El Zen es una vía de autenticidad y despertar nacida de la experiencia de Bouddha Sâkyamuni.
Este hombre vivía en la India del norte algunos siglos antes de J.C. Pertenecía a la casta de los Sâkyra. Le esperaba su destino de rey pero dicen que una noche, conmovido por el sufrimiento de la Humanidad, se fue de su palacio y se convirtió durante más de seis años en un asceta errante. Una noche, mientras meditaba en la posición del loto, al ver la estrella de la aurora recibió la iluminación. Se convirtió en un sabio y durante cuarenta y cinco años impartió sus enseñanzas.
El Zen aparece en China hacia el siglo VI después de J.C. Nacen cinco escuelas importantes y las enseñanzas se propagan en los países de lengua china: Corea, Viet-Nam e incluso el Tibet.
Dôgen(1200-1253), un monje japonés visitó los grandes monasterios de la costa este de China y llevó las semillas del Zen a su país. Algunas generaciones más tarde, el Zen llegó a ser una de las principales escuelas budistas de Japón.
El Zen no es ni un tipo de gimnasia ni una técnica de bienestar. Se trata de vivir completamente, cuerpo y espíritu, comprometiéndose a cuidar de uno mismo como del prójimo y a enfrentarse a sus propios temores. Según una fórmula clásica, la práctica del Zen consiste en resolver la cuestión de la vida y la muerte. Todos nos enfrentamos al sufrimiento y a la muerte. Son esos temas que abarca el budismo para lograr una vida dulce y “despierta”.
La experiencia del Zen se basa en combinar meditación, inteligencia y ética ( en sánscrito: dhyâna, prajñâ et sîla).
Buda tuvo como meta enseñar a los hombres a encontrar el silencio interior y a acallar las luchas y conflictos. La meditación es la práctica de ese silencio. Meditar es volver a encontrar la paz y vivirla plenamente.
Curiosamente la meditación no aporta nada aparentemente y sin embargo cambia muchas cosas. Una vez que uno descubre esa paz, cada gesto cobra inteligencia. Una ternura, una bondad y una belleza se desprenden de manera natural. Se amplifica el sentido de las palabras amor y compasión. Se aplica una regla muy simple y sin embargo muy difícil de aplicar.
Las semillas del Zen llegaron a Occidente hace unos cuarenta años. Muchas flores se han abierto desde entonces esperando que las recojan.
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