El paso de la ‘Canarinha’ por el Mundial de Alemania no está cumpliendo las expectativas creadas de una selección que la mires por donde la mires, línea a línea, es pura magia y auténtico talento. Y cuando se desborda calidad por los cuatro costados, la propia dinámica del equipo puede conducir a que no se fuerce la máquina para ganar. Y así ha venido haciendo el equipo sudamericano en la primera fase del torneo.

El partido de ayer contra Japón comenzó de un modo diferente. Brasil arrolló en los minutos iniciales a su rival, pero se encontró con un inspirado Kawaguchi que evitó que los de Zico se hubiesen llevado una paliza monumental desde antes del descanso. Pero el factor diferente fue empezar perdiendo. Y en ese momento, cuando peor iban las cosas volvió a aparecer Ronaldo, que marcó un oportuno gol con la testa y abrió la lata. Y casi rayando el final del partido, marcó su segundo tanto igualando con 14 goles al ‘Torpedo’ Muller como máximo goleador de los Mundiales.

Precisamente en el día de ayer, cuando nos despertamos con la noticia más morbosa y más buscada por muchos medios de comunicación. El peso de Ronaldo, que cuando llegó al Mundial pesaba 94,7 kilos y ya ha adelgazado 4 kilos. Tan anecdótico como carente de interés, pues solo el empecinamiento del delantero a no reconocer que su estado físico es nefasto ha alimentado la hoguera. Pero el preparador de Brasil, Moraci Santana, desveló a los medios el estado físico de toda la plantilla, y Ronaldo parece que se ha vengado con sus goles.

Y en la segunda parte se vio al mejor Brasil, que se dio un botín de goles. Al que se verá en el resto del campeonato. Visto lo visto, ahora hay que hacer recapacitar a más de uno que se atrevía a desafiar el poderío de este combinado de campeones. No todo es lo que parece. Cuando parecen los peores y los más caídos renacen cual Ave Fénix. Ronaldo es el mejor delantero del mundo, y Brasil la mejor selección. Y eso es así. Por un momento no parecían los mismos…