El Paris Saint-Germain no tuvo problemas para superar la eliminatoria de octavos de final de la 'Champions League' tras deshacerse del Bayern Leverkusen (2-1) en el partido de vuelta, celebrado en el Parque de los Príncipes, adonde habían llegado tras la escandalosa goleda en Alemania (0-4) de hace dos semanas.
El cuadro parisino, sin la presión del pasado curso, saltó a su feudo consciente de que sólo una catástrofe les hubiera dejado sin los cuartos de final, el techo de hace justo un año, antes de ser eliminados por el Barça. Esta temporada, por contra, todo parece distinto para los galos, que pintan su futuro del color de rosa.
El conjunto dirigido por Laurent Blanc pronto encajó un gol que le hizo despertar. Un excelente centro del italiano Giulio Donati terminó en la cabeza de Sidney Sam, que remató a la perfección para batir a un insipirado Sirigu, que se entonaría con el paso de los minutos.
El 0-1, que se quedó en anécdota, hizo espabiliar a los franceses que aumentaron el ritmo y la circulación de balón, algo que descolocó al Leverkusen. El rival plácido que imaginaban el Bayer se había quedado en el vestuario, aunque el despiste inicial les había dado la primera renta a su favor.
Acto seguido, y tras un lanzamiento lejano de los pupilos de Sami Hyypia, Ibrahimovic erró en un mano a mano clarísimo, haciendo buenas aquellas jugadas que parecen imposibles y desperdiciando algunas otras que están al alcance de los comunes. El sueco, menos acertado que de costumbre, no volvió a disponer de claras oportunidades.
Fue entonces cuando Marquinhos aprovechó un córner, a los 13 minutos, para establecer el 1-1 y apagar la esfervescencia visitante. El cabezazo del central 'parisien' fue inapelable para Leno, al contario que el penalti de Simon Rolfes para Sirigu, que lo detuvo a media hora para el final.
Con este escenario, el PSG supo aguantar con la igualada hasta firmar el segundo, obra de Lavezzi tras una soberbia asistencia de Lucas Digne. El 2-1 concluyó por tumbar a un Leverkusen que acabó con diez por la expulsión de Emre Can y que no estuvo a la altura ante los franceses. El PSG sigue con paso firme en el 'Viejo Continente'.
El Paris Saint-Germain no tuvo problemas para superar la eliminatoria de octavos de final de la 'Champions League' tras deshacerse del Bayern Leverkusen (2-1) en el partido de vuelta, celebrado en el Parque de los Príncipes, adonde habían llegado tras la escandalosa goleda en Alemania (0-4) de hace dos semanas.
El cuadro parisino, sin la presión del pasado curso, saltó a su feudo consciente de que sólo una catástrofe les hubiera dejado sin los cuartos de final, el techo de hace justo un año, antes de ser eliminados por el Barça. Esta temporada, por contra, todo parece distinto para los galos, que pintan su futuro del color de rosa.
El conjunto dirigido por Laurent Blanc pronto encajó un gol que le hizo despertar. Un excelente centro del italiano Giulio Donati terminó en la cabeza de Sidney Sam, que remató a la perfección para batir a un insipirado Sirigu, que se entonaría con el paso de los minutos.
El 0-1, que se quedó en anécdota, hizo espabiliar a los franceses que aumentaron el ritmo y la circulación de balón, algo que descolocó al Leverkusen. El rival plácido que imaginaban el Bayer se había quedado en el vestuario, aunque el despiste inicial les había dado la primera renta a su favor.
Acto seguido, y tras un lanzamiento lejano de los pupilos de Sami Hyypia, Ibrahimovic erró en un mano a mano clarísimo, haciendo buenas aquellas jugadas que parecen imposibles y desperdiciando algunas otras que están al alcance de los comunes. El sueco, menos acertado que de costumbre, no volvió a disponer de claras oportunidades.
Fue entonces cuando Marquinhos aprovechó un córner, a los 13 minutos, para establecer el 1-1 y apagar la esfervescencia visitante. El cabezazo del central 'parisien' fue inapelable para Leno, al contario que el penalti de Simon Rolfes para Sirigu, que lo detuvo a media hora para el final.
Con este escenario, el PSG supo aguantar con la igualada hasta firmar el segundo, obra de Lavezzi tras una soberbia asistencia de Lucas Digne. El 2-1 concluyó por tumbar a un Leverkusen que acabó con diez por la expulsión de Emre Can y que no estuvo a la altura ante los franceses. El PSG sigue con paso firme en el 'Viejo Continente'.
La gabarra "Athletic" está feliz, puesto que por fin verá finalizada su inactividad de tanto tiempo. Todo ello porque los bilbaínos pusieron fin a su maldición de cuarenta años sin ser campeones de la Copa del Rey, con seis finales perdidas, cinco en los últimos 15 años. El equipo de Valverde debió esperar a la tanda de penaltis para vencer a un combativo Mallorca y alcanzar la gloria, pero esta Copa, "su" Copa más deseada, por fin podrá lucirla ante su gente por la ría de Bilbao.
Una Copa para el Madrid, la 20ª de su historia; una Copa para Rodrygo Goes, MVP y autor de los dos goles que vuelven a dar el título copero a los blancos, nueve años después de aquel recordado triunfo en Mestalla frente al Barça. Y, a la vez, un subcampeonato, el segundo de su historia, con honores de campeón para Osasuna.
El Real Betis Balompié es el campeón de la Copa del Rey. El equipo verdiblanco, en su ciudad, delante de su gente que lo sigue sin rechistar, ha salido victorioso por tercera vez después de una nueva final épica, como todas las que disputa, y en la que un rival tan sumamente digno como el Valencia y que ha merecido la Copa tanto como él solo ha claudicado en la cruel tanda de penaltis.
