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Con el estilo inconfundible de este autor, su personalísima cosmovisión y sus principios literarios

Crítica de '4 3 2 1' de Paul Auster

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La nueva novela de Paul Auster, “4 3 2 1” es una obra a la que se puede llamar monumental y no solo por su tamaño que alcanza casi las 1.000 páginas y porque se puede afirmar que es la obra más ambiciosa de las que forman la extensa obra literaria de este autor. Su título alude a las cuatro partes, a modo de capítulos, que forman la novela y que se subdivide cada uno de ellos en otros cuatro subcapítulos que, en ningún momento, provocan confusión al lector por la labor de excelente narrador de Auster y están en consonancia con la propia historia y la idea que el autor quiere expresar a través de ella.


En esta novela, que fue publicada en inglés el pasado enero y publicada por Seix Barral en la edición española, traducida por Benito Gómez Ibáñez, -traducción que hay que destacar por su calidad-, se encuentra el estilo inconfundible de este autor, su personalísima cosmovisión y sus principios literarios que incrementa y enriquece con evidentes influencias de sus dos escritores clásicos a los que admira y constituyen unos de sus principales referentes literarios como son Charles Dickens y Tolstoi.


Archibald Isaac Ferguson, “Archie” es el protagonista de esta historia que es, a su vez, cuatro “Archie”, ya que cada uno de ellos está unido a los otros tres por elementos comunes. Por ejemplo, la fecha de nacimiento de los cuatro, el 3 de marzo de 1947 -Auster nació en febrero de 1947, coincidencia como un guiño al lector, aunque el autor niega cualquier semejanza biográfica con su vida-, hijo único de Rose Adler Ferguson, abuelo de todos los “Archie”, es un judío ruso que emigra a Nueva York, entrando en el puerto neoyorkino el primer día del siglo XX. Una vez en EE.UU. se casará con Fanny y tendrá con ella tres hijos. Así empieza una nueva vida para este patriarca, incluso se cambia el nombre, dejando de llamarse Isaac Reznikoff para pasar a ser Ichabod Ferguson. Todos estos datos compartidos por el cuarteto de “Archie” se explican al inicio de la novela, como poniendo en antecedentes al lector de los nexos de unión entre los cuatro protagonistas en uno; pero haciendo hincapié en la importancia que el azar juega en este hecho de conjunción de elementos comunes al cuarteto que vienen a ser las cuatro identidades de un solo individuo.


No solo comparten las coincidencias antes descritas, sino que también está presente en las cuatro variedades de “Archie” la figura enamorada de Amy Schneiderman, pero cuya relación tiene diferencias que las singulariza. También, comparte el cuarteto archiedano su pasión por la escritura y su ejercicio en diferentes ámbitos que van desde el periodismo hasta la literatura. Sin embargo, a pesar de las coincidencias vitales, las vidas de los cuatro protagonistas son distintas, al igual que lo son los cuatro personajes entre sí con cuatro vidas diferentes, a las que les sirve de telón de fondo episodios fundamentales de la Historia de EE.UU., como fue el ascenso a la Casa Blanca de John F. Kennedy y su posterior asesinato.


La compleja estructura narrativa de esta novela, además de ser un guiño al lector o juego literario, también representa una reflexión sobre cuestiones que nos atañen a todos y que pueden encontrar respuestas incómodas, por no decir inquietantes en su formulación. El autor reflexiona sobre los posibles caminos que se ofrecen ante una vida y que depende de la decisión de cada individuo cuál tomar lo que marcará su destino hasta un punto del que ni siquiera es consciente a la hora de decidir y, por lo tanto, estando a merced del azar –siempre constante en la obra de Auster-, y el sentido de la responsabilidad de la decisión tomada y sus posibles consecuencias que desconoce a priori, lo que lehace estar siempre instalado en la incertidumbre de si la decisión tomada es la mejor, dando un plus de incertidumbre y duda al hecho mismo de decidir.


Esta nueva novela es la primera después de un período de siete años en el que Auster ha seguido escribiendo, pero sin publicar una novela en el estricto sentido de la palabra, ya que en estos años se ha dedicado a escribir obras autobiográficas y memorialísticas, como son los títulos Diario de invierno e Informe del interior.


La escritura de “4 3 2 1” le ha supuesto un esfuerzo de tres años, en los que abandonó la actividad pública y se encerró en sus cuarteles de invierno como es el despacho para todo escritor, en un retiro casi monacal, para escribir de forma intensa e incansable todos los días. Esa capacidad de trabajo le permite a Auster contar con una extensísima y fascinante obra de la literatura mundial.


Entre su novelas más destacadas están los títulos como La trilogía de Nueva York (Ciudad de cristal, Fantasmas, La habitación cerrada), Leviatán, Mr. Vértigo, o El libro de las ilusiones. También es autor de poesía, guionista y cineasta. Un hombre polifacético que ha cosechado premios tan importantes como el Premio Médici y el Príncipe de Asturias de las Letras, además del aplauso de la crítica internacional y la devoción de millones de lectores que se sientes fascinados por el personal universo austeriano.


Ese mismo universo que va a encontrar magnificado en la nueva novela que ofrece, en tamaño maxi la calidad narrativa de su autor junto a una nueva exploración literaria por, el ancho mundo de su narrativa, aunque a muchos de sus lectores le pueda parecer que no reconocen en esta obra al escritor que se adentra, en esta ocasión, en los múltiples vericuetos de las infinitas posibilidades que ofrece la narrativa para un personaje multiplicado en varios distintos que se convierte en otros muchos, al igual que la vida ofrece infinitas posibilidades que quedan siempre al criterio de quien tiene que decidir cuál elegir.


Auster, siempre Auster, aunque en esta ocasión es varios Auster que se unen en uno solo multiplicado como las infinitas posibilidades que abren las decisiones de cada ser humano.


Ficha

“4 3 2 1”

Paul Auster

Traducción de Benito Gómez Ibáñez

Seix Barral,

2017

Crítica de '4 3 2 1' de Paul Auster

Con el estilo inconfundible de este autor, su personalísima cosmovisión y sus principios literarios
Ana Alejandre
sábado, 7 de abril de 2018, 08:14 h (CET)

040418paul

La nueva novela de Paul Auster, “4 3 2 1” es una obra a la que se puede llamar monumental y no solo por su tamaño que alcanza casi las 1.000 páginas y porque se puede afirmar que es la obra más ambiciosa de las que forman la extensa obra literaria de este autor. Su título alude a las cuatro partes, a modo de capítulos, que forman la novela y que se subdivide cada uno de ellos en otros cuatro subcapítulos que, en ningún momento, provocan confusión al lector por la labor de excelente narrador de Auster y están en consonancia con la propia historia y la idea que el autor quiere expresar a través de ella.


En esta novela, que fue publicada en inglés el pasado enero y publicada por Seix Barral en la edición española, traducida por Benito Gómez Ibáñez, -traducción que hay que destacar por su calidad-, se encuentra el estilo inconfundible de este autor, su personalísima cosmovisión y sus principios literarios que incrementa y enriquece con evidentes influencias de sus dos escritores clásicos a los que admira y constituyen unos de sus principales referentes literarios como son Charles Dickens y Tolstoi.


Archibald Isaac Ferguson, “Archie” es el protagonista de esta historia que es, a su vez, cuatro “Archie”, ya que cada uno de ellos está unido a los otros tres por elementos comunes. Por ejemplo, la fecha de nacimiento de los cuatro, el 3 de marzo de 1947 -Auster nació en febrero de 1947, coincidencia como un guiño al lector, aunque el autor niega cualquier semejanza biográfica con su vida-, hijo único de Rose Adler Ferguson, abuelo de todos los “Archie”, es un judío ruso que emigra a Nueva York, entrando en el puerto neoyorkino el primer día del siglo XX. Una vez en EE.UU. se casará con Fanny y tendrá con ella tres hijos. Así empieza una nueva vida para este patriarca, incluso se cambia el nombre, dejando de llamarse Isaac Reznikoff para pasar a ser Ichabod Ferguson. Todos estos datos compartidos por el cuarteto de “Archie” se explican al inicio de la novela, como poniendo en antecedentes al lector de los nexos de unión entre los cuatro protagonistas en uno; pero haciendo hincapié en la importancia que el azar juega en este hecho de conjunción de elementos comunes al cuarteto que vienen a ser las cuatro identidades de un solo individuo.


No solo comparten las coincidencias antes descritas, sino que también está presente en las cuatro variedades de “Archie” la figura enamorada de Amy Schneiderman, pero cuya relación tiene diferencias que las singulariza. También, comparte el cuarteto archiedano su pasión por la escritura y su ejercicio en diferentes ámbitos que van desde el periodismo hasta la literatura. Sin embargo, a pesar de las coincidencias vitales, las vidas de los cuatro protagonistas son distintas, al igual que lo son los cuatro personajes entre sí con cuatro vidas diferentes, a las que les sirve de telón de fondo episodios fundamentales de la Historia de EE.UU., como fue el ascenso a la Casa Blanca de John F. Kennedy y su posterior asesinato.


La compleja estructura narrativa de esta novela, además de ser un guiño al lector o juego literario, también representa una reflexión sobre cuestiones que nos atañen a todos y que pueden encontrar respuestas incómodas, por no decir inquietantes en su formulación. El autor reflexiona sobre los posibles caminos que se ofrecen ante una vida y que depende de la decisión de cada individuo cuál tomar lo que marcará su destino hasta un punto del que ni siquiera es consciente a la hora de decidir y, por lo tanto, estando a merced del azar –siempre constante en la obra de Auster-, y el sentido de la responsabilidad de la decisión tomada y sus posibles consecuencias que desconoce a priori, lo que lehace estar siempre instalado en la incertidumbre de si la decisión tomada es la mejor, dando un plus de incertidumbre y duda al hecho mismo de decidir.


Esta nueva novela es la primera después de un período de siete años en el que Auster ha seguido escribiendo, pero sin publicar una novela en el estricto sentido de la palabra, ya que en estos años se ha dedicado a escribir obras autobiográficas y memorialísticas, como son los títulos Diario de invierno e Informe del interior.


La escritura de “4 3 2 1” le ha supuesto un esfuerzo de tres años, en los que abandonó la actividad pública y se encerró en sus cuarteles de invierno como es el despacho para todo escritor, en un retiro casi monacal, para escribir de forma intensa e incansable todos los días. Esa capacidad de trabajo le permite a Auster contar con una extensísima y fascinante obra de la literatura mundial.


Entre su novelas más destacadas están los títulos como La trilogía de Nueva York (Ciudad de cristal, Fantasmas, La habitación cerrada), Leviatán, Mr. Vértigo, o El libro de las ilusiones. También es autor de poesía, guionista y cineasta. Un hombre polifacético que ha cosechado premios tan importantes como el Premio Médici y el Príncipe de Asturias de las Letras, además del aplauso de la crítica internacional y la devoción de millones de lectores que se sientes fascinados por el personal universo austeriano.


Ese mismo universo que va a encontrar magnificado en la nueva novela que ofrece, en tamaño maxi la calidad narrativa de su autor junto a una nueva exploración literaria por, el ancho mundo de su narrativa, aunque a muchos de sus lectores le pueda parecer que no reconocen en esta obra al escritor que se adentra, en esta ocasión, en los múltiples vericuetos de las infinitas posibilidades que ofrece la narrativa para un personaje multiplicado en varios distintos que se convierte en otros muchos, al igual que la vida ofrece infinitas posibilidades que quedan siempre al criterio de quien tiene que decidir cuál elegir.


Auster, siempre Auster, aunque en esta ocasión es varios Auster que se unen en uno solo multiplicado como las infinitas posibilidades que abren las decisiones de cada ser humano.


Ficha

“4 3 2 1”

Paul Auster

Traducción de Benito Gómez Ibáñez

Seix Barral,

2017

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