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​Salgamos a las calles y plazas, no hagamos caso de las normas dictadas por aquellos que solo piensan en controlarnos

Españoles como las avestruces

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Aviso a navegantes el presente artículo no resulta agradable para nadie que se llame español, ya que vamos a ver si todavía quedan hombres y mujeres de verdad que aman a su Patria, o si por el contrario pertenecen al 99 por ciento de aborregados, miedosos y que cuando tienen un problema delante, actúan como las avestruces, escondiendo la cabeza bajo tierra.

Lo primero que diré, es que todos vamos a MORIR, aquí no nos quedamos nadie para ser simientes de nabos. Lo único que tenemos seguro es la MUERTE, y que mas da fallecer de Covid-19, que de cáncer, que de un infarto o un ictus. Repito no nos vamos a quedar nadie en éste mundo llamado Tierra.

¿Dónde se encuentra el aguerrido pueblo español que ha plantado cara, ante mil situaciones, y ha salido airoso de todas? En estos momentos, ese pueblo rebelde, luchador, batallador, inconformista, libre, independiente y muy cabezota, NO EXISTE. ¿Desde cuando nos hemos conformado a ser obedientes ante las directrices del poder establecido? Yo creo que nunca. Estamos acojonados por los mensajes que lanzan los medios de comunicación comprados por los gobiernos, que no hacen más que asustar a la población.

¿Desde cuando se han cerrado negocios? ¿Cómo vamos a salir de la crisis económica, si prohibimos las actividades de ocio básicas? ¿Que hacemos con todas las infraestructuras turísticas construidas con el sudor y la paciencia de los empresarios españoles? ¿Por que obedecemos las órdenes dictadas por gobiernos que no saben gobernar en materia de ocio nocturno? ¿Que ocurre con los trabajadores, proveedores, y actividades anexas que no pueden continuar con sus negocios?

La solución pasa por la rebeldía pacífica. Nadie nos puede obligar a cerrar nuestros negocios por una orden que no se ajusta a la realidad. ¿Que consigna les están haciendo cumplir los poderes superiores a los gobiernos? Si hemos superado otros momentos de crisis, ¿por que ahora no nos ponemos las pilas de la rebeldía y abrimos nuestros negocios para poder vivir y dar un servicio? Es la mejor forma de hacer que se recupere la economía. Si los mantenemos cerrados, estamos contribuyendo al empobrecimiento paulatino de la sociedad. Estamos hartos de ver como los políticos no sirven para nada. Ninguno de todos nos da soluciones y mientras los españoles no hemos reaccionado todavía, ante una situación que nos aboca a la ruina total.

Hemos de recordar a españoles valientes, que no se dejaron someter ante las injusticias de los poderes públicos. Vicente Doménech el Palleter, supo arengar a los valencianos, para que se defendieran ante la dominación francesa y animó a la sublevación, Agustina de Aragón, hizo lo mismo en la ciudad de Zaragoza, se puso en marcha, alertando y animando a la rebelión ciudadana contra el invasor gabacho, María Pita, en La Coruña, supo responder ante los ataques británicos y franceses, que querían ocupar la ciudad, el Tamborilero del Bruch, supo burlar a las tropas francesas y con su tambor, animó a los catalanes a que salieran a las calles a defenderse. Son muchos los ejemplos que tenemos en España, de motines y rebeldías, para salvar nuestra Patria. A lo mejor tendremos que hacer como los ciudadanos de la ciudad de Praga, que defenestraron al enviado por Hacienda, para cobrarles una gran subida de impuestos que los iba a sumir en la pobreza.

Tomemos las armas del diálogo pacífico y salgamos a las calles y plazas a vivir, sencillamente, porque no podemos permitir que nos controlen. Se me ocurre una pregunta para hacer el amor con nuestra pareja hemos de hacerlo a distancia. Para disfrutar nos hemos de juntar y restregar, sino no hay goce y a lo mejor no hay embarazo. Esto es otro tema, que nos debe preocupar. El crecimiento en materia de natalidad, en todos los meses que llevamos con el cuento del Covid19, no han habido casi nacimientos. Será porque los españoles no hacen el amor. O si lo hacen, aplican la distancia de los 2 metros y claro así resulta imposible acertar desde el pene hacia la vagina, a no ser que uno lo tenga de gran tamaño y si pueda hacerlo. Este sistema sería el de un fenómeno. Bromas aparte, seamos conscientes que nuestra población debe crecer, porque necesitamos nacimientos, que sigan con la vida hacia adelante. No tengamos miedo a tener hijos, que son la mejor de las bendiciones.

Seamos consecuentes con nuestra Historia y sepamos plantar cara a los poderes públicos, que no saben ninguno por donde tirar, porque su gran carga de inutilidad, que nos están demostrando, resulta patente, ¿como vamos a confiar en ellos si son todos iguales? Solo la cabezoneria y la rebeldía, nos harán fuertes en el combate, contra unos poderes obsoletos, pasados de moda y rosca, y que solo miran para su beneficio, no para el de toda la sociedad en conjunto.

Salgamos a las calles y plazas, no hagamos caso de las normas dictadas por aquellos que solo piensan en controlarnos, eso si, sigamos usando mascarillas, y adoptemos medidas de protección, pero no nos quedemos en casa, porque de lo contrario seguiremos haciendo crecer a todos los que solo desean la destrucción de nuestra Patria y sociedad.

Españoles como las avestruces

​Salgamos a las calles y plazas, no hagamos caso de las normas dictadas por aquellos que solo piensan en controlarnos
Manuel Ibañez Ferriol
lunes, 7 de septiembre de 2020, 08:22 h (CET)

Aviso a navegantes el presente artículo no resulta agradable para nadie que se llame español, ya que vamos a ver si todavía quedan hombres y mujeres de verdad que aman a su Patria, o si por el contrario pertenecen al 99 por ciento de aborregados, miedosos y que cuando tienen un problema delante, actúan como las avestruces, escondiendo la cabeza bajo tierra.

Lo primero que diré, es que todos vamos a MORIR, aquí no nos quedamos nadie para ser simientes de nabos. Lo único que tenemos seguro es la MUERTE, y que mas da fallecer de Covid-19, que de cáncer, que de un infarto o un ictus. Repito no nos vamos a quedar nadie en éste mundo llamado Tierra.

¿Dónde se encuentra el aguerrido pueblo español que ha plantado cara, ante mil situaciones, y ha salido airoso de todas? En estos momentos, ese pueblo rebelde, luchador, batallador, inconformista, libre, independiente y muy cabezota, NO EXISTE. ¿Desde cuando nos hemos conformado a ser obedientes ante las directrices del poder establecido? Yo creo que nunca. Estamos acojonados por los mensajes que lanzan los medios de comunicación comprados por los gobiernos, que no hacen más que asustar a la población.

¿Desde cuando se han cerrado negocios? ¿Cómo vamos a salir de la crisis económica, si prohibimos las actividades de ocio básicas? ¿Que hacemos con todas las infraestructuras turísticas construidas con el sudor y la paciencia de los empresarios españoles? ¿Por que obedecemos las órdenes dictadas por gobiernos que no saben gobernar en materia de ocio nocturno? ¿Que ocurre con los trabajadores, proveedores, y actividades anexas que no pueden continuar con sus negocios?

La solución pasa por la rebeldía pacífica. Nadie nos puede obligar a cerrar nuestros negocios por una orden que no se ajusta a la realidad. ¿Que consigna les están haciendo cumplir los poderes superiores a los gobiernos? Si hemos superado otros momentos de crisis, ¿por que ahora no nos ponemos las pilas de la rebeldía y abrimos nuestros negocios para poder vivir y dar un servicio? Es la mejor forma de hacer que se recupere la economía. Si los mantenemos cerrados, estamos contribuyendo al empobrecimiento paulatino de la sociedad. Estamos hartos de ver como los políticos no sirven para nada. Ninguno de todos nos da soluciones y mientras los españoles no hemos reaccionado todavía, ante una situación que nos aboca a la ruina total.

Hemos de recordar a españoles valientes, que no se dejaron someter ante las injusticias de los poderes públicos. Vicente Doménech el Palleter, supo arengar a los valencianos, para que se defendieran ante la dominación francesa y animó a la sublevación, Agustina de Aragón, hizo lo mismo en la ciudad de Zaragoza, se puso en marcha, alertando y animando a la rebelión ciudadana contra el invasor gabacho, María Pita, en La Coruña, supo responder ante los ataques británicos y franceses, que querían ocupar la ciudad, el Tamborilero del Bruch, supo burlar a las tropas francesas y con su tambor, animó a los catalanes a que salieran a las calles a defenderse. Son muchos los ejemplos que tenemos en España, de motines y rebeldías, para salvar nuestra Patria. A lo mejor tendremos que hacer como los ciudadanos de la ciudad de Praga, que defenestraron al enviado por Hacienda, para cobrarles una gran subida de impuestos que los iba a sumir en la pobreza.

Tomemos las armas del diálogo pacífico y salgamos a las calles y plazas a vivir, sencillamente, porque no podemos permitir que nos controlen. Se me ocurre una pregunta para hacer el amor con nuestra pareja hemos de hacerlo a distancia. Para disfrutar nos hemos de juntar y restregar, sino no hay goce y a lo mejor no hay embarazo. Esto es otro tema, que nos debe preocupar. El crecimiento en materia de natalidad, en todos los meses que llevamos con el cuento del Covid19, no han habido casi nacimientos. Será porque los españoles no hacen el amor. O si lo hacen, aplican la distancia de los 2 metros y claro así resulta imposible acertar desde el pene hacia la vagina, a no ser que uno lo tenga de gran tamaño y si pueda hacerlo. Este sistema sería el de un fenómeno. Bromas aparte, seamos conscientes que nuestra población debe crecer, porque necesitamos nacimientos, que sigan con la vida hacia adelante. No tengamos miedo a tener hijos, que son la mejor de las bendiciones.

Seamos consecuentes con nuestra Historia y sepamos plantar cara a los poderes públicos, que no saben ninguno por donde tirar, porque su gran carga de inutilidad, que nos están demostrando, resulta patente, ¿como vamos a confiar en ellos si son todos iguales? Solo la cabezoneria y la rebeldía, nos harán fuertes en el combate, contra unos poderes obsoletos, pasados de moda y rosca, y que solo miran para su beneficio, no para el de toda la sociedad en conjunto.

Salgamos a las calles y plazas, no hagamos caso de las normas dictadas por aquellos que solo piensan en controlarnos, eso si, sigamos usando mascarillas, y adoptemos medidas de protección, pero no nos quedemos en casa, porque de lo contrario seguiremos haciendo crecer a todos los que solo desean la destrucción de nuestra Patria y sociedad.

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