La década de los 80 siempre quedará presente y más después de crear un musical como el de “Hoy no me puedo levantar”. La gira comenzaba en Madrid y recala ahora en Bilbao para hacer memoria a todos aquellos que pudieron ver el último concierto de Mecano, en el año 1992. Pero es ahora cuando se recuerdan con más nostalgia, alegría, euforia o melancolía aquellas canciones que no sólo llevaban el nombre de Mecano, sino también el sello de una época, que no se volverá a repetir.
Con la conocida canción “Hoy no me puedo levantar” daba comienzo un musical que sumergía a los espectadores del teatro Arriaga de Bilbao en el año 1981. En pleno cambio social, Colate y Mario, dos jóvenes artistas, tienen que buscarse la vida en Madrid. En su traslado se encontrarán con su primer empleo como camareros, con sus “rivales” en el mundo de la música, y conocerán el amor.
En pleno golpe de estado, el musical refleja perfectamente las inquietudes de la época, y es que Colate y Mario, a pesar de todo, lo que querían era triunfar en el mundo de la música. Formar un grupo era su pasión y así lo cumplieron, “Panchi” y “Guillermo” son los personajes que dan nombre al resto del nuevo grupo que van a formar con los recién llegados a Madrid. El propio “Panchi” adapta su nombre a Bilbao y se hace llamar “Patxi” para sentirse más cercano entre la multitud bilbaína.
El musical nos va recordando con una magnífica puesta en escena y acorde con la historia, las canciones de Mecano. Más de veinte bailarines se mueven en el escenario como si de marionetas se tratasen. Al ritmo de la música, al ritmo del público, y al ritmo de la historia, poco a poco el musical iba cogiendo forma y trasmitiendo diferentes sensaciones a los espectadores. La historia de amor entre Mario y María representa también gran parte de las canciones de este musical desde “Una rosa es una rosa”, hasta la interpretación de “Los amantes”.
“Hoy no me puedo levantar” escenifica a la perfección la época, las inquietudes de los artistas…, y logra con el musical que público, canciones, y personajes estén relacionados con un mismo sentimiento, ya sea de tristeza, alegría o nostalgia. Cada momento del espectáculo traslada a los espectadores a ese “momento” que ellos están viviendo de la época.
La interpretación de “Vivimos siempre juntos” ponía el broche final a más de tres horas de espectáculo en el Teatro Arriaga donde no han faltado las carcajadas, los aplausos, los bailes, e incluso…alguna lágrima. Para los “ochenteros”, para los que no han vivido esa época, o para los fans de Mecano, nadie puede dejar escapar la oportunidad de ver en directo esta magnífica puesta en escena.