Por si a alguien le quedaba alguna duda –como podéis imaginar me dirijo a los prohombres del Partido Popular– las investigaciones han acabado arrojando una conclusión indiscutible: La Administración Bush se inventó la conexión entre Al-Qaida y Sadam Hussein, como excusa para atacar Iraq.
Lo sé, lo sé –no os enfurezcáis–. Eso no es nada nuevo. Todos lo sabíamos. Sí, sí, cuando digo todos, es todos. Otra cosa diferente es que algunos quisieran engañarnos aunque fueran conscientes de la tomadura de pelo…
Y es que, el diario The New York Times desvela que todas esas afirmaciones vertidas por los miembros del ejecutivo norteamericano, no tenían otra base que el testimonio del preso Ib al-Shaykh al-Libi, como no, torturado y amedrentado hasta conseguir que dijera lo que ellos deseaban oír.
Por cierto –ya para rizar el rizo–, ahora la Administración Bush no sabe cuál es el paradero de Al- Libi, porque le perdieron la pista en Guantánamo, ese paraíso de los derechos humanos en el que, día sí y día también, EEUU ejerce de matón de patio de colegio.
¿A alguien se le ocurre lo que pasaría si fuera otro país, distinto al que es amo y señor del mundo, el que realizara tropelías como ésta?
En este mundo de los petrodólares en el que Business is Business, nunca faltarán bigotes que sonrían los abusos del más fuerte. Eso sí, a nosotros siempre nos quedará el gusto de echarles del poder.
¡Nunca Más!