Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | Con permiso

Por una nueva izquierda española

Pedro de Hoyos
Pedro de Hoyos
lunes, 11 de septiembre de 2006, 21:52 h (CET)
Sí, yo quiero otra izquierda: Quiero una izquierda que como cualquier izquierda europea y moderna tenga claro el concepto de nación y patria y no le dé vergüenza reconocerlo ni decirlo en voz alta; una izquierda que tenga la misma idea que la izquierda sueca, italiana o alemana respecto de lo que es su nación y su Estado, que piense que el internacionalismo empieza por reconocerse y aceptarse y quererse y valorarse uno mismo, ¿dónde está la contradicción?

Una izquierda que esté tan orgullosa de sí misma y de sus ideas como de la nación que los acoge y del Estado al que tienen que defender. Yo quisiera que la izquierda española fuese como la izquierda francesa, permítanme poner un ejemplo cercano geográfica y culturalmente. Y no se me malinterprete: no, no quiero que tenga la misma idea jacobina de la organización del Estado, no estoy hablando de ello.

Quiero una izquierda como alguna derecha. Quiero una izquierda como la derecha catalanista, que jamás hubiera permitido aquellos insultos a la patria supuesta o real, me da igual, de todos, repudiando con toda razón a quien la hubiera insultado gravemente en lugar público. Quiero una izquierda que reaccione como hubieran reaccionado derecha e izquierda vasquistas, sindicato de CC.OO. incluido, que unidos como una piña jamás hubieran permitido la entrada a semejante energúmeno en ningún foro cultural (¡¡cultural!) y que hubieran defenestrado a aquel estúpido y risueño presentador que lo acompañaba.

Quiero una izquierda que no confunda la libertad de expresión con el insulto de un corazón retorcido y amargado, que no busque excusas estúpidas y falaces confundiendo la libertad con la falta de respeto y la zafiedad con la gracia; una izquierda que no ande cogiéndosela con papel de fumar cada vez que un ¿artista? semidesconocido insulte al resto de compatriotas, que no retuerza el vocabulario ni la expresividad ni la gramática para defender lo indefendible cuando un mal nacido profiera en voz alta insultos de grueso calibre para aquello que nos es común. Quiero una izquierda que tenga claro que el sentimiento de patria es demasiado valioso para dejarlo otra vez en manos de la derecha.

Quiero una izquierda que reaccione como estoy seguro de que hubiera reaccionado la izquierda francesa, sueca, noruega o griega (Por cierto, el nacionalismo en Grecia es bandera de los partidos de izquierdas) cuando un insensato semidesconocido pretendiera provocar a base de insultos (Siempre me he preguntado, ya que estaba en Cataluña, por qué no prefirió provocar insultando a Cataluña)

Yo quiero una izquierda moderna, que no se avergüence de defender tan orgullosa como democráticamente a su patria, una izquierda que no crea que la patria es un casposo valor propio de la derecha fascista, una izquierda para la que la patria tenga el mismo elevado valor que tiene para grupos de ultraizquierda como los miembros de las FARC, que no se avergüenzan de su propia bandera y no les importa reconocerla en plena campaña de actos terroristas.

Y sí, claro, también quiero otra derecha, por supuestísimo que también quiero otra derecha, pero eso, si no hay inconveniente, lo dejamos para otro artículo.

Noticias relacionadas

Se trata de un debate importante, dicen. Los grandes filósofos del animalismo, hablan sobre cómo debe transcurrir la lucha, de su estructura ideológica óptima. Singer ya hizo bastante el ridículo con su decepcionante ensayo Liberación animal, con el que se confirmó reeditándolo infinidad de veces y hoy, medio siglo después, ha vuelto a editar su obra que es considerada por muchos como “la Biblia” del movimiento de los derechos de los animales.

Tras el inesperado reconocimiento del Emirato talibán por parte de la Federación Rusa, se desató una ola de conmoción en las redes sociales y los círculos políticos. Este hecho provocó reacciones tan generalizadas que dominó las noticias y los relatos mediáticos. Sin embargo, desde una perspectiva realista, ¿qué ha cambiado realmente para justificar tal pánico entre nuestra gente?

Internet se ha convertido en el terreno de juego perfecto de esta nueva forma de hacer política, y “la desinformación en su abono”. Por ejemplo, son constantes los mensajes cruzados en las redes sociales entre políticos o entre políticos y personajes de la sociedad civil, algunos de ellos extremadamente virulentos.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto