Tras el fallecimiento de la modelo francesa Isabelle Caro después de una larga lucha contra la anorexia y el posterior escándalo al mostrar las secuelas reales que tiene esta enfermedad, el mundo se vio conmovido y decidido a terminar con esta lacra de una vez por todas. Ocho años han pasado desde que la joven protagonizó la campaña “No anorexia” y cinco tras su muerte, cuando el parlamento francés ha decidido dar un paso adelante.
La capital francesa, París, es una de las cunas de la moda y por consiguiente, uno de los espejos hacia donde suelen mirar las últimas tendencias y los mejores modistos. Por ello no es de extrañar que tras años de ver como las tallas de las modelos iban descendiendo, la Asamblea Nacional Francesa ha puesto en marcha una serie de medidas para evitar precisamente esto. Con ello lo que se pretende es mostrar toda la esencia de la moda, pero en cuerpos saludables, tratando de eliminar toda apología contra prácticas no saludables cuyas consecuencias son terribles.
Medidas entre las que destacarían el control del peso en las modelos; algo que ya se ha dado en Madrid, aunque las opiniones más críticas estiman que la medida no se viene a cumplir como debiera, por lo que se esperaría una respuesta mucho más firme dada la gravedad de un problema que no deja de crecer entre las jóvenes y no tan jóvenes.
Además de controlar el índice de masa corporal de las modelos, la asamblea también ha aprobado que en toda fotografía que haya sido retocada para modificar la estética de la persona en cuestión, figure la leyenda “fotografía retocada”, de forma que se pueda ver de una forma más clara y concisa que la belleza contemplada no es real.
Aún es pronto para saber si estas resoluciones tendrán algún consecuencias a efectos prácticos ya que socialmente existe una gran contradicción entre los escándalos derivados de trastornos alimenticios y la proliferación de campañas que instan a que la ultra delgadez es el único camino para la perfección, mientras que por otra parte, los detractores no se han hecho esperar con campañas abogando por “la mujer real”. La polémica está servida y las opiniones en ambos bandos comienzan a florecer.