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Alfonso Sotelo

El esperpento electoral bético

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Decíamos en el pasado capítulo de este serial que el Betis organizaba unas elecciones esperpénticas y sin sentido. No sólo eso, es que son unas elecciones que no son elecciones. Nos explicamos. Ruiz de Lopera, en un hito democrático en la Historia de la Humanidad, convoca lo nunca visto en el Derecho Mercantil: unas elecciones a presidente de su Consejo de Administración. ¿Se imaginan una convocatoria para elegir al presidente de El Corte Inglés y que puedan votar todos los españoles que tengan la tarjeta del establecimiento? Inaudito. Pero lo peor es que Lopera se pone encima la medalla de democrático.

El sufragio, que finalmente se realizará el siete de enero del próximo año (uno más o uno menos para la cuenta de cada uno), tendrá unos requisitos nunca vistos en la democracia. Sólo se pueden presentar los que Don Manuel quiera. Es decir, mayores de edad, abonados al Betis desde, al menos, dos años, con aval bancario y sin antecedentes familiares, de simpatía o de filiación con esos notables (que son como los que convocó ZP para arreglar RTVE, más suficientes que notables) que intentan hacerle una oposición a Lopera parecida a la que el PP le hace al PSOE en Andalucía: nula.

Ahora bien, cuando se produzcan las elecciones (que para reunir más esperpento si cabe se iban a celebrar inicialmente un día que el Betis jugaba fuera y a la hora del choque), “El Elegido” -como Neo el de Matrix- tendrá que recibir el 51% de los apoyos para ser investido presidente. Según la Manolitaria, que dice marafedeco (Manuel Ramírez Fernández de Córdoba), tendrá plenos poderes en el club. “Yo le doy la llave de la casa con todos los muebles dentros y el verá”, llegó a decir Ruiz de Lopera en Radio Sevilla. No se lo cree ni él. Lo peor de todo es que Don Manuel comentaba, a pregunta de un compañero, que si nadie se presentaba o si ningún candidato recibía el apoyo necesario “sería señal de que los béticos quieren que siga esta forma de trabajar” y que entonces apoyarían para que Cucharón León siguiese de presidente. ¡¡¿¿Cóooomo??!! Es decir, que si la gente no vota o no se presenta no es porque no crea en esta pantomina, sino que es porque está contenta con Lopera... Esto si que es patético.

Finalmente, creo que nadie irá a votar. Decía mi amigo Alberto García Reyes en su Alfeizar del periódico (sigo insistiendo que para mí “el periódico” es ABC, el resto sí tendrá nombre) que lo que había que hacer era BOTAR a Lopera, con B de Betis, para ver si se iba de una vez. Parece ser que ya hay un candidato, el famoso Pepsi que organiza los viajes de los Suporters. Seguramente lo haría mejor que el actual Lopera. Peor que el que trajo a Finidi, a Alfonso y a Jarni, pero mejor que el actual, que vive inmerso en una paranoia constante de dimes y diretes y que no va a conseguir nada más que desestabilidad aún más a un club que ya jugueteó peligrosamente con el descenso la temporada pasada y que este año también tiene ganas de jugar con el peligro. Y con estas Jabo, el pobre Jabo, intenta poner un once que dé la cara cada domingo antes de que La Manolitaria, o Lopera, o Cucharón o “Neo el Elegido” lo ponga de patitas en la calle. Jabugo, por supuesto.

El esperpento electoral bético

Alfonso Sotelo
Alfonso Sotelo
lunes, 20 de noviembre de 2006, 02:04 h (CET)
Decíamos en el pasado capítulo de este serial que el Betis organizaba unas elecciones esperpénticas y sin sentido. No sólo eso, es que son unas elecciones que no son elecciones. Nos explicamos. Ruiz de Lopera, en un hito democrático en la Historia de la Humanidad, convoca lo nunca visto en el Derecho Mercantil: unas elecciones a presidente de su Consejo de Administración. ¿Se imaginan una convocatoria para elegir al presidente de El Corte Inglés y que puedan votar todos los españoles que tengan la tarjeta del establecimiento? Inaudito. Pero lo peor es que Lopera se pone encima la medalla de democrático.

El sufragio, que finalmente se realizará el siete de enero del próximo año (uno más o uno menos para la cuenta de cada uno), tendrá unos requisitos nunca vistos en la democracia. Sólo se pueden presentar los que Don Manuel quiera. Es decir, mayores de edad, abonados al Betis desde, al menos, dos años, con aval bancario y sin antecedentes familiares, de simpatía o de filiación con esos notables (que son como los que convocó ZP para arreglar RTVE, más suficientes que notables) que intentan hacerle una oposición a Lopera parecida a la que el PP le hace al PSOE en Andalucía: nula.

Ahora bien, cuando se produzcan las elecciones (que para reunir más esperpento si cabe se iban a celebrar inicialmente un día que el Betis jugaba fuera y a la hora del choque), “El Elegido” -como Neo el de Matrix- tendrá que recibir el 51% de los apoyos para ser investido presidente. Según la Manolitaria, que dice marafedeco (Manuel Ramírez Fernández de Córdoba), tendrá plenos poderes en el club. “Yo le doy la llave de la casa con todos los muebles dentros y el verá”, llegó a decir Ruiz de Lopera en Radio Sevilla. No se lo cree ni él. Lo peor de todo es que Don Manuel comentaba, a pregunta de un compañero, que si nadie se presentaba o si ningún candidato recibía el apoyo necesario “sería señal de que los béticos quieren que siga esta forma de trabajar” y que entonces apoyarían para que Cucharón León siguiese de presidente. ¡¡¿¿Cóooomo??!! Es decir, que si la gente no vota o no se presenta no es porque no crea en esta pantomina, sino que es porque está contenta con Lopera... Esto si que es patético.

Finalmente, creo que nadie irá a votar. Decía mi amigo Alberto García Reyes en su Alfeizar del periódico (sigo insistiendo que para mí “el periódico” es ABC, el resto sí tendrá nombre) que lo que había que hacer era BOTAR a Lopera, con B de Betis, para ver si se iba de una vez. Parece ser que ya hay un candidato, el famoso Pepsi que organiza los viajes de los Suporters. Seguramente lo haría mejor que el actual Lopera. Peor que el que trajo a Finidi, a Alfonso y a Jarni, pero mejor que el actual, que vive inmerso en una paranoia constante de dimes y diretes y que no va a conseguir nada más que desestabilidad aún más a un club que ya jugueteó peligrosamente con el descenso la temporada pasada y que este año también tiene ganas de jugar con el peligro. Y con estas Jabo, el pobre Jabo, intenta poner un once que dé la cara cada domingo antes de que La Manolitaria, o Lopera, o Cucharón o “Neo el Elegido” lo ponga de patitas en la calle. Jabugo, por supuesto.

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