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Responsabilidad

Voluntarios sociales
José Carlos García Fajardo
jueves, 19 de febrero de 2015, 08:07 h (CET)
El voluntariado social se apoya en actitudes de responsabilidad y de imprescindible trabajo en equipo, no en sentimientos de culpa que, a largo plazo, llevan al desánimo y a la ruptura del compromiso.

El voluntariado social se construye sobre la base de sinergias continuas de complementariedad. Sinergias entre los propios voluntarios, entre el voluntario y las estructuras de la organización para coordinar y ejecutar las acciones de acuerdo a objetivos coherentes. Sinergias con otras organizaciones para conseguir resultados sociales de mayor calidad y cohesión social.

Y cómo no, sinergias entre el voluntario social y el propio beneficiario de su acción; ya hemos dicho que el voluntario debe participar en la medida de sus capacidades en la resolución de los conflictos de aquél. La voluntad puesta en esta labor debe ir acompañada muchas veces por una voluntad del beneficiario, especialmente en procesos de reinserción. Esto crea una red paradójica de trabajo en equipo en la que todos somos imprescindibles aunque el trabajo no dependa de ninguno de nosotros en concreto.

No se deben confundir los sentimientos de responsabilidad con los de culpa, un mal aliado para desempeñar nuestra acción voluntaria, aunque, sin duda, actúa en numerosas ocasiones en las motivaciones que tiene una persona para ser voluntaria.

Uno debe pararse a reflexionar qué se pide a sí mismo y, con responsabilidad, hacer un esfuerzo por colaborar en el bienestar de los que tiene alrededor. Traspasar el límite de la responsabilidad y la reflexión nos lleva a una visión dramática y auto-culpabilizadora. Como reacción, es muy probable que tarde o temprano llegue una actitud escéptica, cínica y derrotista motivada por la decepción de no poder hacer más de lo que está en nuestras manos. La virtud más eminente es hacer sencillamente lo que tenemos que hacer.

Los complejos de culpa a veces están radicados en una visión del mundo y de las injusticias muy unidas a nuestra vida que no debemos proyectar en nuestro servicio de voluntariado. El que da lo que puede no está obligado a más.

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