las chicas lo llevan peor…

En fin, que comenzamos la semana definitiva en el Open de Francia y que está muy bonito el campeonato, para variar. Y más abierto que nunca, tanto en féminas como en caballeros. Síganlo, si no lo hacen ya, háganme caso.

Enorme deporte, tan bonito de ver casi como de practicar.