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Etiquetas | Conflictos y dilemas
Francisco Montesano

El capitalismo del subdesarrollo

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Para poder abordar una conclusión mas o menos acertada de esta difícil realidad debemos realizar con la mayor claridad posible un análisis de las contradicciones naturales entre "Estado Democrático" y "Libre Mercado", que se convierten de este modo en el fundamento de esta exposición ya que es a partir de estos conceptos que se reafirma la necesidad del neoliberalismo en apoyarse en gobiernos de facto, para lograr sus fines. Determinar la incompatibilidad existente entre la lógica de funcionamiento de la democracia, y la lógica de funcionamiento del mercado es nuestro objetivo final.

El concepto de "democracia" se refiere siempre a un modelo ascendente de organización, sobre la base del reconocimiento de la igualdad jurídica y la plena autonomía de los sujetos, el poder social democrático se construye de abajo hacia arriba.

Las variantes históricas son múltiples, pero en todas ellas existe un proceso de participación pública que parte de la base social y que culmina en la constitución de la autoridad política.

Los criterios del "libre mercado", para el neoliberalismo, son diametralmente opuestos, obedeciendo a una lógica descendente, es decir de arriba hacia abajo. Los grupos beneficiados por el funcionamiento del mercado son quienes tienen la capacidad de "construirlo", organizarlo y modificarlo de acuerdo a sus intereses particulares con total independencia de los intereses del conjunto.

Los actores se concentran en la cúspide del mercado y no sólo tienen el poder, sino que éste proviene exclusivamente de su posición de hegemonía y de su posición social. De esta manera, las pretensiones de igualdad e inclusión de otras clases, propia del orden democrático, son por completo ajenas a la práctica del mercado.

De la unión entre democracias representativas con reglas de mercado capitalista en las actuales sociedades, se ha producido las llamadas “democracias aparentes”. Pues los gobiernos resultan procedentes por su elección, pero no por su acción, el funcionamiento implica el manejo de técnicas manipuladoras y propagandísticas de la opinión pública.

Todas estas circunstancias generan conflictos sociales por lo cual es preciso para la continuidad del modelo, una nueva "victoria" neoliberal, con su lógica de comercializar hasta el último espacio social. Es decir que, además de la creciente y mediática globalización de los mercados, se registra en la actualidad, un proceso de inédita comercialización de la vida social.

La Argentina, ha vivido una gradual reconversión de lo público en privado, bajo el discurso de la modernización y la reconversión, siendo lo público sinónimo de atraso e ineficiencia y lo privado modernidad y eficiencia. Todo esto llevo a que los antiguos derechos "democráticos" tales como la educación, la salud, la justicia, la seguridad, sean reconvertidos en "servicios".

Esta reconversión de derechos en mercancías representa pasar de la igualdad ciudadana a una forma excluyente y restrictiva en la que esos derechos pasan a estar medidos por la capacidad económica de los sujetos para poder adquirirlos.

La Argentina fue el campo de experimentación del neoliberalismo más importante de Latinoamérica. Fue ideado por el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, y ejecutado por los grupos económicos locales y extranjeros con la participación de partidos políticos tradicionales que ostentaban el poder.

Si tomamos en cuenta, las enormes ganancias de las multinacionales, la importancia de los capitales fugados al exterior y el aumento constante de la exclusión social y la pobreza, el éxito del modelo fue el esperado.
Es a partir de la crisis de 1930 cuando definitivamente se pone en evidencia el rol del Estado en la definición y la construcción de la economía nacional, los sectores conservadores de la más pura tradición liberal en lo económico son quienes, desde el gobierno, llevaron adelante la puesta en marcha de políticas con el exclusivo objetivo de salvaguardar sus propios intereses amenazados por la crisis mundial.

Así, no fue ni el radicalismo ni el peronismo posterior quienes impulsaron las políticas donde el Estado comenzaba a asumir una participación en el desarrollo económico del país, sino que, por el contrario, fueron las clases dominantes conservadoras en lo político y liberales en lo económico quienes tomaron la iniciativa
A modo de ejemplo de nuestra proposición analizaremos en general los ministros economía, mas relevantes en cada periodo en los distintos gobiernos de facto, PINEDO, Federico 24.08.1933 - 30.12.1935, BLANCO, Eugenio Alberto 14.11.1955 - 25.01.1957 - KRIEGER VASENA, Adalbert 26.03.1957 - 30.04.1958 - PINEDO, Federico 06.04.1962 - 30.04.1962 - ALSOGARAY, Alvaro C 30.04.1962 - 10.12.1962 - MARTINEZ DE HOZ, José Alfredo 21.05.1963 - 12.10.1963 - KRIEGER VASENA, Adalbert 03.01.1967 - 11.06.1969 - DAGNINO PASTORE, José María 11.06.1969 - 17.06.1970 - MARTINEZ DE HOZ, José Alfredo 29.03.1976 - 29.03.1981 - LEMANN, Roberto T. 12.1981 - 02.07.1982 - DAGNINO PASTORE, José María 02.07.1982 - 24.08.1982

Estos protagonistas aparecen emparentados por un mismo y único objetivo, el manejo de la política económica nacional, para poder negociar la deuda externa argentina, la cual llegó a límites incompatibles con la cordura, por la notoria imposibilidad del repago de la misma.

Todo esto con el beneplácito y la connivencia de los acreedores externos en este seguro y positivo negocio.

Daniel Marx, socio de Nicholas Brady, fue negociador de la deuda con los presidentes Ricardo Alfonsín, Fernando de la Rua y Carlos Menem, éste economista Nicholas Brady, fue el secretario del Tesoro de Estados Unidos y quien en 1992 diseñó un plan de reestructuración de la deuda latinoamericana muy ventajoso para los bancos acreedores y al que Carlos Menem y Domingo Cavallo adhirieron con fervor.

Guillermo Walter Klein, representante de bancos extranjeros, mano derecha de José Alfredo Martínez de Hoz en el Ministerio de Economía, en la época de la última Junta Militar, desde ese puesto tomaba créditos para el país con los mismos bancos a los que representaba.

En el estudio de Klein-Mairal trabajaban los hijos del periodista Mariano Grondona y de Martínez de Hoz, un patrón que se repite a lo largo de la historia, con personajes que pasaron de tomar decisiones claves en nombre del Estado, aumentando el endeudamiento, a trabajar para los acreedores. La lista es mucho más amplia, arranca con Manuel García en 1824 y pasa por Norberto de la Riestra, Lucas González, Alvaro Alsogaray, Adalbert Krieger Vasena, Martínez de Hoz y Cavallo, por mencionar sólo a los más “célebres” ministros de Economía.

Otro importante personaje del siglo pasado, que gravito desde distintos ámbitos participó en los alzamientos cívicos militares fue Federico Pinedo a quien, Roberto Azaretto le ha publicado una biografía del dirigente que ocupara la cartera de Hacienda de la Nación durante los gobiernos de Agustín P. Justo, Ramón S. Castillo y José María Guido.

De familia patricia, Federico Pinedo se había afiliado, de joven, al Partido Socialista, del que fue separado por su casamiento religioso. Integró luego el Partido Socialista y más tarde se afilio al Partido Conservador. Durante su última actuación como ministro del presidente Guido, Pinedo dispuso una drástica devaluación del peso y renunció pocos días después ante la sospecha de haber adelantado esa medida a familiares y amigos que, supuestamente, se beneficiaron con la misma.

Todos estos ilustres individuos que hemos mencionado, formados mayoritariamente en las Universidades extranjeras en Ciencias Económicas, y custodios fieles de los intereses de estas naciones, integraron los gobiernos de facto argentinos que ellos mismos alentaron o bien de los gobiernos seudo-democráticos donde encontraron abrigo.

El capitalismo del subdesarrollo

Francisco Montesano
Francisco Montesano
viernes, 14 de julio de 2006, 21:59 h (CET)
Para poder abordar una conclusión mas o menos acertada de esta difícil realidad debemos realizar con la mayor claridad posible un análisis de las contradicciones naturales entre "Estado Democrático" y "Libre Mercado", que se convierten de este modo en el fundamento de esta exposición ya que es a partir de estos conceptos que se reafirma la necesidad del neoliberalismo en apoyarse en gobiernos de facto, para lograr sus fines. Determinar la incompatibilidad existente entre la lógica de funcionamiento de la democracia, y la lógica de funcionamiento del mercado es nuestro objetivo final.

El concepto de "democracia" se refiere siempre a un modelo ascendente de organización, sobre la base del reconocimiento de la igualdad jurídica y la plena autonomía de los sujetos, el poder social democrático se construye de abajo hacia arriba.

Las variantes históricas son múltiples, pero en todas ellas existe un proceso de participación pública que parte de la base social y que culmina en la constitución de la autoridad política.

Los criterios del "libre mercado", para el neoliberalismo, son diametralmente opuestos, obedeciendo a una lógica descendente, es decir de arriba hacia abajo. Los grupos beneficiados por el funcionamiento del mercado son quienes tienen la capacidad de "construirlo", organizarlo y modificarlo de acuerdo a sus intereses particulares con total independencia de los intereses del conjunto.

Los actores se concentran en la cúspide del mercado y no sólo tienen el poder, sino que éste proviene exclusivamente de su posición de hegemonía y de su posición social. De esta manera, las pretensiones de igualdad e inclusión de otras clases, propia del orden democrático, son por completo ajenas a la práctica del mercado.

De la unión entre democracias representativas con reglas de mercado capitalista en las actuales sociedades, se ha producido las llamadas “democracias aparentes”. Pues los gobiernos resultan procedentes por su elección, pero no por su acción, el funcionamiento implica el manejo de técnicas manipuladoras y propagandísticas de la opinión pública.

Todas estas circunstancias generan conflictos sociales por lo cual es preciso para la continuidad del modelo, una nueva "victoria" neoliberal, con su lógica de comercializar hasta el último espacio social. Es decir que, además de la creciente y mediática globalización de los mercados, se registra en la actualidad, un proceso de inédita comercialización de la vida social.

La Argentina, ha vivido una gradual reconversión de lo público en privado, bajo el discurso de la modernización y la reconversión, siendo lo público sinónimo de atraso e ineficiencia y lo privado modernidad y eficiencia. Todo esto llevo a que los antiguos derechos "democráticos" tales como la educación, la salud, la justicia, la seguridad, sean reconvertidos en "servicios".

Esta reconversión de derechos en mercancías representa pasar de la igualdad ciudadana a una forma excluyente y restrictiva en la que esos derechos pasan a estar medidos por la capacidad económica de los sujetos para poder adquirirlos.

La Argentina fue el campo de experimentación del neoliberalismo más importante de Latinoamérica. Fue ideado por el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, y ejecutado por los grupos económicos locales y extranjeros con la participación de partidos políticos tradicionales que ostentaban el poder.

Si tomamos en cuenta, las enormes ganancias de las multinacionales, la importancia de los capitales fugados al exterior y el aumento constante de la exclusión social y la pobreza, el éxito del modelo fue el esperado.
Es a partir de la crisis de 1930 cuando definitivamente se pone en evidencia el rol del Estado en la definición y la construcción de la economía nacional, los sectores conservadores de la más pura tradición liberal en lo económico son quienes, desde el gobierno, llevaron adelante la puesta en marcha de políticas con el exclusivo objetivo de salvaguardar sus propios intereses amenazados por la crisis mundial.

Así, no fue ni el radicalismo ni el peronismo posterior quienes impulsaron las políticas donde el Estado comenzaba a asumir una participación en el desarrollo económico del país, sino que, por el contrario, fueron las clases dominantes conservadoras en lo político y liberales en lo económico quienes tomaron la iniciativa
A modo de ejemplo de nuestra proposición analizaremos en general los ministros economía, mas relevantes en cada periodo en los distintos gobiernos de facto, PINEDO, Federico 24.08.1933 - 30.12.1935, BLANCO, Eugenio Alberto 14.11.1955 - 25.01.1957 - KRIEGER VASENA, Adalbert 26.03.1957 - 30.04.1958 - PINEDO, Federico 06.04.1962 - 30.04.1962 - ALSOGARAY, Alvaro C 30.04.1962 - 10.12.1962 - MARTINEZ DE HOZ, José Alfredo 21.05.1963 - 12.10.1963 - KRIEGER VASENA, Adalbert 03.01.1967 - 11.06.1969 - DAGNINO PASTORE, José María 11.06.1969 - 17.06.1970 - MARTINEZ DE HOZ, José Alfredo 29.03.1976 - 29.03.1981 - LEMANN, Roberto T. 12.1981 - 02.07.1982 - DAGNINO PASTORE, José María 02.07.1982 - 24.08.1982

Estos protagonistas aparecen emparentados por un mismo y único objetivo, el manejo de la política económica nacional, para poder negociar la deuda externa argentina, la cual llegó a límites incompatibles con la cordura, por la notoria imposibilidad del repago de la misma.

Todo esto con el beneplácito y la connivencia de los acreedores externos en este seguro y positivo negocio.

Daniel Marx, socio de Nicholas Brady, fue negociador de la deuda con los presidentes Ricardo Alfonsín, Fernando de la Rua y Carlos Menem, éste economista Nicholas Brady, fue el secretario del Tesoro de Estados Unidos y quien en 1992 diseñó un plan de reestructuración de la deuda latinoamericana muy ventajoso para los bancos acreedores y al que Carlos Menem y Domingo Cavallo adhirieron con fervor.

Guillermo Walter Klein, representante de bancos extranjeros, mano derecha de José Alfredo Martínez de Hoz en el Ministerio de Economía, en la época de la última Junta Militar, desde ese puesto tomaba créditos para el país con los mismos bancos a los que representaba.

En el estudio de Klein-Mairal trabajaban los hijos del periodista Mariano Grondona y de Martínez de Hoz, un patrón que se repite a lo largo de la historia, con personajes que pasaron de tomar decisiones claves en nombre del Estado, aumentando el endeudamiento, a trabajar para los acreedores. La lista es mucho más amplia, arranca con Manuel García en 1824 y pasa por Norberto de la Riestra, Lucas González, Alvaro Alsogaray, Adalbert Krieger Vasena, Martínez de Hoz y Cavallo, por mencionar sólo a los más “célebres” ministros de Economía.

Otro importante personaje del siglo pasado, que gravito desde distintos ámbitos participó en los alzamientos cívicos militares fue Federico Pinedo a quien, Roberto Azaretto le ha publicado una biografía del dirigente que ocupara la cartera de Hacienda de la Nación durante los gobiernos de Agustín P. Justo, Ramón S. Castillo y José María Guido.

De familia patricia, Federico Pinedo se había afiliado, de joven, al Partido Socialista, del que fue separado por su casamiento religioso. Integró luego el Partido Socialista y más tarde se afilio al Partido Conservador. Durante su última actuación como ministro del presidente Guido, Pinedo dispuso una drástica devaluación del peso y renunció pocos días después ante la sospecha de haber adelantado esa medida a familiares y amigos que, supuestamente, se beneficiaron con la misma.

Todos estos ilustres individuos que hemos mencionado, formados mayoritariamente en las Universidades extranjeras en Ciencias Económicas, y custodios fieles de los intereses de estas naciones, integraron los gobiernos de facto argentinos que ellos mismos alentaron o bien de los gobiernos seudo-democráticos donde encontraron abrigo.

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