MADRID, 06 (SERVIMEDIA)
Disminuir drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero podría evitar hasta 250.000 muertes al año por mala calidad del aire en Europa central y occidental de aquí a 2050.
Esa es la conclusión de un estudio realizado por científicos atmosféricos de la Universidad de Leeds (Reino Unido) y publicado este martes en la revista 'Earth's Future'.
Los investigadores precisan que el número de muertes por esa causa podría reducirse significativamente, pero solo si hay un fuerte enfoque en la reducción de los gases de efecto invernadero y los contaminantes del aire.
Además de descubrir que una fuerte mitigación del cambio climático supondría reducciones en la mortalidad por calidad del aire, el equipo también ha descubierto que reduce la carga desigual de la mortalidad por calidad del aire en las zonas más desfavorecidas de Europa.
mitigar el cambio climático tendrán implicaciones considerables para la exposición humana a la calidad del aire, y una de las más importantes es el número de muertes", según Connor Clayton, doctorando en la Facultad de Tierra y Medio Ambiente y el Centro Priestley para el Futuro del Clima de la Universidad de Leeds.
Clayton añade: "También es urgente que consideren la persistente desigualdad de exposición entre las poblaciones más ricas y las más desfavorecidas, que sigue siendo un problema a pesar de que la contaminación atmosférica se ha reducido en toda Europa".
RIESGO AMBIENTAL
La mala calidad del aire es el mayor factor de riesgo ambiental de muerte prematura y ocasiona alrededor de ocho millones de muertes al año en todo el mundo, según un análisis reciente del Banco Mundial y el Foro Económico Mundial (FMI).
La Organización Mundial de la Salud (OMS) afirmó recientemente que casi todos los órganos del cuerpo pueden verse afectados por la contaminación del aire y que, debido a su pequeño tamaño, algunos contaminantes penetran en el torrente sanguíneo a través de los pulmones y circulan por todo el cuerpo, lo que provoca inflamación sistémica y carcinogenicidad.
La exposición a la polución puede provocar accidentes cerebrovasculares, cardiopatía isquémica, enfermedades cardiovasculares, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, cáncer de pulmón, neumonía, diabetes, deterioro cognitivo, demencia y enfermedades neurológicas.
También existe evidencia que vincula la exposición a la contaminación atmosférica con un mayor riesgo de consecuencias adversas del embarazo, como bajo peso al nacer.
Las estimaciones de la mortalidad futura en Europa debido a la contaminación del aire suelen alcanzar cientos de miles por año, pero varían según la metodología utilizada.
TRES ESCENARIOS
El equipo de la Universidad de Leeds analizó los impactos en la salud de Europa en 2014 y 2050 por la exposición a partículas finas nocivas, que pueden penetrar profundamente en los pulmones, y al ozono superficial, que se forma cuando la luz solar interactúa con ciertos contaminantes como los óxidos de nitrógeno.
Analizaron tres escenarios, con niveles bajos, medios y altos de acción por parte de los responsables políticos para combatir el cambio climático, y utilizaron un modelo detallado de la química atmosférica para simular la calidad del aire en 2050.
Descubrieron que las regiones desfavorecidas de Europa actualmente tienen tasas de mortalidad por contaminación del aire proporcionalmente más altas que las regiones menos desfavorecidas, pero que las reducciones en las emisiones reducirían esa inequidad.
Un nivel medio de acción para combatir el cambio climático resultó ser más beneficioso para las regiones desfavorecidas porque se puso más énfasis en la reducción de emisiones en los sectores de la vivienda, la industria y el transporte.
Un alto nivel de acción, que también incluya reducciones en las emisiones agrícolas, conduciría a mejoras en la calidad del aire en todo el continente, así como a una mejora en la equidad y a reducciones mucho mayores en la mortalidad en general.
Al analizar 2014, los investigadores descubrieron que las partículas finas eran, por lo general, mayores en Europa central y oriental que en el oeste del continente, con concentraciones especialmente altas en el valle del Po (Italia), Bosnia y Herzegovina, y el sur de Polonia.
"BENEFICIOS DIRECTOS"
En escenarios futuros en los que se adoptaron medidas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, la cantidad de partículas finas disminuyó, con las mayores reducciones en Europa central (en particular, el suroeste de Alemania) y en algunos centros urbanos, como París (Francia).
Las reducciones en las partículas finas fueron mayores en el escenario en el que las emisiones de CO2 se redujeron drásticamente, llegando a cero neto después de 2050. Este escenario condujo a reducciones del 90% en el suroeste de Alemania y París.
"Este trabajo proporciona evidencia de que existen beneficios directos para la salud al avanzar hacia una economía baja en carbono", sentencia Jim McQuaid, que dirigió la investigación.
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