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En todos los casos

Nosotros es plural

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Gramaticalmente hablando es la primera persona del plural de los pronombres personales.

Parece banal pero ha de ser cierto, nosotros es plural. Plural significa varios, más de uno. Pero cada uno de ese nosotros con su propia personalidad, con sus propios deseos, nosotros es, mejor dicho, son varios vivos, autónomos, con sus propias preocupaciones, intereses, ilusiones.

No podemos olvidar que la naturaleza, a nosotros los humanos al menos, nos ha hecho individualmente. Aunque nos agrupemos hemos nacido solos y por muy acompañados que estemos también morimos solos y realmente vivimos solos. “Con…” pero solos. Los dolores físicos, no se comparten. El egoísmo está siempre presente para ayudarnos a vivir, al menos a sobrevivir.

A veces he visto personas que han pretendido ser un “nosotros singular”, como una sola cosa. Recuerdo una pareja que no quería hijos porque eso rompería su unión, decían ambos al menos cuando estaban juntos: “No, hijos no, lo importante somos nosotros”. Así vivieron muchos años, hasta que al final uno de ellos se fue, nunca me lo explicó, nunca le pregunté, pero se fue con otro, también del otro sexo, que tenía hijos (más de uno). Aquel nosotros…

Cuando como profesional he explicado que las personas podemos representarnos a cada una como si fuera un circulo, he recomendado que los círculos de los dos miembros de una pareja debían de ser secantes, es decir que tuvieran una parte común y otra privada, “de cada cual”. He advertido siempre que era muy importante la convivencia, la parte común y que no estaba mal hacerla crecer, pero siempre he insistido y tras mi larga experiencia lo sigo confirmando, que es bueno, es preciso, que cada cual conserve su identidad. Que cada cual ha de saber que lo más importante es cada persona, cada uno, aunque se esté dispuesto a dar la vida por el otro, pero desde su conciencia individual, activa y presente. Por lo que he vivido y por lo que sé, si las circunferencias tienden a hacerse concéntricas, las parejas peligran, sin excepción.

Se ha de vivir y disfrutar de esos “nosotros” desde la propia individualidad de cada persona.

El que la naturaleza nos haya hecho con una serie de demandas y premios internos, que actúan en nosotros ajenos a nuestra voluntad, a cada uno, debe ser porque es lo mejor o porque ha sido preciso, pero es así. Por eso cuando cada cual siente hambre o sed trata de satisfacerlo a su forma y en su momento y eso es extensible a casi todo y por muy comunes que seamos, nuestras necesidades o satisfacciones son particulares, de cada cual.

Los nosotros singulares no son buenos, porque no son naturales, son peligrosos, porque se alejan de la realidad. Suelen ser una imposición de tipo cultural, de idea, quizás de ideal, que tal vez sirva como principio de algo, para empezar pero que constantemente ha de ser supervisada en cada uno de los componentes de su “nosotros”, desde los individuales puntos de vista de quienes lo constituyen. Ese enfoque aun en el mejor de los casos ha de estar presente en la valoración de cada uno y cada uno debe tenerlo claro, conocer sus limites y los limites que del otro o de los otros de su “nosotros” espera y acepta, así como de los que no aceptaría, si se diera el caso.

El “nosotros” debe de ser constantemente validado y estudiado desde cada uno de los Yo que lo forman.

Ello por sentido de la realidad, porque cada cual lo vive desde si mismo, desde sus enfoques y lo ve, como se dice vulgarmente:
“Según el color del cristal con que se mira”.

Y el color del cristal está constantemente cambiando en cada persona, según sus genes, circunstancias, aprendizajes, ambientes, vivencias.

Y la comunión de intereses y enfoques no se puede pretender que sea una, ni que se pueda unificar, quizás si en tiempos y acciones cortas, pero nunca a lo largo de la vida. Y pese al deseo de todos, como la vida es corta, ese a lo largo también lo es.

Insisto: “Nosotros es plural”.

Aun más nosotros es admirable si se mantiene desde la pluralidad de cada uno de los que lo forman, porque realmente no es que lo formen, es que lo viven. Y la vida es tan cambiante…


Amplío aun: “Nosotros es y ha de ser plural”.

Nosotros es plural

En todos los casos
Jaime Fúster Pérez
jueves, 1 de agosto de 2019, 09:27 h (CET)

Gramaticalmente hablando es la primera persona del plural de los pronombres personales.

Parece banal pero ha de ser cierto, nosotros es plural. Plural significa varios, más de uno. Pero cada uno de ese nosotros con su propia personalidad, con sus propios deseos, nosotros es, mejor dicho, son varios vivos, autónomos, con sus propias preocupaciones, intereses, ilusiones.

No podemos olvidar que la naturaleza, a nosotros los humanos al menos, nos ha hecho individualmente. Aunque nos agrupemos hemos nacido solos y por muy acompañados que estemos también morimos solos y realmente vivimos solos. “Con…” pero solos. Los dolores físicos, no se comparten. El egoísmo está siempre presente para ayudarnos a vivir, al menos a sobrevivir.

A veces he visto personas que han pretendido ser un “nosotros singular”, como una sola cosa. Recuerdo una pareja que no quería hijos porque eso rompería su unión, decían ambos al menos cuando estaban juntos: “No, hijos no, lo importante somos nosotros”. Así vivieron muchos años, hasta que al final uno de ellos se fue, nunca me lo explicó, nunca le pregunté, pero se fue con otro, también del otro sexo, que tenía hijos (más de uno). Aquel nosotros…

Cuando como profesional he explicado que las personas podemos representarnos a cada una como si fuera un circulo, he recomendado que los círculos de los dos miembros de una pareja debían de ser secantes, es decir que tuvieran una parte común y otra privada, “de cada cual”. He advertido siempre que era muy importante la convivencia, la parte común y que no estaba mal hacerla crecer, pero siempre he insistido y tras mi larga experiencia lo sigo confirmando, que es bueno, es preciso, que cada cual conserve su identidad. Que cada cual ha de saber que lo más importante es cada persona, cada uno, aunque se esté dispuesto a dar la vida por el otro, pero desde su conciencia individual, activa y presente. Por lo que he vivido y por lo que sé, si las circunferencias tienden a hacerse concéntricas, las parejas peligran, sin excepción.

Se ha de vivir y disfrutar de esos “nosotros” desde la propia individualidad de cada persona.

El que la naturaleza nos haya hecho con una serie de demandas y premios internos, que actúan en nosotros ajenos a nuestra voluntad, a cada uno, debe ser porque es lo mejor o porque ha sido preciso, pero es así. Por eso cuando cada cual siente hambre o sed trata de satisfacerlo a su forma y en su momento y eso es extensible a casi todo y por muy comunes que seamos, nuestras necesidades o satisfacciones son particulares, de cada cual.

Los nosotros singulares no son buenos, porque no son naturales, son peligrosos, porque se alejan de la realidad. Suelen ser una imposición de tipo cultural, de idea, quizás de ideal, que tal vez sirva como principio de algo, para empezar pero que constantemente ha de ser supervisada en cada uno de los componentes de su “nosotros”, desde los individuales puntos de vista de quienes lo constituyen. Ese enfoque aun en el mejor de los casos ha de estar presente en la valoración de cada uno y cada uno debe tenerlo claro, conocer sus limites y los limites que del otro o de los otros de su “nosotros” espera y acepta, así como de los que no aceptaría, si se diera el caso.

El “nosotros” debe de ser constantemente validado y estudiado desde cada uno de los Yo que lo forman.

Ello por sentido de la realidad, porque cada cual lo vive desde si mismo, desde sus enfoques y lo ve, como se dice vulgarmente:
“Según el color del cristal con que se mira”.

Y el color del cristal está constantemente cambiando en cada persona, según sus genes, circunstancias, aprendizajes, ambientes, vivencias.

Y la comunión de intereses y enfoques no se puede pretender que sea una, ni que se pueda unificar, quizás si en tiempos y acciones cortas, pero nunca a lo largo de la vida. Y pese al deseo de todos, como la vida es corta, ese a lo largo también lo es.

Insisto: “Nosotros es plural”.

Aun más nosotros es admirable si se mantiene desde la pluralidad de cada uno de los que lo forman, porque realmente no es que lo formen, es que lo viven. Y la vida es tan cambiante…


Amplío aun: “Nosotros es y ha de ser plural”.

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