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Mi pregunta para Ada Colau es, si llega a leerla claro: ¿Está usted dispuesta a asumir las consecuencias, y de qué modo personal alguno, si uno de esos extranjeros por ejemplo viola o asesina a alguna persona en nuestra ciudad?

Mi barrio y yo

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La semana pasada asesinaron a una persona al lado de la tienda de un amigo de mi barrio. Y yo me preguntaba hoy por qué en la tienda de fotos de al lado me querían cobrar casi el doble solo ‘por quitar el brillo’ de una foto de carnet.

El amigo de mi tienda, de esos que dicen ‘hola amigo’ a todo el mundo, y al final te das cuenta que suelen ser las amistades más duraderas, por aquello del barrio, me contó mejor lo sucedido. Dijo que lo conocía, era cliente de la tienda, pero tal y cómo me lo explicaba parecía importarle más allá del interés comercial, estaba realmente impactado como yo por el hecho que hubieran matado a alguien tan cerca de ti.

No es mi primera vez, y juro que no tengo nada que ver en ninguno de los dos casos. Hace algo más de 10 años, en otro barrio, asesinaron a otra persona en el parking que había justo al final de mi calle peatonal. Yo salía con el coche y los periodistas bloqueaban la salida. Con mucha amabilidad, fui a pedir que lo retirasen para poder salir y me tocó el típico becario de turno, nervioso ante la noticia de su vida, que me habló mal justo en el momento en el que yo tenía tanta prisa como él tan poca experiencia.

Como no atendió a razones, y que esto no salga de aquí, decidí dar marcha atrás con distancia, velocidad y fuerza, y el mejor golpetazo de mi vida. Después me bajé del coche y le dije que iba a llamar a la policía porque claramente él me había dado por detrás en un intento inconsciente por su parte de entrar al callejón, donde yo tenía aparcado mi coche. Se asustó tanto… tanto. Creo que no he visto nunca más suplicar a alguien como lo hizo él.

Llegamos a un acuerdo, me explicó lo qué había sucedido y por fin pude salir, que era lo que yo necesitaba en ese momento. Después pensé… ¿acaban de matar a alguien a escasos metros de donde vivo? Y ahora se repite la misma historia, con una diferencia muy importante: entonces aquello fue algo puntual, y lo de hoy lamentablemente es habitual en una ciudad como Barcelona, ciudad de vacaciones, que empieza a contar incidentes no solo a turistas de perfil medio, sino también altas personalidades de Qatar, Afganistan y Corea del Sur.

Mi madre, que vive en otra provincia, cada vez que escucha las noticas me llama preocupada como si yo fuera la víctima por el simple hecho de ser ella la madre y yo vivir en Barcelona. Y esta semana me ha llamado demasiadas veces. Intento recordarle que yo no soy extranjero, pero a ella le da igual; escucha ‘suceso en Barcelona’ y me llama. Me gustaría saber cómo desviar la llamada a Ada Colau, que últimamente está más preocupada por el Open Arms, que está muy bien, pero digo yo alcaldesa… ¿Qué sucede con los ciudadanos que vivimos en la ciudad donde le han votado para gobernar? ¿Se acuerda de ello en algún momento del día?

Esta ciudad no es la que yo conocía. Robos ha habido siempre y no cesaran, somos una ciudad que incita al turismo, especialmente en el centro. ¿Pero con esta clase de violencia? Esto es nuevo. ¿Y las violaciones? Hace dos noches violaron a una chica del barrio que tengo a mi lado, e insisto que es un barrio tranquilo pero uno empieza a preocuparse, cuando observa que la epidemia se extiende. Y, sin ser racista de modo alguno, al final resulta que los delincuentes suelen ser en su mayoría extranjeros. Y vamos a decirlo, que no lo hacen en otros medios: suelen ser magrebíes.

Me gustaría diferenciar al extranjero perfil latino (u otro similar), que viene con pasaje de turista a buscar una vida mejor, encuentra un trabajo tras muchas dificultades y le acaban pidiendo los papeles para acabar deportándolo, y el perfil ‘otros extranjeros’ que entran con la única mentalidad de delinquir, subsistir como pueda o estar de paso a otros países y al no tener opción a trabajar, acaban vendiendo productos ilegales en una manta, o robando como pueden. Y no es su culpa, es su necesidad; la culpa es del gobierno que les deja entrar, y sobre todo, del que sabiendo que están les permite seguir aquí. Cualquier acto delictivo que cometan estas personas deberían ser juzgadas además las autoridades competentes.

No soy racista porque para eso habría votado a VOX, algo que jamás se me ocurriría y viendo el panorama español, en perspectiva, me preocupa. Pero invito a una reflexión a aquellas personas que sigan aquí y ahora:

Qué ocurrirá cuando, imaginemos, en el próximo barco que Italia, de forma sistemática, se niegue a acoger, Ada Colau salga a ofrecer su puerto y, Pedro Sánchez, decida dar el visto bueno.

Seguiremos siendo la misma ciudad de ladrones que retrató, con muchísimo acierto, el diario ‘Frankfurter Allgemeine’ y rescatar a unas personas que sí, se trata de una cuestión de humanidad y se entiende, ¿pero por qué no se exigen responsabilidades a Italia ante su constante negativa a acogerlos?

Mi pregunta para Ada Colau es, si llega a leerla claro: ¿Está usted dispuesta a asumir las consecuencias, y de qué modo personal alguno, si uno de esos extranjeros por ejemplo viola o asesina a alguna persona en nuestra ciudad? No sería la primera, ni la quinta vez. ¿Cuántas víctimas más tienen que haber para que usted deje de dormir bien y gobernar mejor, mientras nosotros podamos caminar más tranquilos?

Y para que no quede ninguna duda, yo voto al PACMA, que es la opción política que mejor me representa por la simple explicación que es la única que tiene un sentimiento verdadero más allá del dinero y sus chanchullos. Y, por qué no decirlo…cada vez que un toro hiere a alguien en algún festejo yo me alegro y pienso: esta vez ha ganado el toro.

Mi barrio y yo

Mi pregunta para Ada Colau es, si llega a leerla claro: ¿Está usted dispuesta a asumir las consecuencias, y de qué modo personal alguno, si uno de esos extranjeros por ejemplo viola o asesina a alguna persona en nuestra ciudad?
Eduardo Cassano
miércoles, 21 de agosto de 2019, 09:49 h (CET)

La semana pasada asesinaron a una persona al lado de la tienda de un amigo de mi barrio. Y yo me preguntaba hoy por qué en la tienda de fotos de al lado me querían cobrar casi el doble solo ‘por quitar el brillo’ de una foto de carnet.

El amigo de mi tienda, de esos que dicen ‘hola amigo’ a todo el mundo, y al final te das cuenta que suelen ser las amistades más duraderas, por aquello del barrio, me contó mejor lo sucedido. Dijo que lo conocía, era cliente de la tienda, pero tal y cómo me lo explicaba parecía importarle más allá del interés comercial, estaba realmente impactado como yo por el hecho que hubieran matado a alguien tan cerca de ti.

No es mi primera vez, y juro que no tengo nada que ver en ninguno de los dos casos. Hace algo más de 10 años, en otro barrio, asesinaron a otra persona en el parking que había justo al final de mi calle peatonal. Yo salía con el coche y los periodistas bloqueaban la salida. Con mucha amabilidad, fui a pedir que lo retirasen para poder salir y me tocó el típico becario de turno, nervioso ante la noticia de su vida, que me habló mal justo en el momento en el que yo tenía tanta prisa como él tan poca experiencia.

Como no atendió a razones, y que esto no salga de aquí, decidí dar marcha atrás con distancia, velocidad y fuerza, y el mejor golpetazo de mi vida. Después me bajé del coche y le dije que iba a llamar a la policía porque claramente él me había dado por detrás en un intento inconsciente por su parte de entrar al callejón, donde yo tenía aparcado mi coche. Se asustó tanto… tanto. Creo que no he visto nunca más suplicar a alguien como lo hizo él.

Llegamos a un acuerdo, me explicó lo qué había sucedido y por fin pude salir, que era lo que yo necesitaba en ese momento. Después pensé… ¿acaban de matar a alguien a escasos metros de donde vivo? Y ahora se repite la misma historia, con una diferencia muy importante: entonces aquello fue algo puntual, y lo de hoy lamentablemente es habitual en una ciudad como Barcelona, ciudad de vacaciones, que empieza a contar incidentes no solo a turistas de perfil medio, sino también altas personalidades de Qatar, Afganistan y Corea del Sur.

Mi madre, que vive en otra provincia, cada vez que escucha las noticas me llama preocupada como si yo fuera la víctima por el simple hecho de ser ella la madre y yo vivir en Barcelona. Y esta semana me ha llamado demasiadas veces. Intento recordarle que yo no soy extranjero, pero a ella le da igual; escucha ‘suceso en Barcelona’ y me llama. Me gustaría saber cómo desviar la llamada a Ada Colau, que últimamente está más preocupada por el Open Arms, que está muy bien, pero digo yo alcaldesa… ¿Qué sucede con los ciudadanos que vivimos en la ciudad donde le han votado para gobernar? ¿Se acuerda de ello en algún momento del día?

Esta ciudad no es la que yo conocía. Robos ha habido siempre y no cesaran, somos una ciudad que incita al turismo, especialmente en el centro. ¿Pero con esta clase de violencia? Esto es nuevo. ¿Y las violaciones? Hace dos noches violaron a una chica del barrio que tengo a mi lado, e insisto que es un barrio tranquilo pero uno empieza a preocuparse, cuando observa que la epidemia se extiende. Y, sin ser racista de modo alguno, al final resulta que los delincuentes suelen ser en su mayoría extranjeros. Y vamos a decirlo, que no lo hacen en otros medios: suelen ser magrebíes.

Me gustaría diferenciar al extranjero perfil latino (u otro similar), que viene con pasaje de turista a buscar una vida mejor, encuentra un trabajo tras muchas dificultades y le acaban pidiendo los papeles para acabar deportándolo, y el perfil ‘otros extranjeros’ que entran con la única mentalidad de delinquir, subsistir como pueda o estar de paso a otros países y al no tener opción a trabajar, acaban vendiendo productos ilegales en una manta, o robando como pueden. Y no es su culpa, es su necesidad; la culpa es del gobierno que les deja entrar, y sobre todo, del que sabiendo que están les permite seguir aquí. Cualquier acto delictivo que cometan estas personas deberían ser juzgadas además las autoridades competentes.

No soy racista porque para eso habría votado a VOX, algo que jamás se me ocurriría y viendo el panorama español, en perspectiva, me preocupa. Pero invito a una reflexión a aquellas personas que sigan aquí y ahora:

Qué ocurrirá cuando, imaginemos, en el próximo barco que Italia, de forma sistemática, se niegue a acoger, Ada Colau salga a ofrecer su puerto y, Pedro Sánchez, decida dar el visto bueno.

Seguiremos siendo la misma ciudad de ladrones que retrató, con muchísimo acierto, el diario ‘Frankfurter Allgemeine’ y rescatar a unas personas que sí, se trata de una cuestión de humanidad y se entiende, ¿pero por qué no se exigen responsabilidades a Italia ante su constante negativa a acogerlos?

Mi pregunta para Ada Colau es, si llega a leerla claro: ¿Está usted dispuesta a asumir las consecuencias, y de qué modo personal alguno, si uno de esos extranjeros por ejemplo viola o asesina a alguna persona en nuestra ciudad? No sería la primera, ni la quinta vez. ¿Cuántas víctimas más tienen que haber para que usted deje de dormir bien y gobernar mejor, mientras nosotros podamos caminar más tranquilos?

Y para que no quede ninguna duda, yo voto al PACMA, que es la opción política que mejor me representa por la simple explicación que es la única que tiene un sentimiento verdadero más allá del dinero y sus chanchullos. Y, por qué no decirlo…cada vez que un toro hiere a alguien en algún festejo yo me alegro y pienso: esta vez ha ganado el toro.

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