| ||||||||||||||||||||||
| ||||||||||||||||||||||
|
|
A mi amiga Hirela Ortega
Un día la hormiguita y la liebre se encontraron y se hicieron amigos en el momento que más lo necesitaban, fue una obra espléndida y prodigiosa del destino, pero el mismo destino del tiempo se encargó de dejar inconclusa esa amistad, fue todo un misterio, pero por algo fue así ese tiempo.
Pasó aproximadamente un cuarto de siglo —23 años— y la amistad entre la hormiguita y la liebre, se había confundido, escondido en el tiempo. Ninguno de los dos amigos sabían si esa amistad había sido verdadera o pasajera, incluso, no tenían conocimiento si en sus mentes por lo menos merodeaba algún ápice de recuerdo de que había existido esa amistad.
El destino se había encargado de esa tremenda obra que un día de la ausencia fugaz volvió la amistad y sonó como un estruendo de una erupción de un volcán. Entonces, los buenos amigos, la hormiguita y la liebre se asombraron que de nuevo se habían encontrado, ahora con más experiencia, más edad, cada quien con sus logros obtenidos debido al sacrificio y entrega.
La única salvedad era que conforme el factor tiempo de ausencia de casi un cuarto de siglo, todo parecía mentira, pero el transcurrir del tiempo y las correspondencias que iban y venían, la hormiguita y la liebre se dieron cuenta que la amistad siempre existió, la única diferencia era la distancia a que se encontraban el uno del otro, al igual sus experiencias y formas y modos de trabajos.
Pero un día la liebre le preguntó a su amiga, la hormiguita: “Sabes, me siento que yo no merezco tu amistad”. La hormiga respondió: “Mira, tu tamaño, eres grande y muy ágil y yo en cambio soy pequeña y lenta”. No sabes, el tamaño no lo es todo, lo importante es tu inmenso corazón, y además sos más grande que la jirafa por tu trabajo, tu empeño en proponerte y lograr lo que te has propuesto ser, por eso yo te admiro y respeto mucho, y siempre vas a ser más grande que cualquiera”, le contestó su amiga la liebre a la hormiguita. Y así continuaron siendo amigos hasta los confines de este mundo.
2002, 2003, 2004, 2005, 2006, 2007, 2008: siete años que no nos deja la lluvia, siete años llevándolo y es mucho tiempo en que no comprendo la razón. ¿Cuándo acabará ésto?, tendré paciencia. Lulita, hijita, coge el paraguas, soy la de la sombrilla en que descansas, la de las sábanas blancas, la que consigue el amor cuando la lluvia le cae encima de manera despiadada.
Hojas de colores, variopintos sabores, bolsos sin dinero, discos de vinilo, cassettes en el coche, el Renault Dacia Logan que pude comprarme... Oyen que a velocidad se acerca otro coche por la carretera, entre luces y sombras y no es un coche barato...
“Yo nací entre los hombres, y entre las mujeres. Entre los humanos. Pero no me sentía como ellos. Sabía que existía algo superior a todo lo que veía. Un día hallé esta historia, la historia más ocultada, deformada, falseada y burlada -y a la vez la más colosalmente hermosa y violenta- que ha existido en esta tierra. La historia de los animales sometidos y esclavizados por los humanos en las sociedades modernas y antiguas. Entonces supe quién era entre todos ellos, qué tenía que decir, y qué hacer. Y comencé por detallar los holocaustos.
|