Para quitarse el sombrero es desde luego la primera vuelta que el equipo pamplonica está realizando. Para despedir bien el año, le dieron un buen repaso al descafeinado Atlético de Bianchi el pasado jueves; el 2-1 final no refleja la claridad con la que los de Aguirre se impusieron en la última y gélida noche del simpático Sadar.

Y es que los números de los rojillos son de título, si no compartiese campeonato con una máquina de hacer fútbol llamada F.C. Barcelona. A dos puntos del líder y aventajando en nueve a los puestos UEFA (R.Madrid y Sevilla), Javier Aguirre ha sabido formar un plantel compacto y sin fisuras, con rotaciones donde no se ha librado ni el portero (Elía ha tenido ya sus 4 partidos); es con seguridad un arma del ‘vasco’ para no quemar a su equipo, por un lado y para que nadie se duerma en los laureles, por otro. Pero es que los que entran lo siguen haciendo igual o mejor que los que salen; todo el mundo está rindiendo a un gran nivel.

Osasuna prescindió del Chengue Morales e hizo caja, pese al buen nivel del grandón uruguayo el año pasado. El repuesto, Romeo, está cumpliendo con creces; el último partido trajo por la calle de la amargura a la zaga colchonera y al gol que hizo, hay que acumularle otros dos postes …
La sensible pérdida del charrúa Pablo García apenas se está haciendo notar en el medio campo pamplonica. Los jóvenes canteranos Raúl García (centro) y David López (derecha) están brillando con luz propia – atención al enorme futuro del primero -, a los que hay que unir la experiencia y solvencia de Patxi Puñal.
El fino interior zurdo francés Delporte está deleitando por su banda; jugadores del nivel de Valdo o Muñoz completan la parcela central rojilla.

En la zaga Cruchaga, Flaño, Josetxo, Cuéllar y Clavero arropan bien y con solvencia al irregular Ricardo.
Esta sabia mezcla de veteranía y juventud, con cada vez más canteranos, que Aguirre ha sabido cocinar a fuego lento está dando unos resultados que ni el más ardoroso hincha de ‘Indar Gorri’ podría haber imaginado allá por agosto.

Por cada baja del año pasado, los nuevos han igualado o mejorado el rendimiento; nadie se acuerda de los mencionados ni de Expósito o Aloisi, entre otros.
La dupla Milosevic-Romeo está ofreciendo trabajo y goles. Pero es que detrás el camerunés Aquille Webó viene arreando, aprovechando cada oportunidad que el mister le da.

No es que Osasuna haga planteamientos extraños ni use armas que los demás no conozcan, no. Son un ejército perfectamente engrasado, donde cada uno sabe lo que tiene que hacer y lo hace muy bien; presiona al rival cuando no tiene el balón, se arropa muy bien, tienen poderío físico, alegría en el juego, no son malos técnicamente, no tienen estadísticas goleadoras espectaculares (ni a favor ni en contra) pero eso sí, tienen mucha confianza y seguridad en lo que hacen. Y cuando hay partidos en que se atrancan, que los ha habido …paciencia, ya llegará y acaba llegando.

Mucho mérito, sí señor. Con 38 puntos ya en el zurrón, a 7 de la salvación y en plenas Navidades, a Aguirre se le va a acabar pronto el sensato discurso de ‘nuestro objetivo es la salvación’ porque lo van a conseguir en la mitad del campeonato; entonces sólo quedará mirar hacia arriba … hasta el infinito y más allá.