Una temporada más el Atlético de Madrid vuelve a defraudar a sus aficionados y a vivir en primera persona la desilusión de ver como tus sueños no se hacen realidad. Incluso el Getafe, que hace pocos años estaba en segunda división B, y que es el supuesto peor equipo madrileño de la primera división se sitúa por delante de los rojiblancos, como la campaña pasada donde acabó con más puntos que los colchoneros. Una vez más el Atleti vuelve a ser el tercero en discordia.

Todos los años genera ilusión y optimismo, y luego al final nada de nada. Esta vez parecía diferente, pero tras un buen comienzo liguero el equipo se desinfla. Es pronto para ponerle la cruz, prácticamente estamos comenzando el campeonato liguero. El problema que en este tipo de competiciones de tanta igualdad es muy difícil remontar. Lo más fácil es caer en picado. No se sabe si el causante de estas derrotas consecutivas son las bajas o el fantasma de todos los años que aparece por el Calderón, independientemente de que jugadores estén en el equipo o del entrenador que los dirija. El Atlético tiene la mala suerte pegada a la espalda.

El club ha fichado más o menos bien. Por lo menos nombres conocidos o de prestigio. No es comprensible la suplencia de hombres como Pernía, Jurado o el joven Agüero, pero eso ya son temas de otro cantar. A priori debería estar en puestos de Liga de Campeones, o como poco UEFA. Comenzó jugando bien, incluso tenía la fortuna de los grandes. El Atleti ha apostado fuerte por Aguirre, y lo debe seguir haciendo aunque continúe la mala racha. El vasco tiene un prestigio y se merece una continuidad. No se debería poner en duda a un técnico por tres partidos malos. En un equipo que juega mal el técnico es el principal perjudicado pero muchas veces no es el culpable.

Los merengues, en su línea
El que si cuenta con la suerte de los poderosos es el Real Madrid, si no que se lo digan a Nicolita, jugador del Steaua de Bucarest, que el miércoles llevaba una camiseta blanca debajo de la de su equipo. Aunque no juegue bien, el conjunto merengue se mantiene ahí arriba y de momento con las aspiraciones para ganar todo. Tercero en la Liga y ya está clasificado para los octavos de la Champions. Genera muchas dudas, pero por lo menos gana partidos, que al fin y al cabo es lo que suma puntos. Si jugara bien, ¿Dónde estaría entonces?

Al que no se le puede poner reproches es al Getafe. Con un presupuesto mucho menor a los dos anteriores, ha conseguido hacer la parte media de la tabla su lugar habitual. El año pasado ya dio la sorpresa en los primeros compases de la competición, y esta temporada lleva el mismo camino, aunque más discreto. De momento ha hecho de su estadio un fortín y se encuentra invicto e imbatido en el Alfonso Pérez. Su objetivo es la permanencia, por eso no tiene presión y si la cosa sale bien y consigue algo más pues bienvenido sea. Ya se encargará Schuster de bajar la euforia de sus jugadores y de la afición. El alemán sabe lo que se hace.