La distancia que existe entre los interlocutores o el simple hecho de que estos no se conozcan son elementos que, quizás, enfrían un diálogo pero no lo impiden categóricamente. La prueba se encuentra en algunos perfiles de escritores en Facebook que albergan unos intercambios interesantes de ideas y opiniones.

Roncagliolo.

Entre todos ellos encontramos a escritores como Santiago Roncagliolo, un escritor peruano consagrado que reside en Barcelona (autor de las novelas “Abril Rojo” y “Tan cerca de la vida”). Sus comentarios son cercanos, invitan al diálogo, nacen de una simple anécdota y, sobre todo, están relacionados con la actualidad del lugar en el que vive. La semana pasada, por ejemplo, los comentarios de la consejería de Interior de Cataluña le llevaron a publicar un post más exaltado de lo habitual en el que dice: “Según el Consejero Catalán de Interior, los peruanos "tienden a robar" y negarlo es "hipocresía". O sea, o eres racista o mientes ¿Lógico?”

Las respuestas no se hicieron esperar. Los contactos del escritor usaron ese espacio para opinar sobre los pormenores de la política del consejero catalán y sus implicaciones morales. “No me parece bien ese tipo de generalizaciones”, comenta una señora. “Estoy harta de la criminalización o descalificación de las identidades…”, añade otra.

Lo cierto es que aquí el debate no enfrenta a dos bandos rivales ni tampoco se ve enriquecido por el propio escritor que prefiere observar cómo evoluciona, pero sí permite a un grupo de seguidores expresar su simpatía, canalizar unas ideas muy a menudo contenidas o, por lo menos, aportar algunos matices interesantes para entender el tema tratado.

Orsi.

También podemos destacar los debates del escritor argentino Guillermo Orsi ––un representante de la novela negra en la lengua española––. Quizás más profundos e intensos, se basan en temáticas relacionadas con la figura del escritor, su papel en la sociedad actual y otros sucesos. El autor no tiene reparo a la hora de intervenir y exponer sus reflexiones como si fuera un simple tertuliano. Apoya ciertas ideas y se opone a otras, pero siempre trata de mantener vivo el diálogo.

En una de sus discusiones, el autor se atrevió a decir lo que todo el mundo se pregunta cuando entra en Facebook pero que nadie realmente pronuncia: “¿A alguien le importa lo que dicen los escritores? Jamás oí hablar a los escritores que admiré en mis años de dorada juventud. Más de uno, luego me decepcionó con voces aflautadas y pobres anécdotas…”

La pregunta de Guillermo Orsi tuvo un efecto notable. Al instante le respondieron algunos contactos que la mayoría de los lectores se interesa más por las obras de los escritores que lo que dicen como tertulianos en sus programas. El mensaje estaba claro pero el debate no se detuvo ahí: como buen defensor de la libertad de expresión, Guillermo Orsi sostuvo que “un escritor tiene tanto derecho como un frutero o un violinista a meterse donde no lo llaman”.

Anika Lillo.

Por otro lado, cabe destacar el perfil de “Anika entre libros”, un espacio destacable en la red que se dedica desde hace más de 14 años a reseñar libros y recoger opiniones de colaboradores. La directora, Anika Lillo, entabla siempre discusiones muy animadas sobre temas que tienen que ver con los editores y los escritores, y los visitantes no dudan en argumentar y defender sus ideas.

Uno de los últimos debates tenía que ver con la calidad de las obras autoeditadas. Anika preguntó “¿Cómo reaccionarán las editoriales de autoedición que colaboran enviando libros para reseñarse y tengan que enfrentarse a críticas muy negativas?” y al punto participaron más de una veintena de usuarios con todo tipo de opiniones. “Son editoriales peladas y sin un ápice de profesionalidad que por lo general suelen aprovecharse de las ganas de publicar de escritores noveles”, comentó uno. Luego intervino Anika para aclarar: “En algunas editoriales de autoedición aparecen joyitas y cuando sale una de éstas yo mismo lo digo en el muro”. Otra persona agrega: “Personalmente creo que toda editorial debe buscar sacar el libro de la mejor manera posible”.

En este ejemplo, el debate es intenso y equilibrado. El diálogo fluye con facilidad. La participación no sólo incluye a los “fans” de un escritor sino a toda una comunidad (tanto lectores como escritores) y, por eso, las opiniones son más directas y enriquecedoras.

En todo caso, hay que reconocer que los espacios donde florecen los debates no son frecuentes en Facebook. Es una realidad que cualquier usuario puede comprobar navegando por los perfiles de sus contactos. La tendencia predominante reside en expresar simples emociones o aludir a ciertas ideas sin atreverse a poner un interrogante. Ése es el primer paso para crear el debate: formular una pregunta. El resto lo pone la red y los usuarios.