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¿Hacia la Guerra de los Seis Días?

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Zbigniew Brzezinski, ex-asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca bajo la presidencia de Jimmy Carter, esbozó en un discurso en 1.978 la teoría del “arco de crisis ( Arc of crisis) “, boceto que terminó de perfilar en su libro “El gran tablero mundial. La supremacía estadounidense y sus imperativos geoestratégicos” (1.997), considerada la Biblia geoestratégica de Obama y libro de cabecera de las sucesivas generaciones de geoestrategas y politólogos. En su libro, Brzezinski indica que Turquía e Irán, los dos estados más poderosos de los ” Balcanes Euroasiáticos “, situados en la línea sur, son ”potencialmente vulnerables a los conflictos étnicos internos (balcanización) y si se desestabilizara uno de los dos, los problemas de la región se harían incontrolables”, doctrina que tendría como objetivo inequívoco lograr la balcanización de los países del convulso Oriente Medio y Próximo (Oriente PROME).

Recordar que Oriente Medio y Próximo presentan un paralelismo sorprendente con los Balcanes y la Europa centro-oriental de los años que provocó la Primera Guerra Mundial, tras la que los vencedores procedieron a rediseñar las inestables fronteras de de dicha zona dibujando unas fronteras virtuales que provocaron un extenso periodo de agitación, de violencia en la zona como consecuencia de los conflictos étnicos derivadas de unas mugas artificiales amén del choque de intereses económicos de las principales potencias europeas en la zona.

Así, el ex-presidente de Egipto, Hosni Mubarak, (derrocado por su negativa a la instalación de bases norteamericanas en suelo egipcio), reveló en una entrevista al diario egipcio El-Fagr la existencia del presunto plan para dividir a toda la región de Medio Oriente , consistente en la instauración del citado “caos constructivo” mediante la sucesiva destrucción de los regímenes autocráticos de Irak, Libia, Sudán, Siria e Irán, reservando para Jordania el rol de “nueva patria del pueblo palestino”, tras el éxodo forzoso de la población palestina de Cisjordania y Gaza.

Dicha proceso de balcanización de la zona estaría ya en marcha y tendría su plasmación en países como Irak, devenido en Estado fallido y desangrado por la reavivación de la guerra civil chií-suní; en la endémica división palestina plasmada en la imposible reconciliación nacional de las facciones de Hamás y la OLP; en la anarquía reinante en Libia con el wahhabísmo salafista instaurado en Trípoli mientras grupos takfiríes (satélites de Al-Qaeda), dominan tribalmente el interior de Libia, en la aplicación de la yihad suní contra el régimen laico de Al Assad y sus aliados chiíes de Irán y Hezbolahh (y que por efecto mimético habría convertido ya al Líbano en un país dividido y presto para ser fagocitado por los ideales expansionistas de Israel), quedando el régimen teocrático del Líder Supremo Ayatolah Jamenei como única zona todavía impermeable a la estrategia balcanizadora de Brzezinski.

La década convulsa: La operación militar de EEUU contra Siria constaría de una fase terrestre para controlar la zona de Deraa y crear un tapón de contención y la implementación de una zona de exclusión aérea (posiblemente cerca de la frontera con Jordania mediante drones, misiles Patriot y aviones F-16 desplegados en Jordania y Turquía), ayudada por una previa intervención quirúrgica de EEUU para neutralizar los centros de mando y las defensas antiáreas sirias mediante el lanzamiento de misiles Tomahawk y la utilización de los bombarderos invisibles B-2 Sprit.

La intervención de dicha coalición occidental se prevé limitada en el tiempo ( de 60 a 180 días) y se limitará a una puesta en escena en la que los actores participantes usarán el escenario sirio como banco de pruebas para un posterior conflicto a gran escala, pues el objetivo último del Pentágono sería ocupar una franja terrestre que llegaría por el norte hasta Deraa y por el este hasta Jabal, (territorio que abarcaría la futura República Libre Siria que vería la luz en la futura Conferencia de Ginebra II), con lo que asistiremos a la partición de Sira en dos mitades ( rememorando los Acuerdos de Ginebra de 1.954 que consagraron la partición de Vietnam de dos estados), división que será el caldo de cultivo necesario para la continuación del caos constructivo en la zona que por mimetismo se extenderá al vecino Líbano.

Así, tras el fracaso de la política Obama de implantación de sanciones económicas al régimen iraní para lograr su asfixia económica y provocar la revuelta social, el siguiente paso será logar su desestabilización por métodos expeditivos, momento que será utilizado por EEUU, Gran Bretaña e Israel para proceder a rediseñar la cartografía del puzzle inconexo formado por dichos países y así lograr unas fronteras estratégicamente ventajosas para Israel, siguiendo el plan orquestado hace 60 años de forma conjunta por los gobiernos de Gran Bretaña , Estados Unidos e Israel y que contaría con el respaldo de los principales aliados occidentales.

Brzezinski habría ridiculizado la miopía geopolítica de los lobbys neocon y judío de EEUU al afirmar que “están tan obsesionados con Israel, el Golfo Pérsico, Irak e Irán que han perdido de vista el cuadro global: las verdadera potencias en el mundo son Rusia y China”, pues para Zbig, Oriente Medio y Próximo serían tan sólo el cebo para atraer tanto a Rusia como a China y tras desencadenar una concatenación de conflictos locales ( Siria y Líbano), desembocar en un gran conflicto regional que marcará el devenir de la zona en los próximos años y en el que estarían involucrados las tres superpotencias mundiales (EEUU, Rusia y China), así como las potencias regionales ( Israel, Jordania, Egipto, Arabia Saudí,Irak e Irán) y cuyo desenlace podría tener como efectos colaterales el diseño de una nueva cartografía favorable a los intereses geopolíticos de EEUU e Israel (Gran Israel).

¿Hacia la Guerra de los Seis Días?

Germán Gorráiz López
viernes, 6 de septiembre de 2013, 07:21 h (CET)
Zbigniew Brzezinski, ex-asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca bajo la presidencia de Jimmy Carter, esbozó en un discurso en 1.978 la teoría del “arco de crisis ( Arc of crisis) “, boceto que terminó de perfilar en su libro “El gran tablero mundial. La supremacía estadounidense y sus imperativos geoestratégicos” (1.997), considerada la Biblia geoestratégica de Obama y libro de cabecera de las sucesivas generaciones de geoestrategas y politólogos. En su libro, Brzezinski indica que Turquía e Irán, los dos estados más poderosos de los ” Balcanes Euroasiáticos “, situados en la línea sur, son ”potencialmente vulnerables a los conflictos étnicos internos (balcanización) y si se desestabilizara uno de los dos, los problemas de la región se harían incontrolables”, doctrina que tendría como objetivo inequívoco lograr la balcanización de los países del convulso Oriente Medio y Próximo (Oriente PROME).

Recordar que Oriente Medio y Próximo presentan un paralelismo sorprendente con los Balcanes y la Europa centro-oriental de los años que provocó la Primera Guerra Mundial, tras la que los vencedores procedieron a rediseñar las inestables fronteras de de dicha zona dibujando unas fronteras virtuales que provocaron un extenso periodo de agitación, de violencia en la zona como consecuencia de los conflictos étnicos derivadas de unas mugas artificiales amén del choque de intereses económicos de las principales potencias europeas en la zona.

Así, el ex-presidente de Egipto, Hosni Mubarak, (derrocado por su negativa a la instalación de bases norteamericanas en suelo egipcio), reveló en una entrevista al diario egipcio El-Fagr la existencia del presunto plan para dividir a toda la región de Medio Oriente , consistente en la instauración del citado “caos constructivo” mediante la sucesiva destrucción de los regímenes autocráticos de Irak, Libia, Sudán, Siria e Irán, reservando para Jordania el rol de “nueva patria del pueblo palestino”, tras el éxodo forzoso de la población palestina de Cisjordania y Gaza.

Dicha proceso de balcanización de la zona estaría ya en marcha y tendría su plasmación en países como Irak, devenido en Estado fallido y desangrado por la reavivación de la guerra civil chií-suní; en la endémica división palestina plasmada en la imposible reconciliación nacional de las facciones de Hamás y la OLP; en la anarquía reinante en Libia con el wahhabísmo salafista instaurado en Trípoli mientras grupos takfiríes (satélites de Al-Qaeda), dominan tribalmente el interior de Libia, en la aplicación de la yihad suní contra el régimen laico de Al Assad y sus aliados chiíes de Irán y Hezbolahh (y que por efecto mimético habría convertido ya al Líbano en un país dividido y presto para ser fagocitado por los ideales expansionistas de Israel), quedando el régimen teocrático del Líder Supremo Ayatolah Jamenei como única zona todavía impermeable a la estrategia balcanizadora de Brzezinski.

La década convulsa: La operación militar de EEUU contra Siria constaría de una fase terrestre para controlar la zona de Deraa y crear un tapón de contención y la implementación de una zona de exclusión aérea (posiblemente cerca de la frontera con Jordania mediante drones, misiles Patriot y aviones F-16 desplegados en Jordania y Turquía), ayudada por una previa intervención quirúrgica de EEUU para neutralizar los centros de mando y las defensas antiáreas sirias mediante el lanzamiento de misiles Tomahawk y la utilización de los bombarderos invisibles B-2 Sprit.

La intervención de dicha coalición occidental se prevé limitada en el tiempo ( de 60 a 180 días) y se limitará a una puesta en escena en la que los actores participantes usarán el escenario sirio como banco de pruebas para un posterior conflicto a gran escala, pues el objetivo último del Pentágono sería ocupar una franja terrestre que llegaría por el norte hasta Deraa y por el este hasta Jabal, (territorio que abarcaría la futura República Libre Siria que vería la luz en la futura Conferencia de Ginebra II), con lo que asistiremos a la partición de Sira en dos mitades ( rememorando los Acuerdos de Ginebra de 1.954 que consagraron la partición de Vietnam de dos estados), división que será el caldo de cultivo necesario para la continuación del caos constructivo en la zona que por mimetismo se extenderá al vecino Líbano.

Así, tras el fracaso de la política Obama de implantación de sanciones económicas al régimen iraní para lograr su asfixia económica y provocar la revuelta social, el siguiente paso será logar su desestabilización por métodos expeditivos, momento que será utilizado por EEUU, Gran Bretaña e Israel para proceder a rediseñar la cartografía del puzzle inconexo formado por dichos países y así lograr unas fronteras estratégicamente ventajosas para Israel, siguiendo el plan orquestado hace 60 años de forma conjunta por los gobiernos de Gran Bretaña , Estados Unidos e Israel y que contaría con el respaldo de los principales aliados occidentales.

Brzezinski habría ridiculizado la miopía geopolítica de los lobbys neocon y judío de EEUU al afirmar que “están tan obsesionados con Israel, el Golfo Pérsico, Irak e Irán que han perdido de vista el cuadro global: las verdadera potencias en el mundo son Rusia y China”, pues para Zbig, Oriente Medio y Próximo serían tan sólo el cebo para atraer tanto a Rusia como a China y tras desencadenar una concatenación de conflictos locales ( Siria y Líbano), desembocar en un gran conflicto regional que marcará el devenir de la zona en los próximos años y en el que estarían involucrados las tres superpotencias mundiales (EEUU, Rusia y China), así como las potencias regionales ( Israel, Jordania, Egipto, Arabia Saudí,Irak e Irán) y cuyo desenlace podría tener como efectos colaterales el diseño de una nueva cartografía favorable a los intereses geopolíticos de EEUU e Israel (Gran Israel).

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