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“Porque yo soy poeta de aceras y de patios. Sólo pretendo desde mi humilde persona y a través de mi poesía, dejar un mundo más limpio.” Magdalena Sánchez Blesa se define a sí misma como una poeta de aceras y de patios. Sus bellas palabras ya han conquistado a muchos corazones, con poemas que se han hecho virales y que han llegado a millones de personas en todo el mundo, poniendo sus almas en pie.
Instrucciones a mis hijos es un poemario, profunda- mente emotivo, de gran sensibilidad y sabiduría de una mujer de la sierra murciana. Contiene enseñanzas desde la humildad, la educación, los valores y el amor, para que nunca falten en el corazón de las personas. Con este conjunto de poemas la poeta murciana, madre de tres hijos, pretende dejar un legado a sus hijos para que “se hagan cargo de cada historia que pase por su lado, hagan la vida más fácil a cualquiera y no juzguen por juzgar, sino que se den cuenta de que cada uno venimos de una historia muy particular”. Magdalena escribe a sus tres hijos los valores que quiere que aprendan para que el mundo vaya un poco mejor.
Siempre se ha dicho que la poesía es la expresión artística por medio del verso y, en ocasiones, a través de la prosa. Y Magdalena añade que la poesía es la única escapatoria posible de un ser humano hacia dentro de sí mismo. “Ya no me pertenecen mis latidos, entrego el corazón a la poesía. Al pueblo, me refiero, mi corazón es suyo. Y el pueblo, que lo mate... o que lo viva”.
El hombre ocupa el área ocre de la pista. La mujer, el área aceituna. El hombre, debajo de una mesa liviana. Cerca y silencioso, un enanito disfrazado de enanito de jardín. El haz del “buscador”, quieto, lo ilumina. Se enloquece. Se pasea por el área ocre. Se detiene en el hombre: Romeo, el italiano. Habrán de imaginárselo: candor.
Resulta admirable encontrarse con un libro que guarda sus raíces en la investigación académica y en la fusión de las pasiones por la tradición oral y la ilustración. La cantidad de datos, citas, reflexiones minuciosas, relatos, trazos y nombres aparecen de una manera tan acertada, que en conjunto configuran ese terreno seguro donde entregarnos confiadamente a la lectura.
En el finísimo camino del hilo casi invisible / la araña desafíala terca gravedad y la engañosa distancia, / el hierro se desgastacon el frotar de la ventana, / casi una imperceptible sinfonía endulza el ambiente / cuando el viento transitaentre las grietas de la madera, / al mismo tiempo, / dos enamorados entregan su saliva el uno al otro / como si fueran enfermos recibiendo una transfusión.
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