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El Método Sislena

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No se me da bien echar fotos con el móvil, lo reconozco. No sé si porqué me pongo nervioso, o simplemente no sé cómo poner filtros porque nunca me ha interesado, o tal vez solo se trate de pereza sin más. Total, que ahí me vi un sábado por la mañana robando la página de papel de un periódico de toda la vida del bar, con mucha discreción, porque me quedé sin batería. Y eso que un señor mayor que estaba casi a mi lado, de esos que tienen el mismo palillo de dientes durante todo el día, me miró y le miré… pero no nos dijimos nada, pagué el café y me fui.


¿Alguno de vosotr@s se ha descargado sus datos de la cuenta de Google? Probad, vais a flipar. Hay gente que sabía antes que tú que ibas a escribir a esa persona que echas de menos.


Me lo contaba un amigo hace unos días, yo no me lo creía pero sí, sorpresa… cuando aceptas los términos y condiciones de todas las aplicaciones que la gente acepta con mucha alegría, estás dando permiso a todo, absolutamente a todo. Y lo he comprobado. Os invito a hacerlo.


Hace poco contactó conmigo Helena, una ex novia, y pensé… no habrá dado tiempo. Pues está por todas partes en el archivo que me he descargado. Salen hasta las fotos que me mandó con su hijo, los mails que nos hemos enviado y la única conversación telefónica que mantuvimos.


Recuerdo, allá por los años 90, cuando decíamos… en el futuro nos implantarán un chip. La gente se pensaba que de verdad se lo iba a poner debajo de la piel, y algunos tipos con muy pocas luces se lo implantaron de verdad, solo para poder pagar las copas de un bar de Barcelona sin tener que sacar la cartera.


El chip es el móvil. Ayer mismo, desde que crucé el trayecto del supermercado hasta mi casa me tropecé con cinco chicas por separado, no exagero, que iban mirando el móvil como si no hubiera un mañana. Les daba igual lo que tuvieran delante, tenías que esquivarlas para no entrar en un conflicto… que por otra parte pienso, para los aguilillas es un nuevo mercado para ligar.


  • Ups, disculpa… no te había visto.
  • Perdona tú, iba despistada mirando el móvil.
  • ¿Estudias o trabajas?

Y ahí es cuando ves a esa chica moderna cómo se le dilatan sus pupilas, y con el móvil en su mano hace uno de los gestos más extraños y a la par humillantes para mi género: levanta el teléfono, lo pone a la altura de tu cara y mueve el dedo pulgar de izquierda a derecha como si estuviera en un capítulo de Black Mirror, para hacerte desaparecer. Tú no desapareces, pero te tienes que ir por dignidad.


Y al final te vas. Pero claro, tú te quedas con cara de tonto durante unos segundos. Los justos para que venga el típico lugareño indocumentado de Barcelona para ofrecerse a robarte tu cartera, mientras estás mirando cómo Ada Colau exhibe sus lazos y sus cosas de alcaldesa de esa ciudad para unos, mientras otros siguen observando y esperan.

Quiero terminar la columna guardando un minuto de silencio por Xavier X. Yo no lo conocía pero leí que falleció en un accidente laboral… le dio el clásico infarto mientras tenía relaciones sexuales con una mujer que no era la que le esperaba en su casa. Y suerte tuvo ella, la que se quedó esperando en casa, porque que va a cobrar una pensión por la infidelidad de su marido. Qué cosas tiene la vida; resulta que como este pájaro murió en territorio francés y ahí lo consideran un accidente laboral, tiene derecho a una pensión y su gracia que el último polvo infiel lo cobre su mujer de y para toda la vida.


Yo no sé mucho de mujeres, no me pregunten. Quizás es que soy muy exigente, pero sí sé que me baso en un método muy simple a la hora de escoger a una, no es nada complicado; El Método Sislena. No la conoce casi nadie ya, aunque supongo que habrá crecido un poco, pero el método en sí solo consiste en poner el vídeo que voy a dejarles a continuación; a la mujer que te gusta, o al hombre, que suele ser un público más difícil pero impredecible en estos casos… que conste que he visto derramar lágrimas a hombres con esta canción.


Yo quiero recordar a esa Sislena Caparrosa, que luchó contra viento y marea y con sus apenas 15 años y consiguió ganar no solo el concurso, sino además un éxito que rompió fronteras internacionales, además del aplauso de un tal Risto Mejide.


Quiero dar las gracias a Sislena Caparrosa, porque aunque no tengo ni idea de qué es su vida, otras personas y yo nos acordaremos para siempre.


Os dejo el vídeo; disfrutad de lo mejor de esta columna:




El Método Sislena

¿Alguno de vosotr@s se ha descargado sus datos de la cuenta de Google?
Eduardo Cassano
domingo, 15 de septiembre de 2019, 09:22 h (CET)

No se me da bien echar fotos con el móvil, lo reconozco. No sé si porqué me pongo nervioso, o simplemente no sé cómo poner filtros porque nunca me ha interesado, o tal vez solo se trate de pereza sin más. Total, que ahí me vi un sábado por la mañana robando la página de papel de un periódico de toda la vida del bar, con mucha discreción, porque me quedé sin batería. Y eso que un señor mayor que estaba casi a mi lado, de esos que tienen el mismo palillo de dientes durante todo el día, me miró y le miré… pero no nos dijimos nada, pagué el café y me fui.


¿Alguno de vosotr@s se ha descargado sus datos de la cuenta de Google? Probad, vais a flipar. Hay gente que sabía antes que tú que ibas a escribir a esa persona que echas de menos.


Me lo contaba un amigo hace unos días, yo no me lo creía pero sí, sorpresa… cuando aceptas los términos y condiciones de todas las aplicaciones que la gente acepta con mucha alegría, estás dando permiso a todo, absolutamente a todo. Y lo he comprobado. Os invito a hacerlo.


Hace poco contactó conmigo Helena, una ex novia, y pensé… no habrá dado tiempo. Pues está por todas partes en el archivo que me he descargado. Salen hasta las fotos que me mandó con su hijo, los mails que nos hemos enviado y la única conversación telefónica que mantuvimos.


Recuerdo, allá por los años 90, cuando decíamos… en el futuro nos implantarán un chip. La gente se pensaba que de verdad se lo iba a poner debajo de la piel, y algunos tipos con muy pocas luces se lo implantaron de verdad, solo para poder pagar las copas de un bar de Barcelona sin tener que sacar la cartera.


El chip es el móvil. Ayer mismo, desde que crucé el trayecto del supermercado hasta mi casa me tropecé con cinco chicas por separado, no exagero, que iban mirando el móvil como si no hubiera un mañana. Les daba igual lo que tuvieran delante, tenías que esquivarlas para no entrar en un conflicto… que por otra parte pienso, para los aguilillas es un nuevo mercado para ligar.


  • Ups, disculpa… no te había visto.
  • Perdona tú, iba despistada mirando el móvil.
  • ¿Estudias o trabajas?

Y ahí es cuando ves a esa chica moderna cómo se le dilatan sus pupilas, y con el móvil en su mano hace uno de los gestos más extraños y a la par humillantes para mi género: levanta el teléfono, lo pone a la altura de tu cara y mueve el dedo pulgar de izquierda a derecha como si estuviera en un capítulo de Black Mirror, para hacerte desaparecer. Tú no desapareces, pero te tienes que ir por dignidad.


Y al final te vas. Pero claro, tú te quedas con cara de tonto durante unos segundos. Los justos para que venga el típico lugareño indocumentado de Barcelona para ofrecerse a robarte tu cartera, mientras estás mirando cómo Ada Colau exhibe sus lazos y sus cosas de alcaldesa de esa ciudad para unos, mientras otros siguen observando y esperan.

Quiero terminar la columna guardando un minuto de silencio por Xavier X. Yo no lo conocía pero leí que falleció en un accidente laboral… le dio el clásico infarto mientras tenía relaciones sexuales con una mujer que no era la que le esperaba en su casa. Y suerte tuvo ella, la que se quedó esperando en casa, porque que va a cobrar una pensión por la infidelidad de su marido. Qué cosas tiene la vida; resulta que como este pájaro murió en territorio francés y ahí lo consideran un accidente laboral, tiene derecho a una pensión y su gracia que el último polvo infiel lo cobre su mujer de y para toda la vida.


Yo no sé mucho de mujeres, no me pregunten. Quizás es que soy muy exigente, pero sí sé que me baso en un método muy simple a la hora de escoger a una, no es nada complicado; El Método Sislena. No la conoce casi nadie ya, aunque supongo que habrá crecido un poco, pero el método en sí solo consiste en poner el vídeo que voy a dejarles a continuación; a la mujer que te gusta, o al hombre, que suele ser un público más difícil pero impredecible en estos casos… que conste que he visto derramar lágrimas a hombres con esta canción.


Yo quiero recordar a esa Sislena Caparrosa, que luchó contra viento y marea y con sus apenas 15 años y consiguió ganar no solo el concurso, sino además un éxito que rompió fronteras internacionales, además del aplauso de un tal Risto Mejide.


Quiero dar las gracias a Sislena Caparrosa, porque aunque no tengo ni idea de qué es su vida, otras personas y yo nos acordaremos para siempre.


Os dejo el vídeo; disfrutad de lo mejor de esta columna:




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Pienso, y esto no deja de ser una opinión exclusivamente personal, que la literatura debe estar escrita siempre desde el foco de la ilusión y la esperanza. Son los esenciales avituallamientos para la creatividad. No digo ya que las novelas deban tener un matiz rosa y de amores platónicos que nos alejan de la realidad. Porque ante todo hay que tener presente el punto de unión entre la ficción y la realidad.

Estoy arrepintiéndome de votar, arrepintiéndome de leer páginas de opinión política en la prensa, arrepintiéndome de acudir a manifestaciones manipuladas, arrepintiéndome de ver noticiarios de televisión y, mucho más, tertulias generalistas con tertulianos mediocres.

El padre de la Constitución argentina, Juan Bautista Alberdi, en su obra "El Crimen de la Guerra"(1870), afirma: "No puede haber guerra justa, porque no hay guerra juiciosa. La guerra es la pérdida temporal del juicio". Asimismo, añade que "las guerras serán mas raras a medida que la responsabilidad por sus efectos se hagan sentir en todos los que las promueven y las invitan".

 
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