Se ha celebrado otro debate en RTVA sobre Andalucía entre las fuerzas políticas que en la actualidad son pacientes del Hospital de las Cinco Llagas de Sevilla (sede del Parlamento Andaluz) y el resto de fuerzas que, sin serlo todavía, optan a una cama donde purgar sus pecados en el citado Parlamento.
El día y la hora elegidos por el ente RTVA no pudo ser más lamentable: plena coincidencia con la eliminatoria entre el Real Madrid y los teutones de Merkel, o sea, que el debate fue seguido por los viciosos de la política y los familiares más próximos a los intervinientes.
Teresa Rodríguez, la candidata de “Podemos” a presidir la Junta de Andalucía, no asistió al debate, bien porque la ínclita se creía con derecho, según sondeos, a estar en el importante de días pasados, bien por aquello que comentó de someter a referéndum la Semana Santa de Sevilla; en fin, sea cual sea la causa, envío a su segundo en la lid que se comportó bien. Con él, asistieron el candidato Maíllo de IU (que repitió dado el estado catatónico, según sondeos, de la coalición de la pura izquierda que no debe dejar pasar una oportunidad), los números dos de PSOE y PP, y los candidatos de UPyD, Ciudadanos y Partido Andalucista. (¡oh!, el PA de mis entrañas).
Siete hombre con intervenciones de a minuto por cabeza y siete goles entre “merengues” y teutones, y uno sin saber donde poner el huevo, pues téngase en cuenta que un servidor forma parte del personal más enviciado en política.
Y así, entre gol y minuto asistí al Siete Machos de Mario Moreno “Cantinflas” y a la agonía de los actuales campeones de Europa. Por más que el feo del candidato de Ciudadanos (nada que ver con el guapera de Rivera), intentaba decir corrupción se quedaba en “corru”, porque el minuto pasaba a una velocidad de vértigo al igual que ese mismo vértigo recorría la espina dorsal de Casillas cuando los de Ángela se acercaban por el área de los drogados defensas del R. Madrid, mientras la BBC dormía el sueño de la incompetencia.
Lamentables ambos espectáculos, pues a excepción del representante del PP, señor Rojas, el resto sacudía mamporrazos a la diestra nacional, o sea, a Rajoy al tiempo que daban largas cambiadas a la corrupción del régimen andaluz y obviaban todo lo referente a Andalucía.
Lloré lágrimas de sangre, mientras observaba a Antonio Jesús del Partido Andalucista hacer el juego a los grandes, mientras los bravos teutones arrugaban el poderío de los millonarios merengues.
Doy fe de que lo que escribo es una verdad casi absoluta.