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Tres escenarios distintos en busca del Sonido del Fin

Una novela sobre la identidad y las fronteras entre la realidad y ficción

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Esta nueva novela de Agustín Fernández Mallo, ofrece una nueva visión en la narrativa de este autor, que se ha ido inclinando hacia la investigación de la propia realidad vital desde su anterior novela Proyecto Nocilla, utilizando el factor cotidiano que siempre está presente en toda su obra, a través de una inmersión en el mundo personal de sus personajes por medio de sus interrelaciones personales y transformaciones, pero poniendo énfasis en la idea del autor de que todos los seres humanos están en perpetua comunicación y compañía con sus dobles, entre los que también se encuentran los muertos de cada uno, es decir, esos "otros" que se ha sido a lo largo del tiempo y que ya no se es, pero de lo que queda el "cadáver" en el recuerdo, y que pasan así a ser una parte importante e imprescindible de cada individuo, como legado de su propia historia personal que lo define en su singularidad y lo matiza en sus emociones.

La historia se narra en tres escenarios distintos: en Estados Unidos, país al que viaja una pareja en busca del Sonido del Fin; un castillo del norte de Francia en el que se encierran dos músicos para escribir su obra maestra, y la terrible experiencia vivida por una secuestrada en la caótica ciudad de México D.F. que narra de forma fría y cruda.

La visión que muestra su autor de los hechos y personajes de esta novela es un tanto peculiar, desenfocada, como en un intento de borrar las fronteras entre la realidad y el mundo interior de sensaciones, ideas y pensamientos, por lo que los personajes vivos y muertos se entrecruzan, se mezclan y casi confunden, en una especie de duelo de identidades, porque el autor parece querer incidir en que cada persona es siempre alguien que muere y, al mismo tiempo, alguien que sigue viviendo, haciendo así patente de forma implícita e involuntaria una frase del famoso filosofo Heidegger que decía "El hombre es un ser de lejanía", tomando como tal lejanía los sentimientos ya desaparecidos, los seres perdidos irremediablemente, los lugares ya abandonados, las emociones extinguidas y todo lo que conforma las múltiples realidades que el ser humano es a lo largo de su vida y que van transformándose, poco a poco, convirtiéndolo en otro distinto pero sin dejar de ser el mismo, en esa dualidad a la que se refiere el autor de esta novela que está poniendo en clave narrativa una idea filosófica expresada por el citado filósofo alemán, fundador de la fenomenología existencial.


limbo
El problema de la identidad se convierte así en un protagonista más de esta novela, porque la relación de cada uno con el propio cuerpo es siempre una lucha en la que se discierne quién se es realmente. Esta cuestión la aborda en el personaje de la secuestrada que, por su aislamiento y soledad, pasa a darse cuenta de la dualidad entre el cuerpo y el "yo" que habita en él, convirtiéndose el primero en un "otro" con el que es posible entablar un diálogo en el que no falta la expresión genuina de la sexualidad.

Esta novela ofrece la novedad de que las fotografías tienen una gran importancia, porque esas imágenes captan un instante que queda ya definitivamente cristalizado en la retina de los personajes que la habitan por un extraño mecanismo que le ayudan a construir su presente, ofreciéndole, a modo de clave, el significado de su cotidianidad, de su vida día a día, y de su propia identidad, cuestión ésta que es el eje sobre el que gira toda la trama argumental.

Otras cuestiones que subyace en esta novela son el problema de la creación a la que considera que es una recreación en forma de "copia" de una idea original anterior a la propia obra, pues nada de lo creado por el ser humano es genuino y proviene de la nada, ya que esta capacidad sólo la puede tener Dios, en el caso de aceptar su existencia en el plano metafísico, figura divina que parece encarnada de forma figurada, en cuanto a su poder omnisciente que "lo ve todo", en la omnipresente Google Maps, que está más cercana en su comprensión y realidad material para la mente del ser humano actual, habitante de la sociedad tecnificada y compleja en la que vivimos.

Limbo, es una novela en la que existen hechos y personajes que intentan vivir una realidad que no comprenden en su totalidad y que puede "cosificarse"; pero unos y otros son una disculpa para que su autor reflexione sobre el enigma de la identidad personal y sobre la multiplicidad posible que ello representa, en función del tiempo y de las propias vivencias, pero sin obviar a los "otros" que se ha sido antes, en ese constante cambio en el que se sigue vivo y siendo el muerto de quien una vez se fue, al mismo tiempo, haciéndose realidad la afirmación de que lo que ha sido, seguirá siéndolo siempre, como si la realidad tuviera una naturaleza circular que gira sobre sí misma, cambiante en su forma aparente, pero plural y constante en su esencia.

Una novela sobre la identidad y las fronteras entre la realidad y ficción

Tres escenarios distintos en busca del Sonido del Fin
Ana Alejandre
jueves, 13 de marzo de 2014, 15:49 h (CET)
Esta nueva novela de Agustín Fernández Mallo, ofrece una nueva visión en la narrativa de este autor, que se ha ido inclinando hacia la investigación de la propia realidad vital desde su anterior novela Proyecto Nocilla, utilizando el factor cotidiano que siempre está presente en toda su obra, a través de una inmersión en el mundo personal de sus personajes por medio de sus interrelaciones personales y transformaciones, pero poniendo énfasis en la idea del autor de que todos los seres humanos están en perpetua comunicación y compañía con sus dobles, entre los que también se encuentran los muertos de cada uno, es decir, esos "otros" que se ha sido a lo largo del tiempo y que ya no se es, pero de lo que queda el "cadáver" en el recuerdo, y que pasan así a ser una parte importante e imprescindible de cada individuo, como legado de su propia historia personal que lo define en su singularidad y lo matiza en sus emociones.

La historia se narra en tres escenarios distintos: en Estados Unidos, país al que viaja una pareja en busca del Sonido del Fin; un castillo del norte de Francia en el que se encierran dos músicos para escribir su obra maestra, y la terrible experiencia vivida por una secuestrada en la caótica ciudad de México D.F. que narra de forma fría y cruda.

La visión que muestra su autor de los hechos y personajes de esta novela es un tanto peculiar, desenfocada, como en un intento de borrar las fronteras entre la realidad y el mundo interior de sensaciones, ideas y pensamientos, por lo que los personajes vivos y muertos se entrecruzan, se mezclan y casi confunden, en una especie de duelo de identidades, porque el autor parece querer incidir en que cada persona es siempre alguien que muere y, al mismo tiempo, alguien que sigue viviendo, haciendo así patente de forma implícita e involuntaria una frase del famoso filosofo Heidegger que decía "El hombre es un ser de lejanía", tomando como tal lejanía los sentimientos ya desaparecidos, los seres perdidos irremediablemente, los lugares ya abandonados, las emociones extinguidas y todo lo que conforma las múltiples realidades que el ser humano es a lo largo de su vida y que van transformándose, poco a poco, convirtiéndolo en otro distinto pero sin dejar de ser el mismo, en esa dualidad a la que se refiere el autor de esta novela que está poniendo en clave narrativa una idea filosófica expresada por el citado filósofo alemán, fundador de la fenomenología existencial.


limbo
El problema de la identidad se convierte así en un protagonista más de esta novela, porque la relación de cada uno con el propio cuerpo es siempre una lucha en la que se discierne quién se es realmente. Esta cuestión la aborda en el personaje de la secuestrada que, por su aislamiento y soledad, pasa a darse cuenta de la dualidad entre el cuerpo y el "yo" que habita en él, convirtiéndose el primero en un "otro" con el que es posible entablar un diálogo en el que no falta la expresión genuina de la sexualidad.

Esta novela ofrece la novedad de que las fotografías tienen una gran importancia, porque esas imágenes captan un instante que queda ya definitivamente cristalizado en la retina de los personajes que la habitan por un extraño mecanismo que le ayudan a construir su presente, ofreciéndole, a modo de clave, el significado de su cotidianidad, de su vida día a día, y de su propia identidad, cuestión ésta que es el eje sobre el que gira toda la trama argumental.

Otras cuestiones que subyace en esta novela son el problema de la creación a la que considera que es una recreación en forma de "copia" de una idea original anterior a la propia obra, pues nada de lo creado por el ser humano es genuino y proviene de la nada, ya que esta capacidad sólo la puede tener Dios, en el caso de aceptar su existencia en el plano metafísico, figura divina que parece encarnada de forma figurada, en cuanto a su poder omnisciente que "lo ve todo", en la omnipresente Google Maps, que está más cercana en su comprensión y realidad material para la mente del ser humano actual, habitante de la sociedad tecnificada y compleja en la que vivimos.

Limbo, es una novela en la que existen hechos y personajes que intentan vivir una realidad que no comprenden en su totalidad y que puede "cosificarse"; pero unos y otros son una disculpa para que su autor reflexione sobre el enigma de la identidad personal y sobre la multiplicidad posible que ello representa, en función del tiempo y de las propias vivencias, pero sin obviar a los "otros" que se ha sido antes, en ese constante cambio en el que se sigue vivo y siendo el muerto de quien una vez se fue, al mismo tiempo, haciéndose realidad la afirmación de que lo que ha sido, seguirá siéndolo siempre, como si la realidad tuviera una naturaleza circular que gira sobre sí misma, cambiante en su forma aparente, pero plural y constante en su esencia.

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