Aunque a algunos les perturbe, no ya por intereses humanitarios sino meramente electorales, la herida iraquí está más abierta que nunca.
En menos de 48 horas, 150 personas han perdido su vida al ser víctimas de esa nueva forma de guerra mundial que es el terrorismo.
Nos dijeron que, nuestras tropas, habían sido enviadas allí para llevar la paz a un país tiranizado y, sin ningún tipo de pudor, Aznar y los suyos insinuaban la filosatrapía del 90% de la ciudadanía que, nunca lo olvidemos, condenaba aquella acción del gobierno del PP.
Es innegable que Sadam era un dictador y, quienes defendíamos la no intervención de España en el ataque a Irak, no deseábamos la perpetuación de aquel horrible régimen sino que, tal y como ya se ha demostrado, nos negábamos a colaborar en la sustitución de una tiranía por otra.
Hoy, Irak está peor que nunca. EEUU ha conseguido su objetivo y, por muchas vidas que se pierdan, las arcas del señor Bush seguirán ingresando petrodólares, gaseodólares y demás activos de destrucción masiva.