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La ‘paja’ en el audiovisual

El relleno… para el pavo

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‘Transformers: el lado oscuro de la luna’ sigue siendo la película más taquillera en lo que llevamos de semana. Me perdonarán por esta expresión pero, Spielberg se ha vuelto más judío con el paso de los años. Aquel joven entusiasta que abogaba por el cine-entretenimiento ha evolucionado a un productor más obsesionado por amasar dinero que por tener algo que contar.

Ahora, me hace gracia recordar aquella frase que él mismo solía decir, algo así como: “si quisiera hacerme rico hubiese elegido otra profesión”. Se ha distanciado tanto de aquellos valores de juventud (pese a que sus películas entretengan a algunos) que es probable que haya perdido la empatía con su público. ‘Transformers’ se estrenó en torno al ‘Día del orgullo gay’. Tal vez, Spielberg confunda los homosexuales con los travestis.

Bromas aparte, sobre la necesidad o no de las diferentes secuelas que componen una franquicia, ya hemos hablado anteriormente en esta sección. Pero que esa materia inocua se dé, no sólo en la relación de uno o varios de los elementos (película, capítulo de una serie,…) con el todo (franquicia o argumento central), sino que se extienda como una enfermedad que contamine a los propios recursos narrativos utilizados para articular el discurso en uno de esos elementos antes citados, me crea un rechazo atroz.

Son, por ejemplo, conversaciones o acciones que sólo tienen por objeto alargar la duración de una escena o capítulo sin ofrecer un valor real de contenido. Recuerden esos campos de fútbol interminables cuando Oliver corría con el balón, esos flashbacks al pasado tan recurrentes para explicar cosas cien veces contadas en capítulos anteriores o esas peleas que se alargaban hasta el infinito en aquellas series antiguas que componen nuestro imaginario. Estas acciones serían lo que comúnmente se conoce como ‘meter paja’ o ‘relleno’. Mucho me temo que las cosas no han mejorado en absoluto.

Algunas explicaciones de esta costumbre tan extendida pueden ser, a modo de ejemplo, la falta de ideas por parte de los guionistas, que los productores crean a su audiencia completamente estúpida y no intenten presentar productos redondos y coherentes prefiriendo extender con incoherencias algo que no da más de sí para intentar ganar más dinero o la necesidad antinatural de adaptarse a un formato (como nos pasaba en España con los capítulos de 90 minutos).

Es cierto también, que se han dado casos en los que los capítulos ‘satélite’ que no tienen nada que ver con la trama central y no aportan nada para su desarrollo son más interesantes que el resto, que forman parte de un eje argumental. Un caso claro de ello puede ser ‘Expediente X’ (‘X-Files’). Pero aquellas series o películas que hacen un uso excesivo del flashback reciclando planos y se saltan a la torera la regla “sugerir mejor que mostrar”, tan sólo merecen un juicio negativo. ¿No se han dado cuenta que en muchas series es recurrente el capítulo en el que los protagonistas forman parte de alguna historia ambientada en otra época (‘Fringe’, ‘Buffy Cazavampiros’)? ¿O esos capítulos en los que parece que algo va a cambiar en la tónica dominante (por ejemplo, en la tensión sexual de los protagonistas) pero luego todo vuelve a sus orígenes y nada trasciende (‘Smallville’, ‘Dawson’s Creek’)? ¿No les es familiar aquellas periódicas vueltas al pasado para recordar acontecimientos ya mostrados incluso con los mismos planos (‘Wolf’s Rain’, ‘Naruto’)? ¿Y qué me dicen de aquellos esquemas calcados que se reproducen capítulo sí, capítulo también (‘Héroes’, ‘Dexter’)? Estas situaciones son las que han desencadenado el abandono en un rincón de muchas series antes de su conclusión… por infumables.

Hace aproximadamente un año, me ofrecieron colaborar como director de fotografía en un largometraje de terror independiente de bajo presupuesto. Cuando leí el guión me surgieron todas las dudas del mundo. Tenía 20 páginas y se suponía que la duración total de la película era de 80 minutos. No cumplía los formatos estándar ni tenía una correcta escritura. Pero lo que más me dejó impresionado fue que no tenía escritos apenas los diálogos. El director, en una de las reuniones, me dijo que no importaba lo que dijesen los actores, que eso se improvisaría.

Me moría de la risa. Supongo que así se han debido escribir muchos guiones de series tan célebres como ‘Los Serrano’. Si tenía muchas reservas de cara a mi participación en el proyecto, ahí se disiparon. No me iba a implicar en algo que no estuviese bien estructurado, en un producto estereotipado que tuviese tres cuartas partes de relleno para conseguir que el tiempo pasase a costa de meter una multitud de diálogos y acciones sin sentido y, así, poder llegar a los puntos de giro, que ni siquiera estaban correctamente desarrollados. En otras palabras, me gustaría hacer obras que como espectador yo mismo demandase. Que tuviese algún tipo de valor. Y como consumidor, una de las cosas que menos soporto es que me metan ‘paja’. El ‘corta y pega’ de los estudiantes utilizado para elaborar sus trabajos o el andarse por las ramas en los exámenes para rellenar más páginas escritas, se han convertido en herramientas llevadas al mundo profesional del audiovisual.

El relleno… para el pavo

La ‘paja’ en el audiovisual
José María Blázquez
lunes, 11 de julio de 2011, 09:58 h (CET)
‘Transformers: el lado oscuro de la luna’ sigue siendo la película más taquillera en lo que llevamos de semana. Me perdonarán por esta expresión pero, Spielberg se ha vuelto más judío con el paso de los años. Aquel joven entusiasta que abogaba por el cine-entretenimiento ha evolucionado a un productor más obsesionado por amasar dinero que por tener algo que contar.

Ahora, me hace gracia recordar aquella frase que él mismo solía decir, algo así como: “si quisiera hacerme rico hubiese elegido otra profesión”. Se ha distanciado tanto de aquellos valores de juventud (pese a que sus películas entretengan a algunos) que es probable que haya perdido la empatía con su público. ‘Transformers’ se estrenó en torno al ‘Día del orgullo gay’. Tal vez, Spielberg confunda los homosexuales con los travestis.

Bromas aparte, sobre la necesidad o no de las diferentes secuelas que componen una franquicia, ya hemos hablado anteriormente en esta sección. Pero que esa materia inocua se dé, no sólo en la relación de uno o varios de los elementos (película, capítulo de una serie,…) con el todo (franquicia o argumento central), sino que se extienda como una enfermedad que contamine a los propios recursos narrativos utilizados para articular el discurso en uno de esos elementos antes citados, me crea un rechazo atroz.

Son, por ejemplo, conversaciones o acciones que sólo tienen por objeto alargar la duración de una escena o capítulo sin ofrecer un valor real de contenido. Recuerden esos campos de fútbol interminables cuando Oliver corría con el balón, esos flashbacks al pasado tan recurrentes para explicar cosas cien veces contadas en capítulos anteriores o esas peleas que se alargaban hasta el infinito en aquellas series antiguas que componen nuestro imaginario. Estas acciones serían lo que comúnmente se conoce como ‘meter paja’ o ‘relleno’. Mucho me temo que las cosas no han mejorado en absoluto.

Algunas explicaciones de esta costumbre tan extendida pueden ser, a modo de ejemplo, la falta de ideas por parte de los guionistas, que los productores crean a su audiencia completamente estúpida y no intenten presentar productos redondos y coherentes prefiriendo extender con incoherencias algo que no da más de sí para intentar ganar más dinero o la necesidad antinatural de adaptarse a un formato (como nos pasaba en España con los capítulos de 90 minutos).

Es cierto también, que se han dado casos en los que los capítulos ‘satélite’ que no tienen nada que ver con la trama central y no aportan nada para su desarrollo son más interesantes que el resto, que forman parte de un eje argumental. Un caso claro de ello puede ser ‘Expediente X’ (‘X-Files’). Pero aquellas series o películas que hacen un uso excesivo del flashback reciclando planos y se saltan a la torera la regla “sugerir mejor que mostrar”, tan sólo merecen un juicio negativo. ¿No se han dado cuenta que en muchas series es recurrente el capítulo en el que los protagonistas forman parte de alguna historia ambientada en otra época (‘Fringe’, ‘Buffy Cazavampiros’)? ¿O esos capítulos en los que parece que algo va a cambiar en la tónica dominante (por ejemplo, en la tensión sexual de los protagonistas) pero luego todo vuelve a sus orígenes y nada trasciende (‘Smallville’, ‘Dawson’s Creek’)? ¿No les es familiar aquellas periódicas vueltas al pasado para recordar acontecimientos ya mostrados incluso con los mismos planos (‘Wolf’s Rain’, ‘Naruto’)? ¿Y qué me dicen de aquellos esquemas calcados que se reproducen capítulo sí, capítulo también (‘Héroes’, ‘Dexter’)? Estas situaciones son las que han desencadenado el abandono en un rincón de muchas series antes de su conclusión… por infumables.

Hace aproximadamente un año, me ofrecieron colaborar como director de fotografía en un largometraje de terror independiente de bajo presupuesto. Cuando leí el guión me surgieron todas las dudas del mundo. Tenía 20 páginas y se suponía que la duración total de la película era de 80 minutos. No cumplía los formatos estándar ni tenía una correcta escritura. Pero lo que más me dejó impresionado fue que no tenía escritos apenas los diálogos. El director, en una de las reuniones, me dijo que no importaba lo que dijesen los actores, que eso se improvisaría.

Me moría de la risa. Supongo que así se han debido escribir muchos guiones de series tan célebres como ‘Los Serrano’. Si tenía muchas reservas de cara a mi participación en el proyecto, ahí se disiparon. No me iba a implicar en algo que no estuviese bien estructurado, en un producto estereotipado que tuviese tres cuartas partes de relleno para conseguir que el tiempo pasase a costa de meter una multitud de diálogos y acciones sin sentido y, así, poder llegar a los puntos de giro, que ni siquiera estaban correctamente desarrollados. En otras palabras, me gustaría hacer obras que como espectador yo mismo demandase. Que tuviese algún tipo de valor. Y como consumidor, una de las cosas que menos soporto es que me metan ‘paja’. El ‘corta y pega’ de los estudiantes utilizado para elaborar sus trabajos o el andarse por las ramas en los exámenes para rellenar más páginas escritas, se han convertido en herramientas llevadas al mundo profesional del audiovisual.

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