Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Cine
Etiquetas | Crítica de cine
Pelayo López

'28 semanas después': lejos de atajarlo, el virus sigue vivo

|

Con algo más de tiempo del que menciona su propio título transcurrido, ya está entre nosotros la secuela de la cinta de zombies que revitalizó el subgénero hace ya casi 5 años: 28 días después. No en vano, desde entonces se han sucedido otras películas de menor calidad aprovechando el tirón y, en algún que otro caso, a la sombra de otros buques insignia del género de moribundos como los de Romero, aunque evidentemente a años luz. Sirva como ejemplo la olvidable Amanecer de los muertos. El director de aquella primera entrega, el británico Danny Boyle, deja que sea otro en esta ocasión quien maneje la cámara para ofrecernos un curioso itinerario por un Londres cuasi-apocalíptico con inmensos, en tamaño y calidad, planos generales de la ciudad. Uno llega a pensar que nuestra cinematografía será incapaz de ofrecernos algo similar en un futuro a corto o medio plazo.

Y hablando de cine patrio, es precisamente uno de los nuestros quien da el salto hollywoodiense y se encarga de esta secuela. Juan Carlos Fresnadillo, quien ya tuvo su momento Oscar con la nominación de su corto Encadenados –luego han llegado a ese escalafón otros como nuestro Nacho Vigalondo-, creo que se ha asegurado al menos algún que otro trabajo más fuera de nuestras fronteras por calidad y saber hacer. Si en Intacto, una de las mejores cintas españolas de los últimos años, mostraba lo que puede hacer con no muchos recursos y un puñado de buenos actores, en 28 semanas después evidencia sobradamente lo mucho que puede ofrecer en un macroproyecto. Ya sé que algunos achacarán 2 o 3 cuestiones en lo que se refiere a la puesta en escena, pero son recursos necesarios, no como en otros casos, a tenor de la temática de la historia: la cámara en mano que tanto marea en otros títulos de manera innecesaria, aquí se presenta como perentoria en buena parte de las secuencias; la música cuasi-hipnotizante que reincide en la tortuosidad de ciertos momentos raya a la altura de su predecesora; y la falta de luz episódica es contrarrestada por una luminosidad bien maquetada y por un contrapeso brillante a base de exteriores. Técnicamente, por tanto, intachable. Narrativamente hablando ya le podemos poner algún pero.

Sin ir más lejos, la historia, que comienza 6 meses después de donde la dejamos, tiene algunos errores de bulto incomprensibles, a no ser que el comportamiento fuera de toda razón de los zombies se haya colado por algún recoveco de las mentes de los guionistas. Con tanta presencia militar y científica –a la primera se la crítica de una manera exultante-, ¿cómo es posible que dos niños se den a la fuga de un sector con vigilancia extrema?. Partiendo de ese punto, lo demás es imaginable nada más comenzar, sobre todo porque Fresnadillo se encarga de meternos en situación de un modo encubierto desde el principio con la narración anunciadora del principio, sueños premonitorios y otros flashbacks desbordantes. Hay, además, una clara división narrativa: el drama inicial familiar, estirado en demasía para conseguir una mayor carga de profundidad, y la posterior consecución de acción propiamente dicha que por este handicap se hace esperar bastante. La espectacularidad se puede resumir en una escena al estilo Tom Cruise en Misión Imposible, donde igualmente un helicóptero perpetra una auténtica escabechina de miembros amputados. Además, y en antítesis total de su anterior trabajo, Fresnadillo corre aquí campo a través en lugar de hacerlo en un arbolado.

La ciudad de Londres, devastada por el virus que se cree extinguido, trata de recuperar la normalidad entre fuertes medidas de seguridad. Sin embargo, a través de una familia rota por el brote anterior que se reunirá de nuevo para poner en peligro al resto de la población, el código rojo de turno se enciende porque el virus se ha reactivado. Caos, sangre, destrucción, masacres a discreción y un grupo de liberados al estilo Poseidón tratando de poner pies en polvorosa para librarse de las bocas de los zombies y de las armas de destrucción masiva del ejército. Y todo resulta más espeluznante porque las principales víctimas del acoso y derribo son un niño y una adolescente. El plan renove que ha sufrido el reparto de supervivientes de la primera parte no hace desmerecer para nada las interpretaciones de los nuevos, porque sus rostros no demasiado conocidos contribuyen a que el drama y la angustia sean mucho más creíbles. Ojo sobre todo a un Robert Carlyle volcado al estilo Ravenous, una Rose Byrne de armas tomar lejos de sus papeles sexy protagonizados hasta la fecha, una joven Imogen Poots con un gran parecido físico a Scarlett Johansson y, principalmente, a un Jeremy Renner fusil en mano al que espero le den ya un papel de acuerdo a sus prometedoras expectativas.

No es sólo por barrer para casa, pero, cuando hasta los zombies actualizados derraman lágrimas de sangre, algo funciona. No sé si Fresnadillo, que aplica la seña patria con la camiseta del Real Madrid y el exilio en tierras nacionales, seguirá en esta franquicia –merecer se lo merece-, pero lo que es seguro es que habrá continuación -28 meses, años, lustros… después-, y si no que se lo pregunten a nuestros vecinos galos porque, lejos de atajarlo, el virus sigue vivo.

FICHA TÉCNICA
- Calificación: 3
- Director: Juan Carlos Fresnadillo.
- Reparto: Robert Carlyle, Rose Byrne, Jeremy Renner y Catherine McCormack.

'28 semanas después': lejos de atajarlo, el virus sigue vivo

Pelayo López
Pelayo López
martes, 18 de septiembre de 2007, 21:57 h (CET)
Con algo más de tiempo del que menciona su propio título transcurrido, ya está entre nosotros la secuela de la cinta de zombies que revitalizó el subgénero hace ya casi 5 años: 28 días después. No en vano, desde entonces se han sucedido otras películas de menor calidad aprovechando el tirón y, en algún que otro caso, a la sombra de otros buques insignia del género de moribundos como los de Romero, aunque evidentemente a años luz. Sirva como ejemplo la olvidable Amanecer de los muertos. El director de aquella primera entrega, el británico Danny Boyle, deja que sea otro en esta ocasión quien maneje la cámara para ofrecernos un curioso itinerario por un Londres cuasi-apocalíptico con inmensos, en tamaño y calidad, planos generales de la ciudad. Uno llega a pensar que nuestra cinematografía será incapaz de ofrecernos algo similar en un futuro a corto o medio plazo.

Y hablando de cine patrio, es precisamente uno de los nuestros quien da el salto hollywoodiense y se encarga de esta secuela. Juan Carlos Fresnadillo, quien ya tuvo su momento Oscar con la nominación de su corto Encadenados –luego han llegado a ese escalafón otros como nuestro Nacho Vigalondo-, creo que se ha asegurado al menos algún que otro trabajo más fuera de nuestras fronteras por calidad y saber hacer. Si en Intacto, una de las mejores cintas españolas de los últimos años, mostraba lo que puede hacer con no muchos recursos y un puñado de buenos actores, en 28 semanas después evidencia sobradamente lo mucho que puede ofrecer en un macroproyecto. Ya sé que algunos achacarán 2 o 3 cuestiones en lo que se refiere a la puesta en escena, pero son recursos necesarios, no como en otros casos, a tenor de la temática de la historia: la cámara en mano que tanto marea en otros títulos de manera innecesaria, aquí se presenta como perentoria en buena parte de las secuencias; la música cuasi-hipnotizante que reincide en la tortuosidad de ciertos momentos raya a la altura de su predecesora; y la falta de luz episódica es contrarrestada por una luminosidad bien maquetada y por un contrapeso brillante a base de exteriores. Técnicamente, por tanto, intachable. Narrativamente hablando ya le podemos poner algún pero.

Sin ir más lejos, la historia, que comienza 6 meses después de donde la dejamos, tiene algunos errores de bulto incomprensibles, a no ser que el comportamiento fuera de toda razón de los zombies se haya colado por algún recoveco de las mentes de los guionistas. Con tanta presencia militar y científica –a la primera se la crítica de una manera exultante-, ¿cómo es posible que dos niños se den a la fuga de un sector con vigilancia extrema?. Partiendo de ese punto, lo demás es imaginable nada más comenzar, sobre todo porque Fresnadillo se encarga de meternos en situación de un modo encubierto desde el principio con la narración anunciadora del principio, sueños premonitorios y otros flashbacks desbordantes. Hay, además, una clara división narrativa: el drama inicial familiar, estirado en demasía para conseguir una mayor carga de profundidad, y la posterior consecución de acción propiamente dicha que por este handicap se hace esperar bastante. La espectacularidad se puede resumir en una escena al estilo Tom Cruise en Misión Imposible, donde igualmente un helicóptero perpetra una auténtica escabechina de miembros amputados. Además, y en antítesis total de su anterior trabajo, Fresnadillo corre aquí campo a través en lugar de hacerlo en un arbolado.

La ciudad de Londres, devastada por el virus que se cree extinguido, trata de recuperar la normalidad entre fuertes medidas de seguridad. Sin embargo, a través de una familia rota por el brote anterior que se reunirá de nuevo para poner en peligro al resto de la población, el código rojo de turno se enciende porque el virus se ha reactivado. Caos, sangre, destrucción, masacres a discreción y un grupo de liberados al estilo Poseidón tratando de poner pies en polvorosa para librarse de las bocas de los zombies y de las armas de destrucción masiva del ejército. Y todo resulta más espeluznante porque las principales víctimas del acoso y derribo son un niño y una adolescente. El plan renove que ha sufrido el reparto de supervivientes de la primera parte no hace desmerecer para nada las interpretaciones de los nuevos, porque sus rostros no demasiado conocidos contribuyen a que el drama y la angustia sean mucho más creíbles. Ojo sobre todo a un Robert Carlyle volcado al estilo Ravenous, una Rose Byrne de armas tomar lejos de sus papeles sexy protagonizados hasta la fecha, una joven Imogen Poots con un gran parecido físico a Scarlett Johansson y, principalmente, a un Jeremy Renner fusil en mano al que espero le den ya un papel de acuerdo a sus prometedoras expectativas.

No es sólo por barrer para casa, pero, cuando hasta los zombies actualizados derraman lágrimas de sangre, algo funciona. No sé si Fresnadillo, que aplica la seña patria con la camiseta del Real Madrid y el exilio en tierras nacionales, seguirá en esta franquicia –merecer se lo merece-, pero lo que es seguro es que habrá continuación -28 meses, años, lustros… después-, y si no que se lo pregunten a nuestros vecinos galos porque, lejos de atajarlo, el virus sigue vivo.

FICHA TÉCNICA
- Calificación: 3
- Director: Juan Carlos Fresnadillo.
- Reparto: Robert Carlyle, Rose Byrne, Jeremy Renner y Catherine McCormack.

Noticias relacionadas

Filmin estrena el próximo viernes 17 de mayo, en exclusiva en plataformas digitales en España, "Slow", segundo largometraje de la directora lituana Marija Kavtaradze. La película destaca por ser una de las primeras producciones cinematográficas que aborda de manera frontal la asexualidad, el bajo o nulo interés o deseo por la actividad sexual.

Entre las sombras de las intrigas de posguerra y las alianzas clandestinas, la película francesa La Noche del Traidor, dirigida por Josée Dayan, despliega una historia fascinante que sumerge al espectador en el laberinto de los secretos. Esta obra maestra de suspenso es una reimaginación del clásico "Marie-Octobre" de Julien Duvivier.

La Academia de Cine y la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), a través del Programa ACERCA, unen fuerzas para llevar a varios países de América Latina —Argentina, Chile, El Salvador y México— y África —Egipto y Guinea Ecuatorial—, cuatro propuestas formativas de cinco cineastas que han participado en Residencias y Rueda, los programas de desarrollo de la Academia.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto