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Si hay algo que diferencia a nuestra generación de la anterior, son las veces que salimos de fiesta a discotecas. Y es que se trata de uno de los mejores lugares donde poder conocer gente, evadirte de la rutina diaria o escapar cuando has tenido una mala semana en el trabajo.
Y si existe una ciudad donde hacer todo esto a lo grande, esa es Barcelona. Los cientos de discotecas que podemos encontrar aquí con decenas de estilos distintos la convierten en la meca para miles de jóvenes de todo el mundo, y donde podemos acceder a ellas a través de la lista en Opium Barcelona.
La pregunta es, ¿Cuándo dejar de salir de fiesta? Tengamos en cuenta que esto lo llevamos haciendo siglos, ya sea de una forma u otra, pero siempre se ha salido para despejar la mente, así que, ¿Por qué íbamos a dejar de hacerlo ahora? ¿Qué es lo que nos impulsa a mantener esta “tradición”?
¿Por qué seguir saliendo de fiesta?
La edad no importa
No importa la edad que tengamos, todo el mundo tiene derecho a divertirse tengas 20 años o 60. Ese es uno de los grandes motivos por los que despejarnos en los fines de semana se está convirtiendo en tradición en todos los rincones del mundo. El límite lo fijamos nosotros, y la edad no debería importarnos.
Buenos recuerdos
Lo más bonito y con lo que tendrás horas de conversación con tus amigos, son esos momentos memorables que únicamente ocurren en las discotecas. Esas noches locas en las que nos descontrolamos y lo único que nos importa es pasárnoslo bien (sin molestar a otra gente).
Miles de formas de divertirse
Por muy pocas ganas que tengas, siempre ocurre algo nuevo que no tenías previsto y ni se te había pasado por la cabeza que podía pasar. Ya sea una anécdota de hace tiempo, un chiste que te haga reír durante horas, conocer gente nueva o ver a tu amigo bailar mientras hace el ridículo.
Lugares nuevos
Todo el mundo termina cansándose del lugar donde vive porque llega un momento en que no tiene nada que ofrecerle, motivo por el cual ampliar nuestros horizontes y visitar las ciudades vecinas para salir de fiesta se convierte en una atracción bastante atractiva.
Música de cualquier tipo
¿A quién no le ha pasado que no quiere entrar a un sitio porque no le gusta la música que ponen? No dejes influenciarte por este aspecto pues, una vez dentro ¿Le haces caso a la música? Seguramente te quedes hablando y bailando con tus amigos hasta el punto de que ya no escuchas la música o se convierte en algo secundario. Lo importante es pasárselo bien sin importar dónde.
¿Por qué nos gusta salir tanto de fiesta? | |||
Todo el mundo tiene derecho a divertirse tengas 20 años o 60 | |||
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Si hay algo que diferencia a nuestra generación de la anterior, son las veces que salimos de fiesta a discotecas. Y es que se trata de uno de los mejores lugares donde poder conocer gente, evadirte de la rutina diaria o escapar cuando has tenido una mala semana en el trabajo. Y si existe una ciudad donde hacer todo esto a lo grande, esa es Barcelona. Los cientos de discotecas que podemos encontrar aquí con decenas de estilos distintos la convierten en la meca para miles de jóvenes de todo el mundo, y donde podemos acceder a ellas a través de la lista en Opium Barcelona. La pregunta es, ¿Cuándo dejar de salir de fiesta? Tengamos en cuenta que esto lo llevamos haciendo siglos, ya sea de una forma u otra, pero siempre se ha salido para despejar la mente, así que, ¿Por qué íbamos a dejar de hacerlo ahora? ¿Qué es lo que nos impulsa a mantener esta “tradición”? ¿Por qué seguir saliendo de fiesta? La edad no importa No importa la edad que tengamos, todo el mundo tiene derecho a divertirse tengas 20 años o 60. Ese es uno de los grandes motivos por los que despejarnos en los fines de semana se está convirtiendo en tradición en todos los rincones del mundo. El límite lo fijamos nosotros, y la edad no debería importarnos. Buenos recuerdos Lo más bonito y con lo que tendrás horas de conversación con tus amigos, son esos momentos memorables que únicamente ocurren en las discotecas. Esas noches locas en las que nos descontrolamos y lo único que nos importa es pasárnoslo bien (sin molestar a otra gente). Miles de formas de divertirse Por muy pocas ganas que tengas, siempre ocurre algo nuevo que no tenías previsto y ni se te había pasado por la cabeza que podía pasar. Ya sea una anécdota de hace tiempo, un chiste que te haga reír durante horas, conocer gente nueva o ver a tu amigo bailar mientras hace el ridículo. Lugares nuevos Todo el mundo termina cansándose del lugar donde vive porque llega un momento en que no tiene nada que ofrecerle, motivo por el cual ampliar nuestros horizontes y visitar las ciudades vecinas para salir de fiesta se convierte en una atracción bastante atractiva. Música de cualquier tipo ¿A quién no le ha pasado que no quiere entrar a un sitio porque no le gusta la música que ponen? No dejes influenciarte por este aspecto pues, una vez dentro ¿Le haces caso a la música? Seguramente te quedes hablando y bailando con tus amigos hasta el punto de que ya no escuchas la música o se convierte en algo secundario. Lo importante es pasárselo bien sin importar dónde. |
En 2023 se realizaron algo más de 15 millones de contratos en España. Muchos de los trabajadores comienzan con ganas en su nuevo puesto de trabajo, pero paulatinamente van perdiendo interés por diversas razones, entre las que se encuentra la falta de motivación, la desilusión ante las tareas que hay que realizar, una fuerte carga de estrés en su jornada laboral o descontento con su sueldo. En este tipo de trabajadores, el 'quiet quitting' es más común.
La asesoría gastronómica Casual Chefs continúa con su iniciativa de conseguir que Castellón se alce con el título de Capital Española de la Gastronomía en 2025. A través de su segundo evento de alta cocina, bautizado como “Mestizaje de Culturas”, los chefs Héctor Gimeno y Pau Bermejo prometen sorprender tanto o más que en la anterior ocasión, fusionando arte, cultura y gastronomía.
Olivia Mandle es una activista que intenta concienciar de la urgencia climática que atravesamos por culpa de los actos humanos y por la protección de los animales, en especial de los delfines cautivos teniendo nuestro país la mayor cárcel de delfines en Valencia, en el oceanográfico donde inocentemente sobre todo las niñas y niños entran para ver a los animales y desconocen completamente su situación.
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