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"Quise ver la historia desde la normalidad con la que ve el mundo el opresor y desde la desesperación del oprimido"

Mejor morir que vivir sin matar, la novela futurista distópica que presenta una Europa fragmentada

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Ricardo Añino es un escritor de ficción reflexiva en donde los personajes son siempre el eje central de la trama. Diplomático de profesión, ha conocido muchos lugares, situaciones y personas que le han dado una visión más amplia de la vida, de la que ahora escribe. Mejor morir que vivir sin matar es su segunda novela, y no será la última. En ella, nos traslada hasta el sur de una Europa fragmentada y oprimida en un futuro distópico, en donde una contrabandista, considerada una aberración racial por el régimen, será la cabecilla de una lucha por la liberación. En la búsqueda de esta liberación, visitará seis abadías en donde no solo encontrará las piezas del arma que acabará con el régimen, sino también mensajes profundos.

Bienvenido, Ricardo. Gracias por concedernos esta entrevista. Háblame de tu novela con tus propias palabras. ¿De qué trata?

Trata de la decadencia de Europa, de una Europa que ha sido grande y ha creado grandes valores, pero que se debilita y cae presa de un imperio en ascenso: China. Para encontrar el camino a su liberación los europeos deberán descubrir qué les llevó a la caída.

¿Cómo surgió la idea de escribir esta novela?
Viví unos años en Sudáfrica y pude ver de primera mano las cicatrices de la terrible opresión racista del régimen del apartheid. Pensé: ¿y si volviera a ocurrir en otro tiempo, en otro lugar? Quise ver la historia desde la normalidad con la que ve el mundo el opresor (el mejor de los mundos posibles) y desde la desesperación del oprimido por encontrar una salida a una situación que se le presenta como natural (terrible mundo del que no se puede escapar).

¿Por qué has elegido a China como el régimen opresivo?
Porque China es un imperio milenario que en la actualidad regresa con fuerza como actor histórico. Sin embargo, China es un país extraño porque apenas se ha extendido más allá de su vecindario continental. Me pregunté: ¿qué pasaría si China se ve obligada a abandonar su aislacionismo secular? ¿Qué ocurriría si China se vengara de la humillación sufrida en el XIX de la mano de los europeos?

¿Es un posible escenario futuro el que planteas?
Posible, sí; probable, no creo. Pero debemos abandonar la idea de que hemos llegado a una especia de nirvana iluminado y que las guerras son cosa del pasado.

¿Está Europa en decadencia según tu punto de vista?
Sí, basta ver su declive demográfico, su falta de pujanza en la aportación de nuevas ideas y, sobre todo, esa creencia de que el mundo se soluciona hablando. Me permitirás que mencione a Nietzsche: el igualitarismo cristiano, la exaltación de lo débil, el amor y no la guerra pueden ser ideas excelsas, pero poco útiles, destructivas diría yo, si las cosas se ponen mal.

¿Cómo fue el proceso de escritura de la novela?
La empecé a escribir en 2011 de regreso a España después de vivir en Sudáfrica. La escribía en el Cercanías camino al trabajo en Madrid y, si aún tenía fuerzas, de vuelta a casa.

¿La escribiste de un tirón?
No. Luego me surgió la oportunidad de trabajar en el ministerio del Interior y me dije: “mi personaje principal es el jefe de la seguridad de Euro-China; yo voy a trabajar con el máximo responsable de la seguridad pública del país; esto para un novelista es un regalo venido del cielo”. Pero, lo de Interior era mucho trabajo e intelectualmente muy cansado. Escribí cien discursos y dejé de escribir novela.

¿Fuiste escribiéndola por etapas?
Volví al ordenador en 2014 cuando fui a trabajar a Costa Rica. Allí despiecé lo que tenía escrito y le di una nueva estructura a la novela.

¿Tuviste que documentarte?
La mejor documentación fueron los 18 meses que trabajé en la Secretaría de Estado de Seguridad, con compañeros magníficos. Para las cuestiones chinas me documenté con podcasts. Media hora de camino al trabajo (y desnivel de 500m), y otra media hora de vuelta a mi casa en la montaña.

¿Es todo fruto de tu imaginación?
Sí, la trama y la reflexión, pero inspirándome en hechos históricos pasados. La ventaja de escribir todo el día informes aburridos en la oficina es que la imaginación se te desboca.

¿Qué mensaje quiere enviar la novela?
Que debemos estar preparados para cuando vengan curvas y que la fuerza la encontraremos en el pasado. El que tuvo retuvo. Un leitmotiv de la novela es luchar contra la ilusión del progreso.

¿Qué más hay en la novela que el lector no puede ver a simple vista ni si quiera leyendo la sinopsis?
Para el lector atento hay juegos intelectuales escondidos. Hay reflexión filosófica. Hay crítica mordaz a las ideas sagradas de nuestro tiempo, no con la intención de destruir, pero sí de hacer cosquillas a esas ideas por ver si, al reírse, nos muestran nuevas posibilidades.

¿Al lado de qué otros libros podría colocarse tu novela en una estantería?
Me gustaría colocarlo al lado de comedias serias como La conjura de los negocios o alguno de los magníficos libros de Eduardo Mendoza.

He leído que solo lees obras clásicas, ¿está influenciada esta novela por dichas obras clásicas?
Mientras escribí este libro solo leí clásicos: Odisea, Iliada, las tragedias de Esquilo, Sófocles y Eurípides, la República de Platón y otros diálogos, Lucrecio, las Analectas de Confucio, el Tao Te Ching, el Bhagavad-gita, también a Weber, Marx, Ortega, Nietzsche… La verdad es que me metí un atracón. Me desengrasaba con Cervantes, Mendoza, S. Maughan, Cunqueiro. Y sí, todo eso infectó mi novela.

¿Tienes futuros proyectos?
Estoy acabando una novela y tengo otra pensado.

¿Irán en la misma línea que esta novela?
La que acabo se parece a esta última en que también hay personajes del mundo de la seguridad y en que doy vueltas entorno a las debilidades de España (no Europa en este caso). Pero es mucho más corta y escrita a retales, con fragmentos de otros libros (míos, ficticios).

Muchas gracias por tus respuestas, Ricardo. El lector encontrará su novela en la editorial Adarve.

Mejor morir que vivir sin matar, la novela futurista distópica que presenta una Europa fragmentada

"Quise ver la historia desde la normalidad con la que ve el mundo el opresor y desde la desesperación del oprimido"
Eva Fraile Rodríguez
martes, 18 de junio de 2019, 15:19 h (CET)

Ricardo Añino es un escritor de ficción reflexiva en donde los personajes son siempre el eje central de la trama. Diplomático de profesión, ha conocido muchos lugares, situaciones y personas que le han dado una visión más amplia de la vida, de la que ahora escribe. Mejor morir que vivir sin matar es su segunda novela, y no será la última. En ella, nos traslada hasta el sur de una Europa fragmentada y oprimida en un futuro distópico, en donde una contrabandista, considerada una aberración racial por el régimen, será la cabecilla de una lucha por la liberación. En la búsqueda de esta liberación, visitará seis abadías en donde no solo encontrará las piezas del arma que acabará con el régimen, sino también mensajes profundos.

Bienvenido, Ricardo. Gracias por concedernos esta entrevista. Háblame de tu novela con tus propias palabras. ¿De qué trata?

Trata de la decadencia de Europa, de una Europa que ha sido grande y ha creado grandes valores, pero que se debilita y cae presa de un imperio en ascenso: China. Para encontrar el camino a su liberación los europeos deberán descubrir qué les llevó a la caída.

¿Cómo surgió la idea de escribir esta novela?
Viví unos años en Sudáfrica y pude ver de primera mano las cicatrices de la terrible opresión racista del régimen del apartheid. Pensé: ¿y si volviera a ocurrir en otro tiempo, en otro lugar? Quise ver la historia desde la normalidad con la que ve el mundo el opresor (el mejor de los mundos posibles) y desde la desesperación del oprimido por encontrar una salida a una situación que se le presenta como natural (terrible mundo del que no se puede escapar).

¿Por qué has elegido a China como el régimen opresivo?
Porque China es un imperio milenario que en la actualidad regresa con fuerza como actor histórico. Sin embargo, China es un país extraño porque apenas se ha extendido más allá de su vecindario continental. Me pregunté: ¿qué pasaría si China se ve obligada a abandonar su aislacionismo secular? ¿Qué ocurriría si China se vengara de la humillación sufrida en el XIX de la mano de los europeos?

¿Es un posible escenario futuro el que planteas?
Posible, sí; probable, no creo. Pero debemos abandonar la idea de que hemos llegado a una especia de nirvana iluminado y que las guerras son cosa del pasado.

¿Está Europa en decadencia según tu punto de vista?
Sí, basta ver su declive demográfico, su falta de pujanza en la aportación de nuevas ideas y, sobre todo, esa creencia de que el mundo se soluciona hablando. Me permitirás que mencione a Nietzsche: el igualitarismo cristiano, la exaltación de lo débil, el amor y no la guerra pueden ser ideas excelsas, pero poco útiles, destructivas diría yo, si las cosas se ponen mal.

¿Cómo fue el proceso de escritura de la novela?
La empecé a escribir en 2011 de regreso a España después de vivir en Sudáfrica. La escribía en el Cercanías camino al trabajo en Madrid y, si aún tenía fuerzas, de vuelta a casa.

¿La escribiste de un tirón?
No. Luego me surgió la oportunidad de trabajar en el ministerio del Interior y me dije: “mi personaje principal es el jefe de la seguridad de Euro-China; yo voy a trabajar con el máximo responsable de la seguridad pública del país; esto para un novelista es un regalo venido del cielo”. Pero, lo de Interior era mucho trabajo e intelectualmente muy cansado. Escribí cien discursos y dejé de escribir novela.

¿Fuiste escribiéndola por etapas?
Volví al ordenador en 2014 cuando fui a trabajar a Costa Rica. Allí despiecé lo que tenía escrito y le di una nueva estructura a la novela.

¿Tuviste que documentarte?
La mejor documentación fueron los 18 meses que trabajé en la Secretaría de Estado de Seguridad, con compañeros magníficos. Para las cuestiones chinas me documenté con podcasts. Media hora de camino al trabajo (y desnivel de 500m), y otra media hora de vuelta a mi casa en la montaña.

¿Es todo fruto de tu imaginación?
Sí, la trama y la reflexión, pero inspirándome en hechos históricos pasados. La ventaja de escribir todo el día informes aburridos en la oficina es que la imaginación se te desboca.

¿Qué mensaje quiere enviar la novela?
Que debemos estar preparados para cuando vengan curvas y que la fuerza la encontraremos en el pasado. El que tuvo retuvo. Un leitmotiv de la novela es luchar contra la ilusión del progreso.

¿Qué más hay en la novela que el lector no puede ver a simple vista ni si quiera leyendo la sinopsis?
Para el lector atento hay juegos intelectuales escondidos. Hay reflexión filosófica. Hay crítica mordaz a las ideas sagradas de nuestro tiempo, no con la intención de destruir, pero sí de hacer cosquillas a esas ideas por ver si, al reírse, nos muestran nuevas posibilidades.

¿Al lado de qué otros libros podría colocarse tu novela en una estantería?
Me gustaría colocarlo al lado de comedias serias como La conjura de los negocios o alguno de los magníficos libros de Eduardo Mendoza.

He leído que solo lees obras clásicas, ¿está influenciada esta novela por dichas obras clásicas?
Mientras escribí este libro solo leí clásicos: Odisea, Iliada, las tragedias de Esquilo, Sófocles y Eurípides, la República de Platón y otros diálogos, Lucrecio, las Analectas de Confucio, el Tao Te Ching, el Bhagavad-gita, también a Weber, Marx, Ortega, Nietzsche… La verdad es que me metí un atracón. Me desengrasaba con Cervantes, Mendoza, S. Maughan, Cunqueiro. Y sí, todo eso infectó mi novela.

¿Tienes futuros proyectos?
Estoy acabando una novela y tengo otra pensado.

¿Irán en la misma línea que esta novela?
La que acabo se parece a esta última en que también hay personajes del mundo de la seguridad y en que doy vueltas entorno a las debilidades de España (no Europa en este caso). Pero es mucho más corta y escrita a retales, con fragmentos de otros libros (míos, ficticios).

Muchas gracias por tus respuestas, Ricardo. El lector encontrará su novela en la editorial Adarve.

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