MADRID, 05 (SERVIMEDIA)
Los más de 3.000 compromisarios del PP aprobaron este sábado por unanimidad los nuevos estatutos del partido, que impulsan un sistema de elección indirecta inspirado en el de las presidenciales de Estados Unidos: los afiliados votarán, a partir del siguiente congreso, a listas cerradas de delegados que se presentarán adscritos a un candidato concreto. El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, siempre ha defendido este formato –lo impulsó, con diferencias, en 2008 cuando Rajoy le encargó la redacción de los nuevos estatutos–, y ha contado con el aval de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, a pesar de que la baronesa siempre ha defendido el voto directo de las bases.
El nuevo sistema acabará con un formato que permitía a los compromisarios desdecir a la militancia, como sucedió en 2018. Entonces, Soraya Sáenz de Santamaría se impuso con claridad entre las bases del partido, pero, tras la eliminación de María Dolores de Cospedal, los compromisarios dieron un vuelco a la votación en el cónclave y auparon a Pablo Casado como sustituto de Mariano Rajoy tras la moción de censura impulsada por Pedro Sánchez.
Las nuevas primarias buscan favorecer el acuerdo entre las distintas facciones del partido. Esa es la lógica que ha guiado la acción orgánica del equipo de Feijóo desde su aterrizaje en Génova en 2022. Primero, ordenó su sucesión ordenada en la Xunta de Galicia para garantizar la unidad en torno a Alfonso Rueda. Y después, a través de su 'mano derecha' y nuevo secretario general del PP, Miguel Tellado, atajó la renovación orgánica en las direcciones autonómicas del partido, resolviendo guerras internas en territorios como Extremadura o La Rioja. El PP gobierna hoy en los dos.
Históricamente, el PP de Madrid siempre ha aspirado a unas primarias puras y ha librado la batalla con Génova. El último ejemplo es Cristina Cifuentes, expresidenta de la comunidad, que amagó con trasladar el conflicto al seno del congreso en 2017, aunque finalmente la sangre no llegó al río, como en esta ocasión.
Oficialmente, los madrileños creen que hay que abordar algunos "matices" de la propuesta de Génova, pero la avalan porque la militancia es "la base del proceso", ya que en su voto va intrínseco el respaldo a un candidato a presidente. La delicada situación del PSOE también ha favorecido este repliegue, pactado por el secretario general del PP de Madrid, Alfonso Serrano, y el propio Tellado a unas horas de que se cerrara el plazo para presentar enmiendas.
Con el nuevo sistema de elección, Feijóo quiere facilitar una transición sosegada cuando se marche. Ayuso podría ser una de las aspirantes. Y al PP de Madrid le inquieta que se puedan producir alianzas entre los candidatos minoritarios para imponerse al más votado entre las bases –siempre y cuando no tenga mayoría absoluta–. Génova se abre a ligeros cambios en el reglamento marco de congresos, que se aprobará tras el verano, pero no prohibirá las alianzas. "Si el que queda en segundo lugar consigue el apoyo de todos los demás contra el primero y gana, es que el primero no era el mejor candidato. Esto no es ser presidente por la mínima", avanzan fuentes que participaron en la confección de los nuevos estatutos.
También despierta cierta inquietud el hecho de que, con el nuevo modelo, exista la posibilidad de que gane un candidato sin el apoyo mayoritario de las bases por el reparto de compromisarios, ya que el nuevo sistema contempla que el ganador de cada circunscripción provincial se llevará al Congreso a todos sus electores, abriendo así la puerta a que los grandes territorios inclinen la balanza hacia uno u otro lado. Por ejemplo, en las elecciones presidenciales de Estados Unidos del 2016, Donald Trump venció a Hillary Clinton con una holgada ventaja en compromisarios a pesar de que ella obtuvo cerca de tres millones de votos más en todo el país. En Génova aseguran que el reparto está muy ajustado y las probabilidades de que eso suceda son mínimas, cerrando así la puerta a abordar cambios.
El nuevo reglamento interno del partido endurecerá también el régimen de incompatibilidades. Feijóo se ha opuesto siempre a la acumulación de cargos e impedirá que se repita un precedente como el de María Dolores Cospedal –que compaginó su labor como ministra de Defensa con el de secretaria general– a nivel nacional, autonómico, insular y local (en municipios de más de 20.000 habitantes). En Galicia, Feijóo ya tuvo a Tellado como 'número dos' del partido sin cargos de Gobierno durante seis años.
Asimismo, los más de 3.000 compromisarios elegidos para este Congreso estarán convocados en todas las convenciones nacionales que se celebren hasta el próximo cónclave.
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