Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Libros
Etiquetas | Poema | Literatura | libertad
“Escribir es vida y saber"

​Escribir, vía para experimentar y saber

|

La vida es tan breve y pasajera que en realidad es una pizca de la existencia planetaria y casi nada en el Universo, por ello, para poder aproximarnos un poco más a todo lo que nos rodea, inclusive, a nosotros mismos, tenemos que echar mano de vías como la escritura.

Escribir trasciende con mucho la actividad funcional para transmitir mensajes.

Esto lo sabe quién se da la oportunidad de andar en los laberintos de las letras, de hallar recompensa en ello y de encontrarse –quizá reencontrarse-, consigo mismo.

La escritura es una vía de experimentación en sí misma que implica trabajo arduo, tiempo y convicción.

Encontrar nuevos atajos, echar mano de recursos no usados, penetrar en significados que nos eran desconocidos, regocijarse, desfragmentarse y crear algo bello es parte de ese cuarto de maquinaria literaria que está al alcance de todos, pero sólo algunos ingresan ahí porque implica cierto esfuerzo, vocación y sensibilidad.

Escribir es leer, viajar, quedarse en casa, conversar, gritar, comer, tener, no tener, es abundancia.

Escribir es nada y lo es todo.

Escribir es producto de nuestros dos cerebros, del que ubicamos en la cabeza, y de aquél que cada vez más se conoce como el segundo, conformado por una compleja red de millones de neuronas en nuestra región intestinal.

Quizá por eso de manera intuitiva muchos hemos experimentado escribir con las entrañas.

Escribir es meditar, viajar al profundo silencio, ver el acantilado del vacío e intuir la profundidad de la existencia y del ser.

Escribir es colocarse en situaciones no vividas, recrearlas, generar una especie de laboratorio y volver para dar cuenta de lo ahí encontrado.


En efecto, escribir es como un laboratorio a través del cual las personas podemos rehacer en nuestro interior situaciones y condiciones que de otra manera tal vez nos estén negadas, prohibidas o por su naturaleza sean inalcanzables.

Escribir es terreno fértil para la exposición, el debate, la argumentación y para aceptar la ignorancia en todas sus dimensiones.

Escribir es una extensión para acariciar la mejilla lejana, tocar el ser inmaterial, traer con nosotros al desprotegido, hablar de tú a tú con las estrellas.

En síntesis, escribir es experimentar y es autopista del saber que trasciende con mucho al conocimiento y al aprendizaje.

Todo eso y mucho más hacen del escribir un arte y vena de la vida.

Te dejo unas líneas de mi poema “Egoísmo y Catarsis”, el cual puedes leer íntegramente aquí: bit.ly/3cIyWAs

“Costumbre mía de escribir sobre cualquier cosa,

adicción de exponerse al escrutinio público,

posar ante el ojo justo que señala mi analfabetismo poético,

pero ¿qué puedo hacer si soy egoísta?

escribo para mí y mis demonios,

escribo tratando de curar mis penas,

intento calmar el ansia por trotar;

afán que deberé descifrar si quiero paz,

trato hallar la libertad,

aunque este hábito convirtióse en bendita esclavitud”.

Nos vemos en mi próxima entrega. Hasta entonces.

​Escribir, vía para experimentar y saber

“Escribir es vida y saber"
Abel Pérez Rojas
lunes, 28 de septiembre de 2020, 08:59 h (CET)

La vida es tan breve y pasajera que en realidad es una pizca de la existencia planetaria y casi nada en el Universo, por ello, para poder aproximarnos un poco más a todo lo que nos rodea, inclusive, a nosotros mismos, tenemos que echar mano de vías como la escritura.

Escribir trasciende con mucho la actividad funcional para transmitir mensajes.

Esto lo sabe quién se da la oportunidad de andar en los laberintos de las letras, de hallar recompensa en ello y de encontrarse –quizá reencontrarse-, consigo mismo.

La escritura es una vía de experimentación en sí misma que implica trabajo arduo, tiempo y convicción.

Encontrar nuevos atajos, echar mano de recursos no usados, penetrar en significados que nos eran desconocidos, regocijarse, desfragmentarse y crear algo bello es parte de ese cuarto de maquinaria literaria que está al alcance de todos, pero sólo algunos ingresan ahí porque implica cierto esfuerzo, vocación y sensibilidad.

Escribir es leer, viajar, quedarse en casa, conversar, gritar, comer, tener, no tener, es abundancia.

Escribir es nada y lo es todo.

Escribir es producto de nuestros dos cerebros, del que ubicamos en la cabeza, y de aquél que cada vez más se conoce como el segundo, conformado por una compleja red de millones de neuronas en nuestra región intestinal.

Quizá por eso de manera intuitiva muchos hemos experimentado escribir con las entrañas.

Escribir es meditar, viajar al profundo silencio, ver el acantilado del vacío e intuir la profundidad de la existencia y del ser.

Escribir es colocarse en situaciones no vividas, recrearlas, generar una especie de laboratorio y volver para dar cuenta de lo ahí encontrado.


En efecto, escribir es como un laboratorio a través del cual las personas podemos rehacer en nuestro interior situaciones y condiciones que de otra manera tal vez nos estén negadas, prohibidas o por su naturaleza sean inalcanzables.

Escribir es terreno fértil para la exposición, el debate, la argumentación y para aceptar la ignorancia en todas sus dimensiones.

Escribir es una extensión para acariciar la mejilla lejana, tocar el ser inmaterial, traer con nosotros al desprotegido, hablar de tú a tú con las estrellas.

En síntesis, escribir es experimentar y es autopista del saber que trasciende con mucho al conocimiento y al aprendizaje.

Todo eso y mucho más hacen del escribir un arte y vena de la vida.

Te dejo unas líneas de mi poema “Egoísmo y Catarsis”, el cual puedes leer íntegramente aquí: bit.ly/3cIyWAs

“Costumbre mía de escribir sobre cualquier cosa,

adicción de exponerse al escrutinio público,

posar ante el ojo justo que señala mi analfabetismo poético,

pero ¿qué puedo hacer si soy egoísta?

escribo para mí y mis demonios,

escribo tratando de curar mis penas,

intento calmar el ansia por trotar;

afán que deberé descifrar si quiero paz,

trato hallar la libertad,

aunque este hábito convirtióse en bendita esclavitud”.

Nos vemos en mi próxima entrega. Hasta entonces.

Noticias relacionadas

Dos sencillos productos de la Tierra, como el buen vino y la harina de trigo, se convierten en celestial Amigo que en el Sagrario, por Amor se encierra.

Aragón es una cuna del arte desde la honestidad y la perseverancia y que desde el siglo XV ya se ha adelantado a su tiempo y ha destacado por grandes personajes que han cambiado la historia. En pleno siglo XXI, no son menos las figuras que destacan, como el escritor Antón Castro, el Heraldo de Aragón o el mismo Luis Alegre, que han destacado por recibir el Premio Mundial de la Excelencia Águila de Oro en 2023.

Es miércoles, han transcurrido seis minutos después de las ocho de la noche del veinticinco de agosto del año dos mil veintiuno, en ese momento inicia  una transmisión más de #Poesíaalasocho, la iniciativa nacida el once de abril del año anterior, como una respuesta desde la poesía al maremágnum ocasionado por la pandemia del COVID-19.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto