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​Refugiados de mierda

​¿Tú que me estás leyendo, sabes quién eres?
Eduardo Cassano
sábado, 7 de marzo de 2020, 10:26 h (CET)

Mi jefe diría que son todos unos vagos, sin más. A mí me gusta saber más allá, leer todos los periódicos aunque eso incluya leer también a Eduardo Inda. A partir de ahí, formo una opinión sobre todo y decido, cuando hay que decidir algo, o simplemente opino cuando hay que hacerlo.

Ayer leí Soto Ivars, compañero de El Periódico, y me sorprendió muchísimo. No voy a decir que leí lo que pienso porque estaría feo, esto trata de él no de mí. Sinceramente, si tuviera la capacidad de otorgarlo, el Premio Pulitzer del 2020 era, sin lugar a dudas, para Soto Ivars por su columna ‘Los refugiados nos dan igual’. Pero no se lo van a dar, y él lo sabe. Y mañana o pasado, nadie se va a acordar de ellos.

Afortunadamente, tengo la libertad que me ofrece este diario para decir lo que pienso, cómo lo pienso, y cuándo lo pienso. Y como tal, pienso que mientras en Sabadell (una población de Barcelona) tiene colgada en la fachada de su ayuntamiento una pancarta que dice que los refugiados son bienvenidos aquí, al mismo tiempo que también desahucian un día tras otro a esos mismos refugiados, que no, ojo, no siempre son delincuentes. Hay personas que por el mero hecho de ser de color, también pueden ser buenas. El ayuntamiento de Sabadell, en este caso, constato que es hipócrita. Porque mis abogados me aconsejan no decir algo más al respecto.

He sentido la columna de Soto como si fuera mía. Y quizás yo sí tengo más caracteres y vocabulario para expresar –por suerte- la puta mierda en la que estamos convirtiendo esta sociedad entre todos. Todos, también tú.

Se empieza con la broma de que no tienes espacio en la cocina para reciclar, y después terminas intentando reciclar al negro que te has encontrado en el pasillo por el simple hecho de tener un color de piel distinta a la tuya.

España fue, hasta hace muy poco, un país de emigrantes. Parece que lo hemos olvidado. Conocemos poco la historia, y digo la conocemos poco porque los adolescentes se pasan la vida viendo Gran Hermano, Supervivientes, Mujeres y hombres y viceversa, o Sálvame, la cuna de la cultura: lo tenemos de naranja, limón o Deluxe, a gusto del consumidor.

Valiente mierda, toda esa junta. Afortunado yo, de poderlo decir aquí esto (que hace años que no se tilda, por cierto), cosa que agradezco en cada columna.

A veces culpamos a los adolescentes, sin más. Y casi siempre tenemos razón los adultos… ¿pero siempre? Habría que preguntarse cuándo, cómo y por qué, esos mismos adolescentes no necesitan algo más de atención, de cariño, de saber que para ti tú eres lo importante.

Soto Ivars, te debo una cerveza o un agua, o un whisky. Tu columna me ha impresionado mucho, como hacía años sin exagerar que no leí algo digno de tal admiración. Se puede decir mucho sobre los refugiados, pero no tanto y tan bien como tú, en tan poco espacio. Ojalá Jordi Évole cuente contigo un día de estos para un reportaje y se te vea en la gran pantalla.

Mientras tanto yo seguiré con mi lucha. Sé que soy feminista porque lo soy aunque sea hombre, anti racista porque soy persona, y anti franquista porque aunque eso me cueste un puesto de trabajo, las personas del trabajo en sí no merecían la pena.

Soy un mierda, lo sé. Y muy orgulloso, aunque nadie de mi entorno lo entienda. Pero yo sé quién soy…

¿Tú que me estás leyendo, sabes quién eres?

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