MADRID, 14 (SERVIMEDIA)
Amnistía Internacional (AI) denunció este lunes que cientos de víctimas de acusaciones de brujería y de ataques rituales en el norte de Ghana viven en campos informales en muy malas condiciones, tras verse obligadas a huir de su comunidad.
'Branded for life: How witchcraft accusations lead to human rights violations of hundreds of women in North Ghana (Marcadas de por vida: cómo las acusaciones de brujería llevan a la violación de los derechos humanos de cientos de mujeres en el norte de Ghana)' documenta la situación en cuatro campos informales donde viven las acusadas, en su mayoría mujeres mayores.
Allí carecen de acceso adecuado a servicios de salud, alimentos, vivienda segura, agua potable y medios de vida. Cuando Amnistía Internacional visitó estos campos, en noviembre de 2023 y abril de 2024, residían en ellos más de 500 personas.
La legislación internacional protege la creencia en la brujería, pero no las prácticas nocivas derivadas de ella, indicó Amnistía. Según su investigadora jefa, Michèle Eken, las personas afectadas por éstas necesitan protección y reparación.
Las acusaciones, que pueden desembocar en amenazas, ataques físicos o incluso la muerte, suelen empezar en el seno de la familia o entre miembros de la comunidad después de un suceso trágico, como una enfermedad o una muerte. Las mujeres mayores que viven en la pobreza, con problemas de salud o con discapacidad son quienes corren mayor peligro, además de aquellas que no se ajustan a los estereotipos relativos a los roles de género.
En algunos casos, quienes hacen las acusaciones las basan en un mal sueño que han tenido sobre alguien. Las mujeres acusadas de brujería no tienen un lugar seguro al que huir salvo unos campos para desplazados vigilados por líderes religiosos, en las regiones del norte y el nordeste de Ghana, que tienen ya más de un siglo de antigüedad.
Criticó que las autoridades ni actúan ante los ataques, ni garantizan unas condiciones de vida dignas en estos lugares.
Su directora para Ghana, Genevieve Partington, les instó a aprobar "legislación que penalice expresamente las acusaciones de brujería y los ataques rituales" y a incluir medidas de protección para posibles víctimas. Además, llamó a "abordar las causas estructurales del fenómeno", y reclamó "una campaña nacional de sensibilización a largo plazo, dotada con los recursos adecuados para cuestionar las prácticas culturales y sociales que discriminan a las mujeres y a las personas mayores".
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